18 de enero 2024 - 12:12

La ONU alerta de un magro crecimiento para América Latina, ¿qué proyecta para Uruguay?

El organismo difundió pesimistas proyecciones para la economía regional y mundial este año.

El PIB regional crecerá solo un 1,6%, tras alcanzarun crecimiento estimado del 2,2% en 2023.

El PIB regional crecerá solo un 1,6%, tras alcanzar un crecimiento estimado del 2,2% en 2023.

La ONU difundió sus proyecciones para la economía mundial y regional este año: un pesimista escenario en el que América Latina y el Caribe conseguirían un débil crecimiento, menor aún que el de 2023.

De acuerdo al informe “Situación y perspectivas de la economía mundial 2024” (WESP por su sigla en inglés), el organismo internacional prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) regional crezca solo un 1,6%, tras alcanzar un crecimiento estimado del 2,2% en 2023.

Afectarán a la performance latinoamericana factores como las condiciones monetarias restrictivas y su impacto negativo sobre la demanda agregada; la caída en las exportaciones como consecuencia de una menor demanda principalmente de China; y las pocas inversiones que se esperan a nivel regional debido a las vulnerabilidades estructurales y las incertidumbres políticas.

“El limitado espacio fiscal, los aumentos de la deuda pública como porcentaje del PIB y de los costos del endeudamiento externo van a hacer que la región no vaya a tener los recursos suficientes para invertir en las grandes transformaciones que se necesitan: reducción de pobreza, transformación energética, temas de cambio climático”, explicó Natalie Gómez, economista de la Oficina de Coordinación residente del Sistema de Naciones Unidas en Colombia en la presentación del informe.

Respecto al crecimiento económico mundial, la ONU prevé que se desacelere del 2,7% en 2023 al 2,4% en 2024, con una tendencia inferior a la tasa de crecimiento previa a la pandemia de Covid-19 del 3%.

“Las perspectivas de un período prolongado de mayores costos de endeudamiento y condiciones crediticias más restrictivas generan importantes contratiempos para una economía mundial que padece de altos niveles de deuda, pero que también necesita mayores inversiones, no solo para reanudar el crecimiento, sino también para luchar contra el cambio climático y acelerar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, señala el texto.

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¿Qué escenario económico proyecta la ONU para Uruguay?

El PIB real de Uruguay crecerá un 2,8% este año (1,8% más que en 2023), una cifra no obstante menor que otras economías de Sudamérica como por ejemplo Paraguay, que lo hará un 4%. Para el 2025, el informe de la ONU pronostica una aceleración de apenas 0,2% hasta el 3%.

Respecto a la inflación, la media para este año prevista es de 5,5%. Se trata de un valor que supera a la previsión oficial del Banco Central del Uruguay (BCU) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que, a través del Comité de Coordinación Macroeconómica, informaron de un estipulado de 4,9%.

Por último, el documento sobre la “Situación y perspectivas de la economía mundial 2024 destaca los niveles de competitividad de las economías de los países que forman parte de la ONU. No habiendo proyecciones para el corriente año, sí hay indicadores cerrados al año pasado. En el caso de Uruguay una mínima variación (80,8 en 2022 contra 79,6 en 2023) muestra una leve recuperación de la competitividad.

El mensaje a los bancos centrales

La ONU, aunque destaca que varios bancos centrales de América Latina lideraron el recorte de tasas de interés –Uruguay fue el primero de ellos en abril-, alerta de lo atada que está la política monetaria local a las decisiones de grandes entidades como la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), ambas reticentes a iniciar el descenso de los tipos de referencia.

El miércoles, en ese contexto, el dólar volvió a fortalecerse a nivel global empujando a la baja al resto de las variables de los mercados internacionales: acciones, oro y petróleo.

“Los bancos centrales deben reforzar la cooperación o coordinación internacional en materia de política monetaria para minimizar los efectos de contagio de los principales bancos centrales de los países desarrollados, incluso cuando dicha cooperación pueda resultar extremadamente difícil”, recomendó la ONU.

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