28 de julio 2024 - 08:46

"El principal activo de Uruguay es su reputación internacional", destacó el embajador de la Unión Europea

Paolo Berizzi afirmó que las políticas de trasformación energética y el desarrollo del hidrógeno verde son particularmente interesantes para los inversores europeos.

Paolo Berizzi, embajador de la Unión Europea en Uruguay.

Paolo Berizzi, embajador de la Unión Europea en Uruguay.

El embajador de la Unión Europea (UE) en el Uruguay, Paolo Berizzi, destacó las claves que facilitan la asociación estratégica entre ambos actores, la cual ha ido en crecimiento en los últimos años.

En diálogo con Ámbito, consideró un error que no se resuelva el acuerdo entre el Mercosur y el bloque europeo dado el contexto geopolítico y explicó por qué las empresas europeas eligen al país para sus millonarias inversiones.

¿Cuáles son las virtudes que destaca la Unión Europea de Uruguay para tener la asociación estratégica que sostiene?

Europa y Uruguay tienen muchas cosas en común: valores compartidos, simplemente por tener los mismos orígenes, la misma sangre. Y eso nos facilita mucho entendernos en grandes cuestiones globales. Esto se ve en cómo la Unión Europea y Uruguay votan, por ejemplo, en resoluciones de Naciones Unidas sobre el multilateralismo, todo lo que es Estado de derecho, derechos humanos, democracia. Y no podemos decir que Uruguay esté alineado a la Unión Europea, porque quizás es la Unión Europea que está alineada a Uruguay. Simplemente compartimos los mismos valores y eso es un fundamento esencial para cualquier tipo de asociación que luego conlleve consecuencias de otra naturaleza, por ejemplo, de comercio.

Usted ha destacado los avances que hay en materia de sostenibilidad en Uruguay y como eso debería convertirse en un modelo para otros países de la región.

La fotografía es bastante fácil. La Unión Europea es el tercer destino, tercer partner de intercambio comercial de Uruguay, después de Brasil y China. Pero si miramos en inversiones, somos de lejos el primero, porque estamos al 40% de todas las inversiones directas en el país. ¿Estas inversiones qué significan? Significan para Uruguay desarrollo, empleos, tecnología, porque si miramos lo que importa desde Europa, vemos muchas maquinarias, muchas tecnologías, que sirven para un ulterior desarrollo del país. Hay, además, una gran cooperación sobre temas de ciberseguridad, sobre temas de inteligencia artificial.

¿Se refiere específicamente a que está en debate un modelo de regulación similar al que propone la Unión Europea?

Exacto. La Unión Europea adoptó hace dos meses una reglamentación vinculante de la inteligencia artificial que establece un equilibrio entre las grandes oportunidades y los riesgos que pueden provenir de ella. Vemos en Uruguay un gran interés a conocer mejor este modelo, para ver cómo transferir esta experiencia al contexto uruguayo.

Uruguay pide mucha cooperación, quiere saber no tanto el diagnóstico de cómo está, sino cómo logramos nosotros ciertas políticas. Quiere que le ayudemos a lograr los resultados.

¿Considera que, a diferencia de otros países de la región, los debates de políticas económicas en Uruguay tienen más similitudes a los de economías consolidadas?

Efectivamente. Fui cuatro años embajador en Paraguay y el debate era de estilo distinto. Acá diría que es bastante fácil tratar temas como sostenibilidad, porque vemos un país convencido de ello. Es un país que busca mercados en todo el mundo para su propia mercadería, que produce una cantidad enormemente más grande de lo que puede consumir. Y sabe que la mayoría de los mercados mundiales, o por lo menos los más interesantes, exigen sostenibilidad del producto. En general animamos a Uruguay a hacer como hicimos nosotros en Europa, en vincular toda la política de Estado al respeto al medio ambiente y a la lucha contra el cambio climático.

En ese caso, ¿consideran un activo el continuismo institucional en políticas de Estado?

Uno tiende a pensar que el activo principal del país puede ser la carne, la celulosa, la soja. Pero en realidad creo que el activo principal de Uruguay es su reputación internacional. Y por eso es fundamental que siga haciendo lo que está haciendo, es decir, consolidar su reputación internacional, porque al final es esto lo que atrae a los inversores, sobre todo los buenos inversores. Un inversor normalmente lo que nos consulta no es si Uruguay es mejor o peor que hace cinco años, sino si le da mayores garantías invertir en aquí que en el país vecino o en otros países de la región. Y por eso sigue atrayendo inversiones, por su estabilidad. La matriz energética, con un 98% de energía renovable y el desarrollo del hidrógeno verde son particularmente interesantes para las empresas europeas.

Mencionó la voluntad de Uruguay de siempre buscar mercados globales. Un tema en ese campo tiene que ver con el demorado acuerdo del Mercosur y la Unión Europea. ¿mantiene su optimismo sobre que ese acuerdo va a realizarse?

Por supuesto que sigo siendo optimista. Creo que a un momento dado todos se van a dar cuenta que hacer un acuerdo entre Europa y el Mercosur es mejor que no hacerlo. Los acuerdos siempre son perfectibles, pero soy optimista. Las negociaciones, en 25 años, tuvieron muchas paradas, hubo años en que, por voluntad de uno o de otro, todo se quedó paralizado.

Pero estamos muy cerca, estamos verdaderamente en la recta final, pero no es una carrera, no es una maratón en que los últimos 100 metros son iguales a los primeros 42 kilómetros. Es decir, los últimos 100 metros de negociación, sobre todo en tema comercial, son los más difíciles porque son los temas que no se pudieron arreglar antes.

Soy optimista porque cualquier otra opción en este momento geopolítico es peor. Estas dos regiones son entre las más parecidas que hay en el mundo en temas de tradiciones y de valores. Y tiene absolutamente sentido también desde el punto de vista de la complementariedad de bienes. Sería una unión perfecta.

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