Copetín nació en la histórica esquina triangular de Villa Devoto donde funcionó el recordado bar La Manzanita, y hoy es uno de esos lugares que parecen detenidos en el tiempo: mesas de fórmica de colores, sillas de cuero marrón restauradas con dedicación artesanal y un ambiente que combina barrio, nostalgia y una impronta gastronómica bien porteña. Un refugio luminoso, cálido y genuino.
Un viaje al Buenos Aires retro en una esquina de Villa Devoto
En Buenos Aires, en la calma residencial de Villa Devoto, Copetín recupera el espíritu porteño de las décadas del 60 y 70 y lo convierte en una experiencia gastronómica que vale la visita tanto de locales como de turistas.
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Copetín es una gran opción para quienes disfrutan de los clásicos.
La propuesta es fiel a ese espíritu vintage: platitos para compartir, sabores clásicos y una atmósfera de reunión que remite al hogar. Los copetines —un tipo de aperitivo o tentempié similar a una picada— se reinventan y se presentan en tres variedades inspiradas en las calles que rodean la esquina y que condensan esta identidad con combinaciones que incluyen queso Mar del Plata, tortilla de papa, vitel toné, berenjenas en escabeche y otros guiños afectivos. A eso se suman tortillas con toppings, fainás gratinadas con creatividad porteña y una selección de pizzas napoletanas que funcionan como entradas y como platos principales.
Los sándwiches de pan de pizza son otra marca registrada. Entre los recomendados se pueden mencionar el “De Vitel”, con vitel toné y huevo, hasta el “Especial Copetín”, con masa madre, queso fundido y huevos estrellados, y el “De Mila completito”, un homenaje al clásico porteño en versión contundente y bien lograda. Para cerrar, los postres replican esa estética casera: vigilante, flan, triffle y el original postre Copetín —una masa de pizza con Nutella y otros ingredientes— pensado para compartir y disfrutar sin apuro.
La barra acompaña con vermut, Negroni, Caipiroska y sidra tirada, además de menús semanales accesibles que combinan picada, principal y bebidas, muy valorados por el público local.
Copetín es, ante todo, un bar de barrio con alma antigua: una postal de Buenos Aires donde la nostalgia se vuelve cálida y amable, la gastronomía rescata sabores de siempre y la experiencia se completa con música en vivo y propuestas culturales que renuevan el espíritu comunitario. Para quienes están en busca de un rincón auténtico y porteño, esta esquina de Villa Devoto es una parada obligada: simple, deliciosa y con ese encanto atemporal que enamora e invita a volver.
Dirección: Fernández de Enciso 4370, Villa Devoto.
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