12 de noviembre 2004 - 00:00

Traslasierra, un paraíso cordobés

Los paisajes apacibles son una característica del Valle de la Traslasierra, donde el visitante se sentirá, además, reconfortado por la hospitalidad de los lugareños. En la foto, el río Panaholma, en Mina Clavero, un destino que invita al relax.
Los paisajes apacibles son una característica del Valle de la Traslasierra, donde el visitante se sentirá, además, reconfortado por la hospitalidad de los lugareños. En la foto, el río Panaholma, en Mina Clavero, un destino que invita al relax.
Córdoba - El Valle de Traslasierra se ha convertido en un destino ideal para un esperado y placentero descanso. El paisaje, sus habitantes, la tranquilidad que se respira en las serranías y las historias de vida hicieron del lugar un itinerario turístico imperdible.Ubicada a 150 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Córdoba, Traslasierra es un auténtico paraíso con olores y sabores propios. El circuito serrano quedó integrado por trece localidades que en 2001 sumaron sus encantos y abrieron sus comunas para albergar al visitante.
Reconfortado por el entorno y la calidez que imponen las líneas de la naturaleza, el turista podrá recorrer senderos marcados con pinceladas de verde, y descubrir que el relax y la aventura pueden combinarse dando origen a una fórmula perfecta. Cura Brochero, Mina Clavero, Nono, Las Rabonas, Los Hornillos, Villa de las Rosas, Las Tapias, San Javier, Yacanto, Villa Dolores, La Población, Luyaba, La Paz, Loma Bola y Las Chacras son los poblados que hicieron posible la creación del Valle.
Casi todas las localidades de Traslasierra cuentan con balnearios de aguas cristalinas, algunas con propiedades curativas como las de
Mina Clavero; un lago con el imponente dique La Viña, magnífica obra que cuenta con un murallón de 102 metros. En el lago se pueden obtener pejerreyes de gran tamaño y en los arroyos las tan preciadas truchas. También para los amantes del trekking se encuentra el Cerro Champaquí, que es el más alto de Córdoba.
Durante el día, además de disfrutar de las playas se puede hacer ecoturismo, turismo aventura, caminatas, cabalgatas, trekking, mountain bike, vuelos panorámicos en ala delta, parapente o avioneta, deportes acuáticos, paseos en 4x4 o cuatriciclos. Para un recorrido
más relajado, están los museos polifacéticos como el Rocsen (con piezas clave de la cultura de los comechingones, antiguos habitantes del Valle). Por la noche, las confiterías, locales bailables, los bingos, teatros y cines, además del Casino de Traslasierra, ubicado en Mina Clavero, completa el programa para el visitante.
Se pueden organizar cabalgatas y caminatas guiadas para turistas aventureros o para niños y personas sin experiencia con una duración de hora y media o de hasta tres horas, y hacer un alto en la recorrida para degustar un asado de chivito en un puesto de montaña.
El visitante encontrará además
circuitos opcionales donde se conjugan la naturaleza con los sabores típicos de la zona o con artesanías que permiten descubrir la historia del lugar.
La
ruta de los sabores incluye la emblemática ciudad de La Paz, considerada capital de las hierbas aromáticas, con plantaciones de orégano, romero y tomillo. Pequeños establecimientos a lo largo del Valle comercializan en forma directa alfajores, y antiguos almacenes de campo permiten saborear exquisitos quesos de cabra. Las fincas albergan nogales, almendros, higueras, pistachos y duraznos, la materia prima para los dulces y mermeladas caseras que elaboran los lugareños.
Pero un «clásico» de la gastronomía serrana es el
chivito, por su sabrosa carne resultado de la cuidada alimentación que reciben los animales: plantas aromáticas y silvestres.

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