La petrolera estatal Ancap (Administradora Nacional de Combustibles, Alcoholes y Portland) avanza un plan para pesificar el total de su deuda con la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, que actualmente asciende a 150 millones de dólares.
Ancap busca pesificar el total de su deuda para limitar el riesgo por volatilidad cambiaria
El total asciende a u$s 198 millones. El primer paso es convertir la deuda con CAF, que es de u$s 150 millones.
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Ancap registró ganancias por u$s 163 M durante el 2022
La empresa, que durante el año pasado obtuvo ganancias por 163 millones de dólares y viene sosteniendo el congelamiento del precio del combustible para el consumidor con sus fondos, está expuesta a la volatilidad del tipo de cambio, por lo que considera urgente limitar esos riesgos.
En su balance anual presentado el lunes, Ancap informó que mantiene dos préstamos de largo plazo con exposición al riesgo de volatilidad del tipo de cambio, los cuales suman 198 millones de dólares. El préstamo con la CAF es el que tiene mayor saldo. El otro corresponde al banco Santander España.
“Al cierre de 2022, Ancap continúa expuesta al riesgo de la volatilidad del tipo de cambio por el endeudamiento financiero que mantiene con MEF-CAF por 163,6 millones de dólares (al cierre de marzo 2023, 150 millones de dólares) que tiene vencimiento en 2028. Los Forward de moneda contratados cubren parcialmente dicha exposición”, aseguró la petrolera.
El resto de los instrumentos de financiación a los que accedió se encuentran en pesos o en Unidades Indexadas (UI, atadas a la inflación).
La compañía estatal lleva desde hace años un proceso progresivo de pesificación de su deuda luego de alcanzar los 623,5 millones de dólares en 2016. La restructuración de pasivos, desde entonces, se realiza con instrumentos en corto plazo en pesos y UI.
El primer objetivo de Ancap es pesificar la deuda con CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, pero el plan final es lograr el cien por ciento de la conversión de sus pasivos, de acuerdo a la empresa.
Aunque la empresa es solvente y financieramente consolidada, según sus directivos, sus resultados financieros están en riesgo de verse afectados por las variaciones del tipo de cambio, más precisamente en la coyuntura actual por la depreciación del dólar, lo que genera luego resultados negativos. El año pasado el dólar se depreció 10,65% y en lo que va de 2023 no logró repuntar: la caída es de 3,30%.
Una situación similar es la que vive el Banco Central del Uruguay (BCU), sujeto a una operación de capitalización luego de que su patrimonio quedara en rojo y por debajo de lo exigido por su Carta Orgánica precisamente por no lograr ganancias provenientes del ajuste en el valor de los activos y pasivos en moneda extranjera.
La petrolera tiene pasivos en dólares (comerciales y financieros), pero sus ingresos son en pesos, de allí la diferencia y el riesgo para su resultado financiero que busca evitar con la restructuración de deuda. Actualmente, adquiere dólares en la plaza local para hacer frente a esos compromisos. En 2022, adquirió 1.736 millones de dólares y la previsión para este año es de cerrar en unos 2.000 millones.
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