La primavera está a la vuelta de la esquina y con la estación se espera la llegada del fenómeno de La Niña, que amenaza con traer nuevamente una fuerte sequía a Uruguay y un clima fuera de lo normal, que podría volver a perjudicar al agro.
Se acerca La Niña y preocupa una nueva sequía
El fenómeno comenzaría con la primavera y podría derivar en otra crisis climática con un fuerte impacto en el agro.
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Advierten que el regreso de La Niña podría afectar especialmente a Uruguay
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¿Qué efectos negativos dejó la última e histórica sequía en el PBI del Uruguay?
Así surge del informe de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), que indica que el próximo sábado 21 comenzará a instalarse el fenómeno en la región, asociado a una menor cantidad de lluvias, mientras se anticipa un verano seco y menos caluroso, lo que podría dar lugar también a heladas, afectando nuevamente al sector agropecuario.
En tanto, el Centro de Predicción Climática (CPC) de Estados Unidos aventuró que hay un 71% de posibilidades de que se desarrollen condiciones climáticas de La Niña hasta noviembre y que persistan hasta enero-marzo de 2025.
"Los sectores agrícola y ganadero son claramente los más expuestos a los efectos de La Niña, y muchas de estas áreas son clave para la producción de cultivos como la soja y el maíz", expresó a Reuters David Oxley, director de economía climática de Capital Economics.
En tanto, el principal pronosticador internacional de AccuWeather, Jason Nicholls, advirtió que “el típico fenómeno de La Niña podría no materializarse”, pero alertó: “La principal zona a la que hay que prestar atención en caso de que se produzcan problemas de sequía y reducciones en la producción de cultivos son las tierras de Uruguay, Argentina y el sudeste de Brasil durante el verano".
El aprendizaje que dejó el impacto de la sequía
La última sequía histórica que azotó al país se dio con 17 meses consecutivos entre abril de 2022 y setiembre de 2023, generando pérdidas por 1.883 millones de pesos, con una consecuente afectación del PIB, según datos de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria.
Mientras tanto, el Ministerio de Ambiente se anticipa a una eventual crisis y el subsecretario Gerardo Amarilla admitió que se actualiza la información sobre la cantidad de reservas de aguas subterráneas. “Tenemos reservas. La idea es tener mayor información y mayor investigación para poder saber cuánto y cómo la podemos usar”, planteó semanas atrás y advirtió: “Aprendida la lección de lo que pasamos, estar mejor preparados para lo que vendrá es el objetivo".
La sequía no sólo dejó una emergencia agropecuaria, sino que derivó en la crisis del agua, motivo por el cual el gobierno también trabaja en monitorear la situación hídrica. Al respecto, el director del Sinae, Santiago Caramés, señaló que “hay una mesa que está dentro del Sistema Nacional de Emergencias, que es la mesa de análisis de la situación hídrica del país, donde se están evaluando todos los pronósticos”.
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