NuevaYork - El Pentágono probará prototipos de armas nuevas directamente sobre el campo de batalla. Misiles más inteligentes, aviones espías rápidos, aparatos de carga de gran autonomía y hasta cascos dotados con cámara de video figuran entre los equipos que van a ser utilizados por el ejército de EE.UU. en la guerra contra los campamentos de los grupos islámicos radicales.
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La nueva generación de equipos militares apenas estaba en fase inicial de desarrollo y prueba. Forman parte de la lenta adaptación de las FF.AA. a los nuevos modelos de guerra, como la lucha antiterrorista. Los acontecimientos del 11 de setiembre han precipitado su entrada en funcionamiento.
Los servicios de inteligencia podrían haber enviado ya hacia Asia los seis prototipos del nuevo avión robot de reconocimiento fabricado por Northrop Grumman, cuya activación estaba prevista para 2003. Estos aparatos pueden volar a una altura de 20.000 metros y a una velocidad de 600 kilómetros por hora. Para las misiones de transporte de personal, el Pentágono ya cuenta con nuevos modelos del Boeing C-17, capaces de volar sin escalas medio planeta y aterrizar en pistas en malas condiciones.
• Armas mejoradas
Según expertos militares, citados por «The New York Times», se van a introducir armas ya utilizadas durante la Guerra del Golfo, pero que han experimentado mejoras. Entre ellas figuran los misiles Tomahawk, con innovadores sistemas de guía conectados a satélites. El Departamento de Defensa ha pagado al fabricante Raytheon más de 400 millones de dólares para que mejore el equipamiento tecnológico de 600 Tomahawk. Los grupos de elite que supuestamente ya están llevando a cabo operaciones en Afganistán cuentan también con equipos cuya producción en masa estaba prevista para 2004. Los soldados cuentan con nuevos cascos equipados con cámaras con rayos infrarrojos, micrófonos y conexión con satélites de posición. Las mirillas de los nuevos rifles M-4 incorporan sistemas láser para el cálculo de distancias y equipos que alertan de la presencia de soldados enemigos entre el humo y la vegetación gracias a sistemas de detección térmica.
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