San Pablo: conmoción ahora por secuestro de periodista

Guilherme Portanova, el periodista de TV Globo que fue secuestrado por el grupo mafioso de presos Primer Comando de la Capital (PCC). Amenazaban con asesinarlo si no difundían video.

San Pablo (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - El secuestro de un periodista para difundir exigencias de una mafia carcelaria reforzó ayer la escalada de violencia que desde mayo tiene en jaque a las autoridades del estado brasileño de San Pablo y en pánico a sus 42 millones de habitantes.

El auxiliar técnico Alexandre Coelho de la TV Globo en San Pablo, que había desaparecido el sábado junto con un periodista de la misma cadena brasileña, fue liberado a la madrugada de ayer con un video que fue difundido por el canal de televisión.

Los responsables de la emisora no dudaron en reproducir el mensaje de tres minutos y 36 segundos de duración ante la amenaza de los secuestradores de que asesinarían al reportero Guilherme Portanova, de 30 años, al que mantienen cautivo.

La Red Globo explicó posteriormente en una nota de prensa que accedió a las amenazas de los secuestradores tras consultar a expertos del International News Safety Institute (Insi) en Caracas, y del AKE Group, una empresa especializada en gestión de riesgos y seguridad con sede en Atlanta (EE.UU.).

«No había alternativa», dice la nota al resumir el resultado de las consultas y explicar que el breve plazo que dieron los secuestradores hacía imposible la consulta con las autoridades locales y ponía en peligro la vida de Portanova.

En el video, un hombre encapuchado hace un relato de las condiciones en que viven los presos y exige una revisión de las penas y una serie de mejoras en el sistema penitenciario brasileño.

Las exigencias, según presumen las autoridades, son formuladas por el grupo mafioso de presos denominado Primer Comando de la Capital (PCC), que controla el crimen organizado y el narcotráfico desde las cárceles del estado de San Pablo.

El PCC ha desatado tres ofensivas escalonadas desde mayo pasado con sangrientos ataques a objetivos policiales, autobuses y bancos de varios municipios del estado y de la ciudad de San Pablo.

La última ofensiva se vivió entre la madrugada del lunes y del miércoles de la semana pasada, con un centenar de ataques que buscaban disuadir al gobierno de transferir a 40 presos del PCC a la prisión de Candatuvas, casi 1.000 kilómetros al sur de San Pablo.

Seis supuestos militantes del PCC fueron abatidos por la policía.

La primera ola de atentados, que a mediados de mayo dejó 133 muertos, en su mayoría policías, guardianes carcelarios y delincuentes, fue una represalia del PCC contra el traslado de sus cabecillas a cárceles de máxima seguridad.

En julio, la organización criminal volvió a atacar en varios municipios de San Pablo, con un saldo de ocho muertos.

Hace algunas semanas, la policía descubrió un plan del PCC para secuestrar a políticos en San Pablo, y el doble secuestro ocurrido el sábado deja en evidencia que la prensa ahora es un objetivo fácil de los criminales, según especialistas en política y lucha criminal.

«Esto asusta. Es un intento de intimidar a la prensa y de impedir la divulgación de actos criminales en un año electoral, en el que se juegan muchos intereses», dijo ayer la analista Lúcia Hipólito en entrevista con la radio Central Brasileña de Noticias (CBN).

El coronel de la policía José Vicente da Silva criticó a la cadena de televisión por « haber cedido a la presión de los bandidos»; aseguró que «cuando hay secuestro existe riesgo, pero hay espacio para la negociación», y calificó el hecho como un nuevo paso «en el conjunto de acciones terroristas del PCC».

La policía informó ayer que la semana pasada la emisora Sistema Brasileño de Televisión (SBT) envió una copia del mismo video al Ministerio Público Estatal después de haberlo recibido por correo y negarse a divulgarlo, como pedía una nota anónima.

El mensaje difundido ayer tiene referencias legales que hacen presumir a la policía que detrás de los criminales hay un grupo de abogados.

Los delincuentes critican con especial dureza el aislamiento de presos peligrosos, que el encapuchado califica de « inconstitucional».

La policía militar paulista suspendió este fin de semana los descansos de todos sus efectivos para redoblar la vigilanciadebido a la salida de más de 11.000 presos beneficiados con un indulto temporal por el Día del Padre, que se celebró ayer en Brasil.

De los indultados, que deben regresar a las cárceles el martes, 133 pertenecen al PCC y, según la policía militar, son objeto de una vigilancia especial.