23 de abril 2024 - 12:09

"La vocación de Maduro es desactivar completamente el tejido social", denunció el director de AI en Venezuela

Marcos Gómez alertó que incluso un triunfo opositor no revertiría, en el corto plazo, la sistematización de violaciones a los derechos humanos ni el daño que el gobierno chavista hizo a las instituciones democráticas.

Nicolás Maduro será una vez más candidato por la presidencia en Venezuela.

Nicolás Maduro será una vez más candidato por la presidencia en Venezuela.

Foto: @NicolasMaduro

En Venezuela las noticias que dan cuenta de que no se cumplen los normales procedimientos de un Estado democrático son frecuentes. Ayer mismo, la justicia –señalada de servir el gobierno de Nicolás Maduro- designó al nuevo presidente del partido opositor Movimiento Primero Justicia, integrante de la coalición antichavista que competirá en las elecciones del 28 de julio. No es la primera vez que pasa.

En el contexto electoral, se autorizó la participación de la oposición, pero se limitó la elección de sus candidatos. También se detuvo a activistas, el último caso de renombre fue el de Rocío San Miguel.

Al combo de avasallamiento de los funcionamientos democráticos en el país caribeño, se ha sumado el opaco comportamiento de Estados Unidos, en el pasado erigido como un contralor –a fuerza de sanciones económicas- del devenir venezolano.

Ámbito dialogó extensamente con Marcos Gómez, director de Amnistía Internacional (AI) en Venezuela, en la antesala de la publicación del informe anual sobre la situación de los derechos humanos en ese país, para acceder de primera mano de una descripción de cómo viven el día a día los venezolanos en medio de las restricciones económicas y cívicas.

“Lo que enciende las alarmas es la situación del espacio cívico. Como nunca se están registrando señales muy preocupantes de lo que podría pasar en Venezuela, incluso si hay un cambio de gobierno. Está bastante afectada la forma en que el Estado, el poder, se relaciona con el ciudadano”, explicó Gómez. “Te detienen, te desaparecen y luego aparece un vídeo en televisión, que es una sentencia previa, donde se acusa a otras personas y esa persona no tuvo ningún tipo de protección de cualquier forma de tortura, no fue presentada ante un juez, sus confesiones no fueron obtenidas con la debida protección de un abogado”, detalló.

“Rocío San Miguel es una persona que era muy calificada para el ámbito militar, la desactivaron completamente con una de estas súper confesiones. La vocación no es para nada la de los enfrentamientos a los que estábamos acostumbrados, sino de desactivar completamente el tejido social”, aseguró el director de AI.

Marcos Gómez, director de Amnistía Internacional en Venezuela
Marcos Gómez, director de Amnistía Internacional en Venezuela.

Marcos Gómez, director de Amnistía Internacional en Venezuela.

Como muestra de ello, Gómez mencionó dos proyectos, aprobados en primera discusión por el Parlamento, que limitan el funcionamiento de la sociedad civil. Uno de ellos autoriza la conformación de sociedades civiles solo si responden a los fines del Estado y, el otro, “penaliza cualquier expresión, incluso una expresión de llamar a exigir algo al Estado, con una sentencia a 12 años de cárcel”.

Las asociaciones civiles en Venezuela fueron ocupando cada vez más espacios ante el repliegue de otras instituciones habituales en democracia. ¿Creen que la aparición de éstas en la agenda del gobierno tiene que ver con eso?

- No hay una separación de poderes. No hay una forma de resolver las cosas mediante el debate público o que eso vaya a un diálogo profundo, enfrentamientos de ideas en la Asamblea Nacional, y tampoco hay una separación de poderes que la gente pueda apelar. Entonces lo que quedó es sociedad civil. Y bueno, ahora van por ella.

Las cosas han estado avanzando y las señales preocupantes comenzaron durante el año pasado, cuando se suponía que había alivio de sanciones. En el primer año de alivio de sanciones, el 2022, fue un boom increíble, se acabó la escasez, había de todo: Ferraris, edificios increíblemente lujosos y empezó esa campaña de Venezuela se arregló, que más que una campaña era la realidad, Había muchísimo dinero y entonces excedente ese se aprovechó al máximo para distraer a los ojos de las personas. ¿Por qué te digo eso? Porque de todas maneras la mayor parte de la población es súper pobre, o sea, pobreza de esta que lleva a hambre, al suicidio.

Este aumento de servicios, de entrada de actores privados que son de ellos mismos, hizo que efectivamente se logren los indicadores de reducción de inflación. Claro, no hay dinero verdaderamente generado, sino un dinero mágico que está en la calle. Pero esto se acabó en el 2023 y volvió este asunto de las sanciones al escenario [por las limitaciones de participación opositora en las elecciones, ndr]. Otra vez va a haber excusa de que todo está mal por las sanciones.

¿Están monitoreando cómo va a desarrollarse este nuevo intento electoral?

- Nosotros no nos metemos en temas de elecciones, pero definitivamente la situación de derechos humanos de Venezuela va a depender de este año electoral, porque es un largo año, no sólo este que está transcurriendo, sino en el año que viene, en el 2025, vienen las elecciones regionales. El cambio de todas las autoridades va a ser muy tenso. Algo de concordia y de avance de derechos es muy complejo que se pueda registrar en este momento. Hay una señal importante de unión de la oposición y, a pesar de que está la sensación de que Maduro puede hacer toda una serie de piruetas para tratar de saltar la voluntad popular, hay una voluntad de voto altísima como nunca.

Pero imagínate lo que va a pasar si llegara a ganar la oposición y en seis meses recién es el cambio de gobierno. Tienen un colchón de seis meses que van a ser un tormento para todo el que esté preocupado por la estabilidad de los derechos humanos de Venezuela, porque con estas leyes y tantas otras cosas van a ser seis meses muy tensos.

Venezuela protesta contra las sanciones de EEUU
Simpatizantes chavistas protestan contras las sanciones económicas de EEUU (archivo).

Simpatizantes chavistas protestan contras las sanciones económicas de EEUU (archivo).

¿Qué evaluación hacen de lo que ha sido la respuesta regional ante estas alarmas que van saltando en Venezuela?

- Si tuviéramos que ver qué gobierno ha dado señales muy confusas es el de Estados Unidos. ¿Cuáles son esas señales confusas? Negociaciones que saltan completamente a la sociedad civil. Al principio querían como resolver rápidamente la situación. De hecho, entregaron al gobierno hasta gente acusada de corrupción, familiares del presidente, y creían que esa era la vía para conseguir avances.

Argentina está llamada a tener un papel clave en lo que va a pasar en Venezuela desde el punto de vista del establecimiento de memoria y de verdad. Este año se tiene que renovar la Misión Independiente de Determinación de los Hechos sobre los Crímenes de Lesa Humanidad en Venezuela en el Consejo de Derechos Humanos. No hay en la región alguien que esté dispuesto a presentar esa resolución. Sabemos que EEUU y Europa están dispuestos a apoyar, pero tiene que haber un “champion” de Latinoamérica que lo presente. Argentina forma parte del Consejo, o sea que su cancillería tiene un papel sumamente importante para hacerlo. Sabemos que el gobierno de Maduro tratará de eliminar esa misión, que es de funcionamiento independiente, y mantener la Oficina del Alto Comisionado, que sí coopera con ellos de una forma más institucional.

¿En qué se diferencian? ¿Qué trabajo ha hecho la misión de determinación de crímenes de lesa humanidad?

- Toman casos y los investigan, pero lo importante es que han establecido esos patrones de violaciones de derechos humanos que deben desactivarse. Venezuela, incluso con un cambio -porque normalmente tú cambias las autoridades pero mantienes las estructuras militares y policiales- tiene definitivamente que transformarse para que podamos volver a tener un país donde el ciudadano sea el centro de la acción del Estado.

Imagínate la presión con la que trabajaban que fueron expulsados del país por un tweet (pidiendo conocer el paradero de San Miguel). No hay ningún tipo de acuerdo que sea público, ninguna forma de hacer veeduría y acompañar como sociedad civil el trabajo importante que realizaba. La misión ha hecho un acompañamiento increíble de las víctimas. Es como si Venezuela se hubiera ahorrado esos largos y dolorosos momentos de una comisión de la verdad.

¿Cómo es el trabajo de la sociedad civil cuando están tan limitados sus recursos?

- Lo primero que tienes que ver es que hay una sensación total de miedo de que en cualquier momento va a pasar algo. Admiro muchísimo a mis colegas de otras organizaciones que están en el terreno, que están en la zona indígena, que trabajan por los derechos de la mujer, porque todos están dentro de esas posibilidades. Algo clave es que, hasta las campañas del 2019 o incluso con el gobierno de Hugo Chávez, tú tenías la sensación de que tenías que tratar al máximo de no dejar dudas de que no violabas la ley, de que no estabas conspirando. Pero ahora no hace falta ser culpable para que te acusen. Alcanza la fantasía de cualquier funcionario de inteligencia que te vincula con cualquier asunto que ni siquiera tiene que ver con tu ámbito de trabajo.

La clave del trabajo que hacen las organizaciones está en que acompañan a las víctimas. Si bien no tienen acceso a los expedientes, a los peritajes, de los forenses y todas estas cosas que eran lo normal antes. Lo único que queda es ese acompañamiento, que ha sido lo clave para también llegar a estos órganos internacionales.

Por lo que comentas ¿notan un cambio de patrón a la anterior etapa del chavismo?

- Estamos viendo el cambio. Cuando aún gobernaba Chávez, si se registraba alguna ejecución extrajudicial, tenías la posibilidad de denunciarlo, de acompañarlo, a veces hasta tenías una respuesta. Incluso cuando se fue cercando todo, cuando se coptó a todos los poderes, desde el punto de vista del tratamiento a la población había cierto respeto. Con Maduro son mecanismos de mantener al Estado por la fuerza. O sea, mantener al gobierno como sea por la fuerza. Un cambio completo.

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