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No hay evento que supere al Abierto de Polo de Palermo

En ningún lugar del mundo se vive algo como el Abierto de Palermo. Se lo palpita de diferentes formas, en las tribunas, en los palenques, en los VIP, en las carpas de cada equipo, y en las largas horas pospartidos. Recordé la película «Pretty Woman», cuando el millonario Richard Gere lleva a Julia Roberts a un partido de polo a beneficio. Allí se ve la parte social de un deporte elitista, glamoroso, donde ella está tan elegante que usa sombrero para poder estar al nivel de la gente del lugar. Es algo desconocido para ella, como para cualquiera que no lo ha vivido. Julia Roberts se encuentra con espléndidos polistas, empresarios, señoras de sociedad que la miran como preguntándose ¿y vos quién sos? Acá, en cambio, hay tanta gente que las sociales son un favorito point meeting para muchos, encuentro con amigos, con gente nueva argentina o extranjera. Por algo están los VIP, donde van invitadas por distintos sponsors personalidades de todo tipo; cada córner tiene su atractivo.
Hombres como nunca y en gran cantidad se ven y las mujeres pueden mirar, es casi una tortura privarse de tantas caras lindas. Hay ellas para todos los gustos: sexy, tradicionales, elegantes y sobreproducidas, pero siempre dan que hablar. Muestran un adelanto de la moda. Una me dijo: «Cuando viajo a Europa o Estados Unidos, elijo la ropa pensando en los partidos de polo (no voy a decir quién va a estrenar con vestido Pucci el próximo finde).
Otro clima se vive en los palenques; durante el partido, cada equipo sale a mostrar que puede y debe ganar, y si lo logra, su carpa es un festejo y convocatoria obligada, para las felicitaciones y los jugadores, sonrisas y alegría. Las carpas de cada equipo, ambientadas con elegancia para high tea and drinks, sirven de convocatoria también de perdedores, consuelo de los que los quieren y los ayudan a reponerse del bajón.
Pasaron por la imaginaria alfombra roja del Abierto de Palermo: la princesa Beatrice, hija de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés de Inglaterra; Martín Barrantes; Nacho Figueras, modelo de Ralph Lauren; Francisco de Narváez; Pablo Roemmers y su mujer; Cristiano Rattazzi (recién llegado de Brasil con la gente de Fiat Internacional) y Alicia Fernández; Concepción y Delfina Blaquier; Inés Bensadon junto a su marido Raúl Lotero (su caballo ganó por 10 cuerpos el sábado en el Hipódromo de San Isidro); la trilliza María Eugenia Laprida en charla con María Lía Garran (la creadora de la primera revista de polo, junto a su marido Luis); la organizadora del polo femenino Cata Manzorro y Cecilia Harguindeguy. Larga es la lista de modelos: Dolores Trull, Julieta Kemble, la hija del famoso pintor, Lara Bernasconi, Loly López, Paula Chávez, y más y más. Entre la gente de afuera avistamos a Skey Johnston, empresario americano manager de Coca-Cola mundial y con 3 clubes de polo en Estados Unidos, a Robert Duvall y, claro, Tommy Lee Jones con su mujer. Había tantos, que la alfombra del Oscar hubiera quedado chica.
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