2 de febrero 2006 - 00:00

Estupenda"Voz humana" de Humberto Tortonese

Tortonese se luce en una versión de «La voz humana», queintroduce algunos apuntes localistas que dan a la obra mayorcolorido y comicidad, pero sin traicionar el dolor queencierra.
Tortonese se luce en una versión de «La voz humana», que introduce algunos apuntes localistas que dan a la obra mayor colorido y comicidad, pero sin traicionar el dolor que encierra.
«La voz humana» de J. Cocteau. Int. y Dir. Gral.: H. Tortonese. Dir. Artística: L. Troncoso. Ilum.: N.Trovato. Esc.: L. Lasca. Vest.: G. Ure. (Teatro Broadway 2.)

Cuando Jean Cocteau, el más multifacético de los artistas franceses (fue poeta, dramaturgo, coreógrafo, dibujante, escenógrafo, actor, director de cine y teatro), estrenó esta obra en la Comédie Française provocó una fuerte reacción en el público más conservador que no estaba dispuesto a aceptar que un teléfono, un vulgar utilitario, sirviera de partenaire a una actriz en medio de un desgarrador monólogo de una hora de duración.

La protagonista de «La voz humana» dialoga con su ex amante -desplegando todo tipo de emociones- aún cuando sospecha que él discó su número desde la casa de su nuevo amor. Este simple recurso sirvió de inspiración (desde el estreno de la obra en 1930 hasta la fecha) a los más diversos artistas, entre ellos Pedro Almodóvar que fue el primero en devolverle al teléfono su categoría de ícono en «Mujeres al borde de un ataque de nervios». Desde los viejos aparatos que inspiraron a Cocteau con sus líneas eternamente ligadas, a los diminutos celulares que se utilizan hoy, el salto ha sido tremendo. En cuanto a tecnología, se entiende, ya que a nivel humano una llamada telefónica sigue teniendo el mismo impacto emocional, sobre todo cuando se la espera desde un lugar de vacío y abandono. Humberto Tortonese ofrece una de las mejores versiones de «La voz humana» que se hayan visto en Buenos Aires. El sombrío melodrama que vive la protagonista fue enriquecido con una mirada crítica y bastante burlona que desnuda el patetismo y la exagerada victimización de esta mujer que no concibe la vida sin su ex amante. El desopilante creador de la diputada Gasconcha (por citar una de sus últimas apariciones en TV) ya dio muestras de su talento para combinar tragedia y humor en «La moribunda», una de sus más celebradas creaciones teatrales junto a Alejandro Urdarpilleta.

Si bien aquí ha respetado el texto original, también incluyó algunas acotaciones de gran comicidad, una breve arenga a público y varias referencias localistas que le dan a la obra un mayor colorido sin traicionar el dolor que ésta encierra. Escenografía, vestuario y un par de proyecciones grafican muy bien el ambiente en el que se mueve esta mujer, tanto en lo que refiere a su status social como a su torturado mundo interno.

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