8 de septiembre 2023 - 08:11

Fitch advirtió que el marco fiscal de Uruguay enfrenta "una prueba" de cara a las elecciones

La agencia, que subió la nota a BBB con perspectiva estable, pone la lupa en el desempeño del gobierno en un año preelectoral.

Fitch alertó acerca de la situación fiscal del país, en la previa de un año electoral.

Fitch alertó acerca de la situación fiscal del país, en la previa de un año electoral.

La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings alertó que el marco fiscal del país enfrenta “una nueva prueba preelectoral” de cara a los comicios del año próximo, al considerar que la última actualización presupuestaria del gobierno prevé un déficit fiscal mayor al esperado anteriormente.

Fitch aclaró que esa corrección es “consistente” con las expectativas de la agencia al mejorar el pasado 7 de junio la calificación soberana uruguaya de BBB a BBB con perspectiva estable. Sin embargo, la preocupación surge a raíz de que “las proyecciones fiscales podrían revisarse aún más a la luz del continuo deterioro en 2023”, analizaron desde la firma, mientras consideraron que “el marco fiscal del país enfrenta una prueba en el período previo a las elecciones de 2024”.

Así se hicieron eco de la actualización que presentó el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en la Rendición de Cuentas, donde se prevé un déficit fiscal de 3,2% del PIB, frente a la previsión anterior, que era del 2,6%. A eso sumaron los reparos por el déficit de cara a 2026, que llegaría al 2,3% del PIB, por encima del 2,1% previsto anteriormente.

Esas modificaciones acercan las proyecciones fiscales del gobierno a las utilizadas en la revisión de calificación de la agencia, analizo Fitch, que admitió que anticipó que el país iba a enfrentar “desafíos fiscales” ligados a recortes de impuestos, pagos más altos bajo contratos de APP, indexación hacia atrás de salarios y pensiones, aumentos del gasto social y la severa sequía”, mientras aguardan que “el alto gasto de capital se desacelerará hacia fin de año”.

“Las presiones son mayores a las esperadas”, analizó Fitch

Desde la agencia estadounidense consideraron que “estas presiones por el lado de los ingresos y los gastos están resultando mayores de lo que esperábamos”. En esa línea, manifestaron sus reparos ya que el déficit fiscal aumentó al 3,9% del PIB en los 12 meses hasta julio de 2023 desde el 3,2% en diciembre, a pesar de un ahorro de 0,4% por el retiro de los desembolsos relacionados con la pandemia.

A la par, nombraron en su evaluación el incremento del 30% en el endeudamiento neto a causa de la emergencia hídrica, así como la decisión de ampliar ligeramente ña proyección de déficit estructural, del 2,5% al 2,7% del PIB. “Esto a pesar de una revisión al alza del crecimiento potencial realizada por un comité independiente de expertos, lo que significa que la brecha de producción ahora se estima en 2,2% en lugar de 0,8%”, analizó la calificadora.

Con todas estas variables, Fitch analizó que “la capacidad de las autoridades para revertir el actual deterioro fiscal y evitar el deslizamiento fiscal preelectoral que ha caracterizado a Uruguay en el pasado será una nueva prueba para el marco fiscal actualizado”.

En esa dirección, advirtieron que “no está claro en qué medida el deterioro es cíclico versus estructural (tan probable que afecte los resultados futuros)”, al comprender “la combinación de impactos temporales de la sequía con recortes de impuestos, presiones de indexación y aumentos del gasto que tendrán efectos más duraderos”.

Las decisiones del gobierno que fueron bien vistas

Entre los puntos a favor del gobierno, resaltaron que la creación del Consejo Fiscal Asesor (CFA), si bien no se pronunció sobre estos temas, ayudó a apoyar la mejora de la credibilidad fiscal de Uruguay.

A eso le sumaron la aprobación de la reforma de la seguridad social en el Parlamento, aunque aclararon que “tiene un impacto fiscal insignificante hasta la década de 2030, por lo que no es decisiva para el cumplimiento de la regla fiscal”. No obstante, desde la firma admitieron que “fue un importante impulsor de nuestra mejora soberana, ya que demuestra un compromiso más fuerte con la responsabilidad fiscal que en años anteriores, cuando se relajaron las reglas de pensiones”.

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