Uruguay se moviliza en un día primaveral y agradable para elegir al próximo gobierno y, como en todas las jornadas electorales, la rutina de votación deja momentos graciosos, anécdotas y recuerdos de los candidatos desde sus facetas más personales.
Caravanas, anécdotas y optimismo aportaron color a la primera parte de unas elecciones primaverales
Los candidatos protagonizan escenas más personales durante los comicios, marcadas por recuerdos, expresiones de deseo y la cercanía con la ciudadanía.
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La militancia mantuvo el empuje en la calle hasta último momento
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Desde el desayuno para los periodistas hasta las anécdotas personales pero también políticas, la jornada electoral está repleta de momentos más íntimos, que muestran otra cara de los candidatos que se disputan en las urnas el protagonismo en el próximo gobierno uruguayo.
El día de elecciones generales comenzó con desayunos compartidos bajo un sol agradable —Andrés Ojeda compartió panqueques de avena con los periodistas, mientras que Álvaro Delgado hizo lo suyo con scones que incluso reclamó personalmente la misma ministra de Economía y Finanzas (MEF), Azucena Arbeleche, cuando fue a visitarlo antes de votar— y luego comenzaron a aprestarse los almuerzos que ya son casi cábala: Yamandú Orsi con el dirigente frenteamplista Marcos Carámbula; Delgado con las tradicionales pastas del domingo que, al igual que en la interna, fue una lasagna; y la parrilla de cordero que el presidente Luis Lacalle Pou comparte con la familia García desde hace más de 20 años.
Las familias, ciertamente, son protagonistas de la jornada electoral: los niños se agolparon para saludar a Ojeda en la puerta del colegio Delgado a las afueras del Club Banco República donde votó el candidato blanco —tras una hora y media de espera— generaron sonrisas simpáticas; aunque también llamaron la atención tres mujeres con banderas del Partido Nacional, “tres generaciones de mujeres blancas” que esperaron para ver al exsecretario de la Presidencia. La hija misma de Delgado, Pilar, tuvo su momento de protagonismo al emitir por primera vez el voto obligatorio, teniendo el honor de, nada más ni nada menos, ensobrar la papeleta con el rostro de su padre.
Caravanas, filas y las mil caras de Ojeda
Las caravanas también tuvieron su rol principal en la jornada electoral: Lacalle Pou se bajó del auto algunas cuadras antes del lugar de votación para saludar a la enorme cantidad de personas que se agolparon para saludarlo entre aplausos, selfies y comentarios emocionados de agradecimiento.
También Delgado votó entre una gran cantidad de personas e, incluso, fue esperado por un votante del Frente Amplio y sus dos perros también caracterizados con las banderas tricolor —aunque más como una forma de provocación que de tolerancia partidaria—; y Ojeda se tomó su tiempo para sacarse fotos y firmar autógrafos a quienes se acercaron a recibirlo al colegio Le Mennais, luego de una jornada de gimnasio y de repartir hojas de votación hasta último momento.
Aunque al candidato colorado se lo vio también en múltiples lugares a la vez: diferentes electores acudieron a las urnas con caretas del abogado y uno, incluso, utilizó un disfraz de Hulk para imitar el físico del presidenciable.
Orsi, por su parte, no se perdió la tradicional parrilla de Carámbula, que se recupera tras un pequeño accidente de tránsito que protagonizó recientemente.
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