La oposición reclamó al gobierno que decrete la emergencia agropecuaria para el sur y este del país ante las altas temperaturas y la falta de lluvias, lo que ya impacta sobre las pasturas, la ganadería y los cultivos de verano, y que podría agravarse si no se registran precipitaciones en las próximas semanas.
La oposición pide declarar la emergencia agropecuaria ante la alerta por la sequía y los incendios forestales
Ante las altas temperaturas, el Partido Nacional advierte un deterioro del campo en Canelones, Maldonado y Rocha y espera una resolución antes de enero si no se registran lluvias.
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Los campos ya muestran señales de deterioro por el calor extremo y la falta de lluvias.
El senador del Partido Nacional (PN), Sebastián Da Silva, llamó al subsecretario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Matías Carámbula, para transmitirle su preocupación por la situación que atraviesan los departamentos de Canelones, Maldonado y Rocha. Según indicó, las evaluaciones técnicas y políticas coinciden en el diagnóstico.
En diálogo con radio Monte Carlo, Da Silva dijo que la comunicación fue positiva y sostuvo que la primavera fue “excepcionalmente adversa”, con calores intensos y lluvias escasas que “aniquilaron el tapiz del suelo” antes incluso de que llegue el verano. “No hay horizonte por delante si no llueve”, advirtió.
Desde el oficialismo, el MGAP señaló que se mantiene un monitoreo permanente de la situación hídrica, especialmente en el este del país, mientras que desde el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) se alertó por condiciones de estrés térmico para el ganado, con niveles de riesgo elevados tanto para la lechería como para la ganadería de carne.
El impacto en las siembras de maíz y soja
La preocupación también se extiende a los cultivos de verano en el sur del país. Mientras se completa la siembra de soja y maíz de segunda, las lluvias continúan siendo esquivas y ya se observan impactos en los maíces de primera, que atraviesan una etapa crítica del ciclo productivo sin la humedad necesaria.
Con la cosecha de invierno finalizada, el foco de las empresas agrícolas está puesto de lleno en la campaña estival. Según explicó el ingeniero agrónomo Alexis González, de Dalmás Agro, a Tardáguila, la siembra de soja está prácticamente finalizada y en estos días se completa el maíz de segunda.
Sin embargo, el panorama es más complicado en las implantaciones más tardías. En varias zonas del sur, tanto el maíz de segunda como las sojas de segunda más recientes se están sembrando en seco, con precipitaciones desparejas y acumulados escasos, lo que compromete la emergencia y el desarrollo inicial de los cultivos.
La mayor preocupación se concentra en los maíces de primera, que ingresan o ya transitan la etapa de floración, determinante para la definición del rendimiento. La persistencia del déficit hídrico implica una pérdida diaria de potencial productivo y, según advierten los técnicos, el desempeño final del verano quedará fuertemente condicionado a la llegada de lluvias en el corto plazo.
Incendios forestales y riesgo ambiental en aumento
Las altas temperaturas y la sequedad también favorecen la generación de incendios rurales. En los últimos días, una quema forestal en Lavalleja afectó más de 280 hectáreas de campo y demandó el trabajo de Bomberos, con apoyo de la Fuerza Aérea y la Armada, mientras que otro foco en el noroeste de Montevideo consumió unas 60 hectáreas.
Las autoridades indicaron que no hubo riesgo inmediato para viviendas ni personas, aunque reconocieron que las condiciones climáticas dificultan las tareas de control y elevan el riesgo de nuevos focos, en un escenario que refuerza la preocupación por el impacto de la sequía y el calor extremo en el agro y el medio ambiente.


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