26 de septiembre 2007 - 00:00

"La historia de un amor"

Emmanuelle Beart, un rostro deslumbrante al que, en este caso, suma también notablescondiciones de cantante.
Emmanuelle Beart, un rostro deslumbrante al que, en este caso, suma también notables condiciones de cantante.
«La historia de un amor» («Le héros de la famille», Francia, 2006; habl. en francés). Dir.: T. Klifa. Int.: G. Lanvin, C. Deneuve, E. Beart, C. Brasseur, Miou Miou, G. Pailhas.

Un solo momento de esta película justificaría su visión: la escena en la que la trepidante Emmanuelle Beart canta ese famoso bolero que conoció, a lo largo del tiempo, intérpretes tan disímiles como El Cigala y Luis Miguel. Lo mismo han de haber pensado quienes rebautizaron «Le héros de la famille», título más exacto, con el del bolero en cuestión, «La historia de un amor».

Por lo demás, los atractivos de la historia de Thierry Klifa -que trata de muchas cosas, con excepción del amor- son de una frágil densidad. Como drama «coral», y aun con una definición de personajes más fuerte y notoria, el film se inscribe en esa misma línea del cine francés de los '90 (títulos como «Los que me aman tomarán el tren», o «Besos para todos»): cruces de microhistorias familiares, reencuentros impensados, pequeñas revelaciones y destinos en trance a partir de un hecho que aglutina a los personajes, aunque siempre en un tono medio, ligeramente abúlico, suavemente irónico y, tal vez, olvidable. Dramas, en última instancia, más cercanos al susurro que al grito. Guión y estilo, pese a todo, intentan extremar y superar lo verosímil: quien muere en este film es el dueño de «El papagayo azul», famoso cabaret de Niza, hombre célebre por su legendaria admiración por las mujeres y sus condiciones de seductor: tanto las admiraba que siempre las personificó como drag queen. A esta altura de su carrera, Claude Brasseur no le teme al ridículo, y aquí se lo ve enfundado en púrpura, con boas, plumas y boquilla.

El único que lo continúa «viendo» luego de muerto es su protegido desde los 15 años, el decadente mago que hace Gerard Lanvin («aunque nunca hubo sexo», como le aclara a la cantante interpretada por Emmanuelle Beart). Al momento de leerse el testamento, ocasión que vuelve a reunir a todos después de muchos años, habrá algunas sorpresas desagradables, pues los herederos del cabaret son los menos pensados.

Entre ellos se cuentan Nino (Michaël Cohen) y Marianne (Géraldine Pailhas), los dos hijos del mago y hermanastros entre sí, y sus respectivas madres: Catherine Deneuve, con personaje frío y sarcástico, hecho casi a medida, y la sufrida Miou Miou, mucho menos respetada por la obra del tiempo que su colega.

Uno de los grandes defectos de muchos guiones actuales (en el que abunda el cine argentino) es la falta de detalles sobre los personajes: no sabemos qué les gusta, qué comen, qué película o canción prefieren, etc. En «La historia de un amor» no ocurre eso: descubrimos rápidamente que Nino perdió 15 kilos y se niega a comer Nutella para no volver a engordar, entre muchas otras detalladas minucias. Sería ideal, desde luego, integrar alguna vez todos esos detalles a un drama vigoroso.

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