Roma (EEF) - El presidente de la República italiana, Carlo Azeglio Ciampi, devolvió ayer al Parlamento la polémica ley que reorganiza el sistema televisivo nacional, y que la oposición considera favorable a los intereses del primer ministro y magnate de la televisión privada, Silvio Berlusconi.
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Ciampi, al que la centroizquierda y numerosos intelectuales pidieron que no firmara la ley -requisito indispensable para su entrada en vigor-, hizo uso de su prerrogativa poco después de entrevistarse con Berlusconi en el Palacio del Quirinal. La ley de la televisión, aprobada el pasado día 2 tras más de un año de encendidos debates, sienta las bases para la privatización de la emisora pública RAI, acelera la introducción de la tecnología digital y hace compatible la propiedad de cadenas televisivas y de periódicos, en contra de lo dispuesto actualmente.
El jefe del Estado italiano pidió una nueva deliberación del Parlamento sobre «el respeto del pluralismo de la información» ante la eventual «creación de posiciones dominantes» en el sector, en una argumentación jurídica que ocupa cinco páginas.
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