El período de los ajustes salariales entre este año y 2025 están siendo puestos en duda por la Décima Ronda de Negociación Colectiva – que involucra a 660.000 trabajadores – ya que la inflación estaría por debajo de las estimaciones salariales para los siguientes dos años, lo que le quitaría competitividad al Uruguay.
El gobierno mantendría su pauta salarial y los salarios quedarán por encima de la inflación
El ultimo índice de inflación devela un 4,1% anual y las proyecciones esperan un 5% frente a las estimaciones salariales del 6,7% para este año.
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El gobierno uruguayo no estima modificar las pautas salariales a pesar de que la inflación se encuentre a la baja.
Esta semana la inflación minorista (medida por el IPC) tocó otro mínimo desde 2005, al caer en su dato anual de 4,8% al 4,1%, según informó el Instituto Nacional de Estadística (INE), de manera que la inflación en Uruguay está acompañando a la tendencia global y regional, con un retroceso en las tasas de aumento de los precios de consumo que se observa en todos los países.
Los ajustes salariales pactados durante la Rendición de Cuentas del año pasado llegaron a un acuerdo, a partir de las estimaciones de la posible inflación de cara al futuro, que los aumentos serían del 6,7% para este año, del 5,8% para 2024; y de igual magnitud para 2025. Sin embargo, esto generó un problema para el período de julio de este año y junio del año 2025 ya que las proyecciones de los analistas, de acuerdo al dato de inflación confirmado por el INE, estiman que el piso para negociar los salarios superaría el índice de inflación.
Por otro lado, la semana pasada un ejecutivo – durante el almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) – le mencionó al presidente del Banco Central (BCU), Diego Labat, que los ajustes salariales propuestos por el gobierno a modo de piso para negociar son mayores a la inflación que proyectan los analistas de cara a 2025 – que es del 6% – frente a la inflación que se estima del 5,3%.
Sin embargo, desde el Ministerios de Economía y Finanzas (MEF) aseguraron a El Observador que “por el momento” no esta en los planes modificar los pisos de negociaciones salariales para los próximos dos años.
La falta de competitividad
Días atrás el economista José Antonio Licandro publicó en su página web que el MEF debería cambiar sus proyecciones de inflación a la brevedad y regresar a las realizadas en el año 2020 ya que el escenario hace cada vez más relevante la necesidad de que las pautas salariales se ajusten a la baja.
“De no hacerlo, está tomando riesgos innecesarios. Por un lado, sigue debilitando los mensajes del BCU en materia inflacionaria, ahora más optimistas, lo que no colabora en fortalecer su menguada credibilidad, particularmente observable en materia de convergencia de expectativas”, estableció el economista, quien agregó que, de mantenerse la pautas, se reducirá “una buena oportunidad de reducir la inercia de precios”.
Por otro lado, el economista aseguró que, de mantenerse igual el escenario de los salarios, se vería afectada la competitividad y el empleo. “Por igual razón, en el sector privado se promoverían aumentos de salarios reales difíciles de acompañar por la productividad, lo que podría constituir un freno para el crecimiento del empleo durante 2024”, expresó.
Por su parte, el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) consideró que las pautas salariales “quedaron largas” – frase que se usa para establecer que la inflación se encuentra por debajo del piso de pautas salariales para negociar – y que esa situación “debería abrir la posibilidad de una eventual redefinición o, al menos, imponer que las mismas operen necesariamente como techo”.
En ese sentido, aseguraron que esto no comprometería la recuperación salarial que se le puso como objetivo y que la modificación de las pautas se debería aplicar tanto en el sector privado como público. Es por eso que, según el CED, la redefinición tendría que tener como objetivo “evitar desalineamientos entre productividad y salarios reales como los ocurridos entre 2015 2019”.
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