La inflación interanual de setiembre se situó en 4,25%, casi sin variación respecto a agosto y algo por debajo de lo previsto en trimestres anteriores, por lo tanto, la dinámica de precios, que observa el sector privado, se consolida alrededor del objetivo (4,5%) del Banco Central del Uruguay (BCU).
Los agentes económicos ven una inflación por debajo del 5% hacia 2027
El aumento de precios se mantuvo estable en setiembre con un 4,25% interanual, mientras las proyecciones a dos años anticipan una baja generalizada.
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Los empresarios industriales reducen sus expectativas sobre el rumbo de la economía
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Las expectativas de inflación a dos años se ubican en mínimos históricos y siguen por encima de la meta del BCU
Empresas y mercados ven una inflación cada vez más controlada.
En el comportamiento por rubros, la baja interanual estuvo impulsada mayoritariamente por los bienes y servicios transables, los que compiten en mercados internacionales, excepto la carne, mientras que los incrementos se concentraron en subcomponentes ligados a la economía local, como transporte de pasajeros, juegos de azar y el salario del servicio doméstico.
La inflación observada se ubica en el nivel proyectado por el BCU un año atrás, aunque sigue estando sistemáticamente por debajo del promedio de expectativas privadas, lo que coloca a las expectativas como el eje central del análisis sobre la trayectoria futura de precios.
En setiembre las expectativas a dos años continuaron su descenso entre todos los agentes relevados: analistas, mercados financieros y empresas. Según la gráfica que acompaña el informe, el promedio de expectativas a dos años en setiembre ronda el 4,95%; por grupos, los analistas se ubican prácticamente en la meta (alrededor de 4,6%), los mercados financieros algo por encima (4,75%) y las empresas muestran un nivel mayor (5,5%). Esto marca mínimos históricos para las expectativas de empresas y analistas en la serie relevada.
Expectativas alineadas, política monetaria más cómoda
La política monetaria ya reaccionó a este cuadro: el BCU recortó la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 50 puntos básicos en su última reunión, llevando la tasa de referencia a 8,25% y moderando la postura contractiva. En el comunicado se señaló que, si el escenario macroeconómico evoluciona según lo previsto, la autoridad continuará el ciclo de reducciones hacia una instancia de política monetaria neutral.
Los técnicos del BCU enfatizan que la reducción de la inflación no transable, los precios ligados a la demanda interna y a costos que no compiten internacionalmente, es la parte más exigente del programa: su rigidez hace más lento el ajuste y tiene impacto directo en costos empresariales y competitividad. No obstante, la mejoría de las expectativas privadas contribuye ya a la caída de ese componente.
En la práctica, la convergencia de las expectativas hacia la meta reduce la necesidad de tasas tan altas para anclar precios: si las empresas y los hogares creen que la inflación llegará a 4,5% en el horizonte de la política monetaria, hay menos presiones por ajustes preventivos de precios y salarios. Esa dinámica es la que habilita al BCU a relajar gradualmente la TPM sin poner en riesgo el objetivo de precios.
Los economistas consultados coinciden en que el escenario no está exento de riesgos: episodios internacionales (tensiones fiscales, shocks de oferta) o una aceleración de los precios no transables pueden complicar la senda. Pero, por ahora, los indicadores de expectativas y la inflación observada respaldan la hipótesis de que la autoridad monetaria podrá seguir reduciendo la tasa en próximas reuniones, siempre que las expectativas permanezcan ancladas.


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