Gobierno pragmático

Alberto Fernández reapareció ayer ante un foro de ultraopositores al gobierno, al que les explicó que el kirchnerismo no es «liberal ni estatista». En cambio, lo definió como «pragmático» y como ejemplo dijo que si en su momento las arcas del Estado no hubieran tenido para subsidios, se habría hecho otra cosa. Todo ante un auditorio que contó hasta con la presencia de Cecilia Pando.

Alberto Fernández

Tras ser indultado por Néstor Kirchner, la semana pasada, el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández reapareció ayer para redoblar sus críticas al INDEC al dar una conferencia que sorpresivamente lo mostró con la polémica Cecilia Pando detrás de él, como si fuera una escolta. Claro que el ex jefe de ministros no había advertido su presencia, la que reprochó luego, cuando siguió en escena ante micrófonos radiales antes de partir a un encuentro en La Plata con diputados provinciales.

A sus explicaciones sobre los Kirchner, las condimentó ayer Fernández con críticas a Julio Cobos y justificaciones como el pragmatismo del gobierno y su esencia «reformista» y no revolucionaria. Todo ante un selecto grupo de ultraopositores.

A «una cueva de lobos», al decir de Moisés Ikonicoff (él mismo parte de esa fauna), se enfrentó el ex jefe de Gabinete en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), que organiza ciclos de desayunos políticos y lo invitó como orador.

Tembloroso

Será por los nervios que los asistentes notaron a un Fernández tembloroso en el momento de responder a las preguntas. Creyó que iba a dar cátedra ante docentes y alumnos pero se encontró con parte de la peña que se reúne semanalmente en Lola con pasión opositora. Así, aun cuando no había notado que Pando estuvo detrás de él posando, risueña, para una foto que quién sabe pudieran reprocharle al kirchnerista en el futuro.

Para arrancar, Alberto usó el estilo Cristina: alargó las respuestas a más de diez minutos cada una, como la Presidente en conferencia de prensa, de modo de tener menos que responder. Lo logró al punto que muchos se quedaron sin poder formular sus dudas.

Además de Ikonicoff estaban, entre otros, Jorge Pereyra de Olazábal, Jorge Raventos, Emilio Perina, Aníbal «Toti» Leguizamón (el más confrontativo del público), Jorge Herrera Vegas, Raúl Alvarez Echagüe y la ex legisladora Fernanda Ferrero.

Ante ellos, Fernández compartió la desconfianza con el INDEC y dijo que el organismo «puede recurrir a otras mediciones» y que «necesita un esclarecimiento definitivo para sacar las dudas». Dijo que «una de las mejores cosas es abordar el tema para resolverlo con claridad. El IPC necesita un esclarecimiento definitivopara sacar las dudas.Es bueno que se asumay se resuelva».

En cambio, consideró «una inteligente decisión de realismo económico» el pago de la deuda al Club de París y la renegociación con los bonistas, algo que se atribuyó; dijo que «lo hablamos en enero de este año» con los Kirchner.

Leguizamón inquirió acerca de que «los verdaderos revolucionarios no abandonan el barco».

«Perdón, nunca estuve en una revolución», replicó Fernández y explicó que la línea del gobierno «es el pragmatismo, por ejemplo si dimos subsidios es porque había dinero para darlos, no porque creamos que los subsidios son buenos en sí mismos. Si no hubiéramos tenido dinero hubiéramos hecho otra cosa. Yo no fui parte de una revolución».

Entonces explicó que al dejar el gobierno había hecho «lo correcto» porque tenía «diferencias» con el matrimonio y que allí no las exponía porque los Kirchner eran sus amigos.

«Hice lo correcto al renunciar. Es digno dar un paso al costado, fue un acto de dignidad personal, lo indigno es ser un sujeto vegetante que ocupa un sillón y cobra un sueldo. Eso sí es indigno, una política tan miserable en la que uno se queda por comodidad».

Cobos

También le dedicó unas frases a Julio Cobos, en referencia a su reciente reunión con Mauricio Macri. Dijo que esa foto daña la «calidad institucional» porque «el vicepresidente parece marchar en sentido contrario a la Presidenta» e instó al vicepresidente a «revisar ciertas conductas y ciertas acciones políticas», ya que «es parte del Poder Ejecutivo y, por momentos, uno siente que no está actuando como parte del Poder Ejecutivo», pero aseguró que siempre tuvo una buena relación con el mendocino. Sin embargo, la inquina de Fernández con los vices viene de lejos. Cuando conducía la Superintendencia del Seguro, durante el gobierno de Carlos Menem, hizo cambiar la ley de su conformación para borrar la figura del vicepresidente. A propósito, también en la charla de ayer recordó ese pasado que le atribuyó el auditorio a su sintonía con el menemismo. «¿Alguien puede decirme el nombre del superintendente actual?», preguntó a la concurrencia, que enmudeció. «Bueno, ése era yo», reflejó Fernández sobre esa época y dio a entender que agradecía siempre en la vida a quienes confiaban en él. Finalmente, fue agraciado por el auditorio, que le dijo: «Lo felicitamos por estar acá y con Cecilia Pando detrás suyo toda la charla».

Entonces giró la cabeza, pero la mujer ya se había retirado.

Raro

«Tuve un desayuno raro, en donde era charla con alumnos y profesores y me di cuenta que también había dirigentes y estaba Cecilia Pando», contó ante las radios, por la tarde el ex funcionario. «Si hubiera sabido no habría ido. No me es grato que esté Pando porque no me es grato compartir algo, y lo digo centralmente por ella, no por los otros dirigentes», sostuvo Fernández, mientras que aseguran que Pando habría sido invitada, como el resto de las asistentes, por estar en un listado al que recurren los organizadores.