28 de junio 2023 - 09:46

Cabildo Abierto y su influencia militarista en la agenda política del gobierno

En 2019, Lacalle Pou no imaginaba tener que gobernar con Manini Ríos; hoy, la negociación y las concesiones son constantes para mantener la mayoría parlamentaria.

La influencia de la agenda militarista en el gobierno uruguayo se da con la presencia de Cabildo Abierto en la coalición.

La influencia de la agenda militarista en el gobierno uruguayo se da con la presencia de Cabildo Abierto en la coalición.

El golpe de Estado del 27 de junio de 1973 en Uruguay no fue una acción neta y puramente militar: como sucedió en todo el continente durante esa época oscura de la historia de la región, la participación de la política fue necesaria y se extendió durante el período dictatorial.

No por nada el historiador Álvaro Rico sostuvo que “en el ‘68 se inició el camino democrático hacia la dictadura”. La debilidad de los partidos políticos en aquella época fue la antesala para que, finalmente, ese 27 de junio el presidente colorado Juan María Bordaberry disolviera el Parlamento, con las Fuerzas Armadas —cuyo rol venía incrementándose paulatinamente en medio del “Estado de guerra” decretado un año antes— a sus espaldas.

1973 fue un año de gran crisis política, que culminó con los militares tomando el poder de forma definitiva bajo una dictadura cívico-militar. Sin embargo, 50 años más tarde, con las heridas que dejaron aquellos 12 años de dictadura y su posterior transición democrática, las Fuerzas Armadas continúan en una posición que, en otros países, les fue despojada. Al punto de que, en cierta forma, son parte del gobierno actual, encontrando la representación directa e indirecta en Cabildo Abierto (CA).

Ahora bien, ¿hasta qué punto tiene influencia el sector liderado por el exjefe del Ejército Guido Manini Ríos en la agenda de gobierno del presidente Luis Lacalle Pou?

La influencia cabildante en la agenda del Ejecutivo

“Cabildo Abierto obtuvo casi tantos votos como el Partido Colorado en octubre de 2019. Sus votos son decisivos para que el gobierno tenga mayoría parlamentaria”, explicó a Ámbito.com el profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de la República (Udelar), Adolfo Garcé García. “Es una pieza fundamental en el esquema de gobernabilidad. Ha hecho valer el peso de sus votos en asuntos de gran importancia, como la reforma de la seguridad social”, señaló, a modo de ejemplo.

Esta importancia en la coalición del gobierno ha hecho que la agenda del partido —con características claramente militaristas, si bien éstas no monopolizan por completo su programa político— también se cuele en la agenda de gobierno. “En los primeros años de gobierno, la agenda de la coalición fue la agenda del presidente”, consideró el magíster en Política y Administración Pública, Mauro Casa, refiriéndose a la gestión de la pandemia y la Ley de Urgente Consideración (LUC), en primer lugar; y luego a las reformas más importantes promovidas desde la cúpula del Poder Ejecutivo. “Ahora, Cabildo Abierto, en todos esos temas clave, digamos que metió mano”, añadió, en diálogo con este medio.

“Cabildo se sienta arriba de sus votos en el Parlamento y tenés que venir a buscar esos votos. Y venirlos a buscar requiere negociar, negociar, negociar y ceder”, apuntó el analista político: “Ha sido el socio más díscolo, ha sido el socio más difícil de conformar, ha sido el socio con el cual ha tenido que tejer, hilar y negociar más fino”. Con este diagnóstico coincide Garcé García.

Las modificaciones al proyecto de ley de reforma de la seguridad social es el ejemplo más reciente y resonante; pero también se puede señalar el proyecto de ley de prisión domiciliaria para mayores de 65 años —que, de aprobarse, otorgaría este beneficio a varios condenados por crímenes de lesa humanidad (dato no menor considerando la postura de CA en estos temas)— y otras tantas iniciativas, muchas de corte militarista, que el sector de Manini Ríos ha señalado como condiciones para permanecer en la coalición. No solo eso, sino que el presidente ha participado en una gran cantidad de actos militares para permanecer en el lado bueno de sus “socios rebeldes”, e incluso se reunió con familiares de presos por delitos de lesa humanidad.

Esta actitud —que para Casa no es habitual de un socio de coalición, sino de un partido cuyos votos parlamentarios hay que ir a buscar y cuyo “poder de veto” es una amenaza constante— logra que Lacalle Pou esté inusualmente atento a los cabildantes; algo que, en contrapartida, molesta los demás socios. Las “lisonjas que ha tenido que hacer Lacalle para ganarse el favor de Manini” la ha ganado, paralelamente, “el enojo de otros miembros de la coalición que dicen ‘pará, a Manini lo llamás al despacho de presidencia y discuten puntos y comas de las leyes y los otros socios tenemos que votar lo que se negoció entre ustedes dos a tapas cerradas’”.

De esta forma, CA también aleja la política pública de la preferencia del presidente y la acerca a su propia preferencia. “Corre la aguja de la política pública”, también en las cuestiones de Defensa Nacional —donde, igualmente, mantiene cierta participación relevante en tanto el número dos de Javier García (un civil de raíces netamente políticas) en el Ministerio de Defensa es el coronel retirado Rivera Elgue— y aquellas referidas a la dictadura.

“Este es un tema que para Cabildo Abierto está en el corazón de su agenda porque es un partido militar a nivel de cúpula, de la formación del partido y de las bases ideológicas programáticas; es un partido donde los militares tienen la sartén por el mango”, sostuvo Casa, dando cuenta de que, al fin y al cabo, la incorporación de los cabildantes a la coalición de gobierno fue la legitimación de la participación de los militares en la política; y consideró que en lo referido el golpe de Estado “es como que les tocaron una vaca sagrada”.

“Con la propuesta de prisión domiciliaria para adultos mayores lo que han intentado es proteger a este grupo de votantes, de militantes y de líderes de Cabildo Abierto, que son los militares. Es una búsqueda de una legislación con nombre y apellido para estas personas”, ejemplificó el magíster, y añadió que “siempre que el gobierno se tiene que mover en estas aguas turbulentas de la discusión de Derechos Humanos, Cabildo Abierto va a poner el grito en el cielo”. Una postura que puede llegar a traer muchos problemas para el gobierno.

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El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou y el senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos.

El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou y el senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos.

Una actitud que puede resultar problemática para el gobierno

Para Cabildo Abierto, todo lo relacionado con el golpe de Estado y la dictadura apuntando hacia los militares en el presente es una cuestión de “persecución política”. Las críticas a la Justicia han sido constantes cuando de este tema se ha tratado e, incluso, le costó el cargo de comandante en jefe del Ejército a Manini Ríos —quien fue destituido en 2019 tras cuestionar el accionar judicial en la condena a tres militares acusados de crímenes contra los Derechos Humanos; acción que el entonces presidente frenteamplista Tabaré Vázquez consideró como un atentado contra la separación de poderes.

Para Casa, CA tiene una postura muy nacionalista y muy anti-organismos internacionales que ha llegado hasta ser antirrepublicana en estos ataques a la Justicia. “Cada vez que un organismo internacional —por ejemplo, con la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que obliga al Estado uruguayo a reconocer su responsabilidad en los crímenes de las ‘muchachas de abril’—, Cabildo Abierto fue excesivamente virulento. Dijo que Uruguay no tiene por qué acatar una sentencia de la CIDH, que esos son burócratas que no conocen nada del Uruguay, una fuerza foránea que no tiene que opinar sobre la política uruguaya”, comentó.

“Es un pensamiento tremendamente peligroso, ¿no? Que pondría a Uruguay en un lugar de paria internacional y aislarlo del mundo si deja de reconocer las sentencias de una Corte internacional o deja de honrar los tratados internacionales a los que estamos sujetos como país”, añadió el especialista, apuntando a la difícil situación en que el sector de Manini Ríos coloca al gobierno entero, totalmente contraria a las aspiraciones de inserción internacional que tiene la gestión actual.

“Creo que para el presidente sería mucho más cómodo no tener que gobernar con Cabildo Abierto. Si le dieran a elegir, obviamente hubiera preferido que el Partido Nacional hubiera sacado más votos, al igual que los colorados y los independientes, y poder hacer una coalición de tres y dejar afuera a Cabildo Abierto, en tanto tienen mayor afinidad programática, ideológica e incluso de vínculo personal entre las figuras de estos partidos”, consideró Casa.

Pero en tanto la Coalición Multicolor todavía necesita los votos cabildantes y la mayoría en el Parlamento, Lacalle Pou deja suficiente espacio de maniobra para que sus socios se mantengan relativamente contentos, incluso en momentos de alta tensión como los actuales. Su ausencia en el acto por las “muchachas de abril” puede interpretarse en ese sentido, para no generar un mayor conflicto con Manini Ríos en un contexto de relación muy desgastada a nivel personal y como coalición.

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