La economía es uno de los protagonistas del comienzo de 2025, entre balances y proyecciones, pero este año en particular tiene el condimento de que los debates se dan en medio de la transición entre el gobierno de Luis Lacalle Pou y el de Yamandú Orsi. Con este telón de fondo, ¿cómo se delinea el escenario económico en el corto plazo?
Yamandú Orsi enfrentará un estrecho margen de maniobra en materias presupuestaria y monetaria
El próximo gobierno asumirá con una coyuntura económica marcada por el bajo crecimiento, el déficit fiscal y la discusión salarial.
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Economía 2025: advertencias y esperanzas
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Déficit fiscal y bajo crecimiento, dos grandes desafíos que Gabriel Oddone enfrentará a cargo del MEF

El próximo gobierno enfrentará varios desafíos a nivel económico: crecimiento, déficit fiscal y salarios, entre ellos.
El 2024 terminó con algunas luces amarillas en relación a la economía y algunas noticias mejores a las esperadas en un primer momento. Dentro de la primera categoría, sin lugar a dudas, se encuentra el déficit fiscal: la actual administración terminará con niveles similares a los que recibió en 2019 y, por primera vez, no cumplirá ninguno de los tres pilares de la regla fiscal que estableció a través de la Ley de Urgente Consideración (LUC).
En el lado positivo, en tanto, se encuentra el mantenimiento de la inflación dentro del rango meta —incluso cuando ésta se ubicó más cerca del límite del 6% en los últimos meses—, la mejora del salario real y el crecimiento de la actividad económica y el Producto Bruto Interno (PBI), este último todavía en tasas entre moderadas y bajas.
Ahora bien, ¿cuáles son las estimaciones para este año y para el nuevo gobierno?
Crecimiento, salario y déficit fiscal
“El escenario base con el que trabajamos contempla un crecimiento del PBI de entre 2% y 2,5% para el promedio de 2025. Esto supone un ritmo de crecimiento menor al que se observó durante la segunda mitad del año pasado”, señaló Luciano Magnífico, gerente de Asesoramiento Económico de la consultora Exante a Ámbito. Entre los motivos de esta diferencia apuntó al efecto rebote tras la histórica sequía y la puesta en pleno funcionamiento de la planta de UPM 2 que incidieron en los resultados económicos de 2024 en comparación con 2023.
En ese marco de menor dinamismo, el espacio para el crecimiento del salario real será limitado; un dato para nada menor proyectando los próximos Consejos de Salarios y el tipo de política expansionista al respecto que espera implementar el gobierno de Orsi.
“Nuestras proyecciones apuntan a un incremento del salario real de alrededor de 0,5% en el promedio de este año, muy por debajo de las cifras que vimos en los dos años previos de recuperación salarial post Covid”, detalló el economista, para quien “las pautas salariales para la próxima ronda de negociación colectiva, que comienza a mitad de este año, serán relativamente moderadas, consistentes con el objetivo de preservar el empleo en un contexto de menor crecimiento económico y de mantener la inflación dentro del rango meta”.
Ese, quizás, será el primer desafío del gobierno de Orsi —particularmente en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) de Gabriel Oddone y en el de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) de Juan Castillo—, considerando la importancia que tiene la política salarial en las administraciones del Frente Amplio (FA).
En materia fiscal, en tanto, estará otro de los principales obstáculos: “será imperativo que el próximo gobierno diseñe un presupuesto austero, dadas las restricciones existentes en este frente”, consideró Magnífico. Los últimos datos disponibles de noviembre indicaron un déficit del 4,2% del PBI, mientras que debería ser de alrededor del 2% para estabilizar los niveles de deuda pública, según las estimaciones de Exante.
Los desafíos económicos del gobierno de Orsi
Al enorme desafío fiscal también se suman otros aspectos que el próximo gobierno deberá tener sobre la mesa de manera constante. Según explicó el gerente de Exante, lograr mayores tasas de crecimiento será uno de ellos; y para eso, será clave aumentar los niveles de inversión.
“En Exante pensamos que para eso se necesita impulsar un conjunto de reformas, con las complejidades que eso implica en términos de negociación e implementación, y con la certeza de que cada una de estas reformas individualmente tampoco será suficiente para el logro del objetivo”; apuntó Magnífico, insistiendo en que será necesario actuar "en varios frentes simultáneamente”: apertura de la economía, modernización del marco de relaciones laborales, educación y mejor regulación de mercados no competitivos, entre otros.
“En la mirada de más corto plazo, es clave cuidar el clima de expectativas empresariales y mantener la confianza que los inversores internacionales suelen mostrar sobre Uruguay. Es muy importante entonces que la próxima administración logre consistencia entre la política salarial, fiscal y monetaria, de forma de atender armónicamente los principales objetivos macroeconómicos”, añadió. La construcción de credibilidad en el frente inflacionario y, en consecuencia, la adopción de una política monetaria contractiva serán otras de las cuestiones a tener en cuenta.
La influencia de la coyuntura internacional
La inminente asunción de Donald Trump en Estados Unidos y la eventual implementación de medidas que impulsarían la inflación, condicionando la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) es otro de los aspectos con los que convivirá el próximo gobierno, debido a la presión que supondrá a nivel de precios en todo el mundo, y también en Uruguay.
“No necesariamente habrá un rebrote inflacionario a registros como los que vimos en 2021-2022, pero es de esperar que al menos se enlentezca el proceso de convergencia de la inflación al objetivo de la Fed”, señaló Magnífico. “Como consecuencia de ello, ya vimos en el último trimestre del año pasado un aumento del dólar en Uruguay, que deja un panorama de inflación menos ‘cómodo’ que el que tuvimos durante la mayor parte de 2024”, añadió.
Al respecto, las proyecciones de Exante apuntan “que la inflación se recostará sobre el tramo superior del rango meta”, pero crecieron “los riesgos de escenarios de presiones inflacionarias todavía mayores”. “Si vamos a escenarios externos más desafiantes (por ejemplo, si Trump implementa las versiones más radicales de sus planteos), la otra dimensión importante es cómo reacciona el Banco Central de Uruguay (BCU): si tolera algo más de inflación o si introduce nuevos aumentos de la tasa de referencia, lo cual también conllevaría riesgos en materia de actividad”, consideró el economista.
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