Estiman que el "buen estado" de los huesos hallados en el Batallón 14 facilitará la identificación

La jefa del Grupo de Investigación en Antropología Forense, Alicia Lusiardo, confirmó que los huesos permitirán conocer la estatura, el sexo y el rango etáreo de la persona.

FocoUy

La jefa del equipo de antropólogos que trabaja con los nuevos restos hallados en el Batallón 14, Alicia Lusiardo, confirmó que pronto se podrá conocer la estatura, el sexo y el rango etáreo de la persona a partir de los huesos que “están en muy buen estado”.

A una semana del nuevo hallazgo en el Batallón 14 de Toledo —a pocos metros de donde se encontró el cuerpo de Amelia Sanjurjo—, el equipo de antropólogos continúa el protocolo de identificación. En ese sentido, Lusiardo explicó a Subrayado que este miércoles se llevaron los restos hasta las instalaciones del Instituto Técnico Forense (ITF) para realizar las radiografías, y luego, de nuevo en el laboratorio, se comenzaron los trabajos de limpieza y almacenamiento.

Este último paso llevará unas dos semanas, según indicó.

Las radiografías, en tanto, se realizan por protocolo: "Nos dan elementos muy importantes a la hora de buscar elementos radiopacos que puedan responder a algún elemento balístico, que pueda estar allí o en el sedimento", explicó Lusiardo, y añadió que también observan si hay lesiones "que hayan tenido lugar durante la vida del individuo".

La buena noticias es que el “buen estado” de los huesos recuperados permitirán conocer la estatura, sexo y rango etario de la persona, lo que podría facilitar el proceso de identificación. "En un par de semanas podrían estar acondicionados y allí pasaríamos a seleccionar lo que va a ser muestreado para enviar al laboratorio de Córdoba para el cotejo genético", sostuvo la jefa del equipo de antropólogos.

El hallazgo de los restos

Los nuevos restos óseos se encontraron el 30 de julio a menos de 200 metros del lugar donde hallaron, a principios de junio del año pasado, los de Amelia Sanjurjo, la joven que fue desaparecida por la dictadura mientras se encontraba embarazada.

El episodio se dio tras la ardua labor del Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) y antes de lo que se pensaba, ya que estaba previsto que las labores se retomaran recién en agosto.

Los huesos estaban cubiertos con cal y, "por ser este un enterramiento clandestino en predio militar de larga data, con material asociado destinado a la desintegración cadavérica, con restos óseos humanos que presentan traumatismos peri mortem a nivel de columna cervical producto de violencia que puede estar relacionado con la causa de muerte", —según el informe leído el día del hallazgo por Lusiardo— no hay prácticamente dudas de que se trata de otra persona asesinada y desaparecida por la última dictadura militar.