11 de octubre 2025 - 21:29

Aumentan las probabilidades de otra tormenta de La Niña y la sequía vuelve a amenazar al Uruguay

La última sequía en el país generó pérdidas por 1.883 millones de pesos y duró más de un año y medio.

Uruguay enfrentó una de las peores sequías de su historia entre 2022 y 2023. 

Uruguay enfrentó una de las peores sequías de su historia entre 2022 y 2023. 

El Centro de Predicciones Climáticas del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos publicó un aviso sobre la aparición de condiciones de La Niña en septiembre, que probablemente persistirán hasta diciembre de 2025 a febrero de 2026, con un 55% de posibilidades de una transición a El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés) neutral entre enero y marzo de 2026; una noticia que amenazaría los cultivos del Uruguay y recuerdo a los últimos años donde agro perdió millones .

"La sequía puede convertirse en un problema en el norte de Argentina, Uruguay y el sureste de Brasil durante el verano, lo que puede afectar negativamente a los cultivos en estas zonas. Mientras, el clima húmedo en Indonesia, Malasia y partes del sudeste asiático puede ser beneficioso para los cultivos en estas zonas", comentó el principal meteorólogo internacional de AccuWeather, Jason Nicholls.

El fenómeno meteorológico de La Niña es parte del ciclo climático El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés), que afecta las temperaturas del agua en el Océano Pacífico central y oriental. La Niña suele provocar temperaturas del agua más bajas y aumentar la probabilidad de inundaciones y sequías. Esto puede afectar la calidad de los cultivos y las decisiones de siembra. Cuando el ENSO es neutro, las temperaturas del agua se mantienen cerca del nivel promedio, lo que genera un clima más estable y, potencialmente, mejores rendimientos de los cultivos.

Una sequía histórica y las previsiones del gobierno actual

La última sequía histórica que azotó al país se dio con 17 meses consecutivos entre abril de 2022 y setiembre de 2023 —durante la gestión de Luis Lacalle Pou—, generando pérdidas por 1.883 millones de pesos, con una consecuente afectación del PIB, según datos de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria. La sequía no solamente generó pérdidas millonarias, sino que también derivó en la crisis del agua que azotó al país.

Actualmente, el gobierno de Yamandú Orsi lleva a cabo un plan para intentar prever este tipo de catástrofes, entre las cuales se encuentra la creación de la Comisión Ejecutiva Interministerial para Asuntos de Riego (CEIAR) para concretar el Plan Nacional de Riego para 2026. La misma depende de la aprobación de la Ley de Presupuesto que se vota actualmente en el Parlamento y espera poder desarrollarse en los próximos cinco años de gobierno.

En tanto, el proyecto de Casupá - que recién obtuvo la aprobación de los préstamos del CAF para su construcción - también es otra de las armas del gobierno para prever una sequía. Acorde al último informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), supervisado por la Dirección Nacional de Aguas (Dinagua) y OSE, que comparó la iniciativa del gobierno con Arazatí, Casupá “permite mayor capacidad de almacenamiento y regulación, clave para enfrentar eventos críticos”, como la última sequía, mientras consideró que Arazatí afronta “limitaciones técnicas ante situaciones extremas de escasez hídrica”.

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