¿Qué desafíos enfrenta el Consejo de Salarios para lograr un mercado menos rígido?

El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y 195 grupos de actividad iniciarán el debate sobre pautas laborales y recuperación salarial.

Consejo De Salarios Negociaciones Colectivas
Foto: Presidencia

El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) se prepara para presentar, en las próximas semanas, las pautas para la 10° Ronda de Consejos de Salarios, con la que el gobierno pretende cumplir su promesa de recuperar el salario real en Uruguay. ¿Qué particularidades presenta y qué se puede esperar de las negociaciones salariales?

Durante el segundo semestre tendrá lugar la mayor apertura de mesas de negociación llevada a cabo por el actual gobierno, con 195 grupos de actividad y en un contexto en el que la recuperación del empleo y del salario real —en medio de una evidente desaceleración de la economía, impulsada por la sequía histórica del país— se proyectan como claves para una plataforma electoral que comienza gestarse de cara a las elecciones del 2024.

En este sentido, no es menor, tampoco, el dato de que será la última instancia de negociación salarial antes del comienzo del período electoral; si bien será la primera convocatoria tras la aprobación de la Ley N° 18.566 que incluyó modificaciones al proceso de negociación colectiva a partir de recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

¿Cuáles son los desafíos en esta nueva ronda de Consejos de Salarios?

El Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) hizo de la 10° Ronda de Consejos de Salarios el tema principal de la 43° entrega de su boletín macroeconómico. Allí, establecen y analizan ciertos desafíos que deberán enfrentar los diferentes actores al momento de sentarse a la mesa de negociación.

El documento parte de un escenario de crecimiento de la masa salarial —con niveles de empleo y salario reales por encima de los niveles prepandemia, aunque con algunos puntos pendientes— en paralelo a una desaceleración de la economía, impulsada por el contexto económico internacional pero también por los efectos de una sequía histórica en el país.

Sobre este contexto, el CED plantea como el primer desafío la internalización, tanto en las pautas como en los acuerdos, del menor crecimiento esperado, así como de la heterogeneidad del mercado de trabajo a nivel sectorial. Es decir, que el gobierno debe considerar, por un lado, el hecho de que el “espacio” para la recuperación del empleo se va acotando a la vez que la economía converge a niveles de crecimiento en torno a su potencial; en un contexto en que no todos los sectores tuvieron los mismos niveles de recuperación productiva tras la pandemia de Covid-19.

De esta forma, será necesario considerar las heterogeneidades a nivel sectorial y establecer aumentos salariales que estén alineados con la productividad para evitar una fuente de tensión y rigidez —tal y como sucedió entre el 2015 y el 2019, cuando el salario real creció desproporcionadamente a la generación de empleo.

Por otra parte, el CED plantea la posibilidad de que el nivel de ocupación actual se constituya en un nuevo equilibrio en el mercado de trabajo que sea difícil revertir. En este sentido, y mientras hay mejoras en términos de formalidad y calificación de los ocupados, también se da una situación en la que la creación de puestos de trabajo se convierte en una dificultad —sobre todo cuando la mayor demanda de ocupaciones ocurre en sectores altamente calificados.

Estos “cuellos de botella” deberán ser monitoreados en el ámbito de la negociación colectiva, “principalmente a la hora de fijación de salarios mínimos por categorías (laudos), el establecimiento de criterios de ajustes (adicionales) para salarios sumergidos y otros elementos no necesariamente salariales que se acuerden entre las partes”, señalan desde el CED.

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La recuperación del salario en Uruguay fue dispar entre los diferentes sectores productivos.

La recuperación del salario en Uruguay fue dispar entre los diferentes sectores productivos.

Otro desafío al que apuntan desde el Centro de Estudios para el Desarrollo es completar la recuperación del salario perdido en la pandemia —un 4,5%, aproximadamente, en promedio—, tras el inicio de los esfuerzos durante la 9° Ronda de Consejos de Salarios y el plazo límite autoimpuesto en el fin del período de la gestión actual de gobierno.

En el contexto actual —a abril del 2023—, solo los sectores de la salud y la educación recuperaron casi la totalidad del salario real perdido, mientras que el comercio y los servicios relacionados al turismo —como hotelería y restaurantes— son los sectores más rezagados. Sin embargo, en julio se harán efectivos los correctivos establecidos por la diferencia entre la inflación esperada y la efectiva. De esta forma, quienes acordaron correctivos bianuales tendrán un incremento entre el 4% y el 5,5%; mientras que con el correctivo anual el aumento será entre 1% y 1,5%.

Finalmente, según el CED, la 10° Ronda de Consejos de Salarios es una oportunidad para “discutir la pertinencia de algunos cambios que puedan incorporarse a futuro en el marco normativo”.

Una de las cuestiones señaladas en esta línea es la diferenciación de los ajustes que se llevaron a cabo desde la sexta ronda de negociaciones, a partir de criterios subjetivos o con limitaciones que no permitieron dar cuenta de la heterogeneidad sectorial en su totalidad. De esta forma, la apertura próxima ofrece la oportunidad de avanzar hacia una negociación más descentralizada, con tres niveles: macro —donde se determine el salario mínimo a nivel país—; sectorial —donde se determine la estructura salarial del sector según diferentes factores—; y empresa —donde se fijen los componentes salariales por productividad o desempeño.

Asimismo, queda pendiente trabajar en la no indexación de los ajustes por inflación —un camino que se empezó a recorrer con la bianualidad de los correctivos— y en la incorporación de ajustes salariales vinculados a la productividad.

El objetivo final sería, junto con la recuperación del salario real, establecer mecanismos que apuntalen menores rigideces en la fijación de los salarios.

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