El Banco Central del Uruguay (BCU) llevó a cabo el viernes la conferencia “Metas de inflación como régimen de política monetaria: evidencias y desafíos”, para seguir trabajando y profundizando la función de la política monetaria como herramienta para el control de los precios internos, un tema que es central en la agenda política y económica de Uruguay.
¿Qué dicen los especialistas de la inflación en Uruguay?
En conjunto con representantes de otros banco centrales, el Banco Central de Uruguay organizó una conferencia donde la inflación fue tema central.
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La conferencia fue dada por el expresidente del Banco Central de Brasil y actual jefe de Representación del Banco de Pagos Internacionales (BIS) en las Américas, Alexandre Tombini; quien señaló dos desafíos “considerables” para los bancos centrales latinoamericanos: en el corto plazo, la inflación alta que puede volverse persistente; y en el mediano y largo plazo, las deudas públicas altas y el crecimiento bajo.
La visión de los especialistas
En cuanto al desafío a corto plazo referido a la inflación, distintos especialistas como Aldo Lema, Tamara Schandy, Nicolás Cichevski y Diego Pereira dieron sus puntos de vista.
En primer lugar, Lema destacó que el gran problema de Uruguay en relación a la inflación es su “zona de confort”. El economista estableció que el objetivo de Uruguay siempre fue no superar el 8% de inflación. “Todos los gobiernos han tenido la tentación de apuntarle al 8%, ya que no se pasará de 10%”, explicó Lema y agregó que es precisamente eso lo que no les permitió tomas decisiones para bajar a niveles entre un 3% y un 4%. “Una parte importante del problema pasa por esa comodidad con ese 8% supuestamente inocuo, pero que tiene costos”, remarcó el economista.
Cichevski coincidió con el punto de vista de una “zona de confort” de Lema y agregó que “no hay una demanda por parte de la población de tener un nivel de inflación inferior”. “En general, tanto empresas como trabajadores no perciben los beneficios que podrían tener una inflación de 2%, 3% o 4%”, agregó Cichevski en referencia a las reglas de indexación – tanto en salarios como en contratos – que terminan conspirando en contra de políticas monetarias para bajar la inflación.
Pereira, por su parte, también coincidió con Lema, aunque agregó que años atrás no se tuvo en cuenta que las políticas monetarias no se alinearon con las fiscales y procesos de intervención cambiaria que no siempre estuvieron alineados con el objetivos de hacer lo mínimo posible la volatilidad.
La economista Schandy remarcó que es necesario un alineamiento en todas las políticas para poder combatir la inflación, como así también que la política monetaria en los últimos años fue “inexplicablemente laxa” frente a los niveles del 8% de inflación con tasas de interés reales negativas hasta la crisis del 2008.
“La no plena consistencia en el uso de los instrumentos respecto a las metas dificulta también el saber y el tener evidencia de cuán efectiva es la política monetaria con esos instrumentos”, explicó la economista. “Eso lleva a un debate genuino sobre qué mandato tiene el Banco Central para llevar a cabo la inflación al centro del rango meta, cuando en realidad no hay alineamiento total con el resto de las políticas”, agregó.
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