30 de diciembre 2025 - 09:38

Las tarifas bajan en términos reales, con excepción de OSE

La evolución de los últimos años marca importantes diferencias entre los distintos servicios. Políticas sectoriales y tecnología explican las diferencias.

Las tarifas bajan en términos reales, con excepción de OSE.

Las tarifas bajan en términos reales, con excepción de OSE.

Desde los diversos entes del Estado se resolvieron las nuevas tarifas para aplicar a partir del año 2026, con el correspondiente ajuste en el próximo mes de enero. En el caso de UTE (energía eléctrica) y Antel (comunicaciones) los aumentos son del 3,3 y 3,5% promedio respectivamente. En el caso de OSE, el aumento definido fue del 8,5%. Este ente argumentó que casi cinco puntos de dicha suba corresponden a aumentos de costos y el resto a financiar lo que denominó como un “ambicioso plan de inversiones” del organismo.

De esta manera, la tarifa de OSE es la única que -en este último ajuste- sube por encima de la inflación la cual se ha movido en torno al 4,1% a 4,3% anual. Al observar la trayectoria de los últimos años también se aprecian diferencias entre las distintas tarifas.

Cambios y ponderaciones

Tomando los datos de la canasta familiar promedio -a partir de la que se define el Índice de Precios del Consumo (IPC)- la tarifa de energía eléctrica es la de mayor ponderación, representando 4,2% del total de dicho índice. El suministro de agua responde por algo más del 1%, mientras que el servicio de internet algo menos de 1%, a pesar de que ha aumentado su relevancia por ser indispensable para las comunicaciones, educación y entretenimiento.

En la gráfica adjunta se presenta la evolución en valor real -descontada la inflación- de dichas tarifas. En el caso del servicio de energía eléctrica hay una notoria caída en el valor real en los últimos años, acumulando un descenso de casi 30% desde 2011.

Gráfico tarifas
Las tarifas han evolucionado de forma diferente en cuanto a su valor real, descontando la inflación.

Las tarifas han evolucionado de forma diferente en cuanto a su valor real, descontando la inflación.

Esto responde a varios factores, entre ellos una mayor eficiencia de generación y distribución, no sólo en términos de costo directo bruto de la energía, sino también por una gestión comercial que hace muchos años UTE aplica para extender el uso de energía eléctrica, lo cual ayuda a una mayor eficiencia general del suministro.

Allí se incluye la aplicación de las “tarifas inteligentes”, que además de promover el ahorro y un consumo más eficiente y sustentable, articulan bien con los cambios en la matriz de generación eléctrica, con la expansión de las energías renovables. Esto permite reducir cada vez más la dependencia de la generación en base a combustible fósil, lo que se reafirma con las tarifas inteligentes, que encarecen el consumo en el “pico” de demanda diario (tarde/noche) reduciendo la necesidad eventual de recurrir a las centrales térmicas.

Todo esto ha permitido una reducción en el costo promedio del abastecimiento, como lo reflejan estudios recientes de la Asociación Uruguaya de Generadores Privados de Energía Eléctrica (Augpee).

También hay que mencionar las inversiones en las redes y especialmente la interconexión mayor con la región, que permite aumentar el comercio de energía eléctrica y reducir costos.

En la comparación regional, Uruguay tiene tarifas superiores a sus vecinos. Según los datos de SEG ingeniería, el MWh en nuestro país está en 271 dólares, mientras en Brasil, Argentina y Paraguay, los costos son 211, 111 y 72 U$S/MWh. Obviamente nos estamos comparando con países bastante particulares: en el caso de Paraguay, tiene las dos principales represas hidroeléctricas de América del Sur, lo que permite acceder a energía eléctrica muy económica. Brasil y Argentina, por su parte, son países con recursos energéticos muy amplios. En el caso de Chile el costo es muy similar al de Uruguay, unos 267 U$S/MWh.

En el caso de los servicios de Internet para el hogar, la tarifa tuvo una reducción significativa una década atrás, pero en los últimos 10 años -si bien con fluctuaciones- se ha mantenido relativamente estable en términos reales. Por supuesto, la capacidad del servicio aumentó significativamente, con mayor capacidad de transmisión de datos, basada principalmente en la expansión de la fibra óptica. De manera que la tarifa del servicio de internet está a 20% por debajo de lo que estaba hace 15 años atrás, pero casi en igual nivel que en 2016 (gráfica).

Finalmente, en el caso del servicio de suministro de agua al hogar que brinda OSE, la tarifa ha ido aumentando paulatinamente, si bien también con periodos de cierta estabilidad e incluso algunos descensos. Como se ve en la gráfica, hubo un aumento importante hacia el año 2017-2018 estabilizándose a partir de ese momento y ahora un nuevo aumento real, que la pone en su máximo de varias décadas.

Comparando con la región, el servicio de suministro de agua en Uruguay está en buen nivel, aunque hay varios elementos para mejorar, entre ellos los problemas de pérdidas en la red metropolitana de Montevideo. A su vez, el trance sufrido en 2023, con la sequía, ha reforzado la necesidad de realizar inversiones que den más garantías de suministro. Primero fue el proyecto Neptuno, que impulsó el gobierno anterior, mientras que el gobierno actual se inclina por una represa de reserva en Casupá. Como mencionamos líneas arriba, parte del aumento en la tarifa de OSE, irá a inversiones.

Dejá tu comentario

Te puede interesar