Bajo un sol otoñal y temperaturas que rondaron los 20 grados en todo el país —grados más, grados menos—, la gente fue saliendo a las calles para las elecciones departamentales más tarde que en octubre y noviembre, pero con una emoción asociada a lo local de los comicios que no se vio en las instancias electorales del años pasado. De todos modos, el cansancio fue concepto común en los comentarios políticos respecto al eterno calendario, aunque tuvieron algunos condimentos particulares para romper con la rutina de las declaraciones.
Mil hojas de votación, calor local y proyecciones: candidatos y dirigentes protagonizaron también la otra cara de la jornada electoral
Las elecciones departamentales dieron lugar también para risas, anécdotas y selfies, aunque se colaron algunos momentos menos felices en unos comicios que, seguramente, serán recordados.
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Poco movimiento en las primeras horas de votación en las elecciones departamentales y municipales
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Elecciones departamentales: ¿qué pasa si no voté?

Las elecciones departamentales también tuvieron un lado B.
El horario central de la elección fue el mediodía, como si levantarse de la cama le hubiera costado a más de uno —incluso entre los candidatos—; pero no por ello faltaron las ya clásicas selfies, los comentarios picantes al borde de romper la veda y las juntadas y almuerzos en los hogares familiares, otorgados por la excusa electoral y cédulas nunca renovadas.
En ese sentido, ya es clásico ver las ajadas papeletas del expresidente Luis Lacalle Pou o del candidato frenteamplista en Montevideo, Mario Bergara, que aprovechó para recorrer su viejo barrio y saludar a sus amigos de la escuela, quienes, desde hoy por la noche, quizás lo empiecen a ver como el responsable de arreglar los problemas de basura y movilidad capitalinas, comodines durante la campaña.
Lágrimas en Montevideo
Es que en Montevideo, el resultado parece estar sellado desde antes de la jornada electoral. Y basta con escuchar las palabras del candidato del Partido Nacional (PN), Martín Lema, que sin ser expresamente determinante, dejó en claro que las esperanzas no son muchas: "Tenemos esa paz y ese sentimiento de haberlo dejado todo y lo vamos a seguir haciendo hasta el último minuto", expresó con una sonrisa triste que no ocultó el derrotismo en sus declaraciones.
En el caso de la candidata del Frente Amplio (FA) Verónica Piñeiro, todavía hay quienes se preguntan si el temblor en su voz se debió a los nervios de una jornada importante o había algo de llanto escondido. En todo caso, la campaña oficialista —sobre todo, habiendo sido parte de la gestión actual— no fue nada fácil.
Lacalle Pou en cambio, vivió la elección con la libertad de haberse sacado el peso del cargo de encima, disfrutando los primeros meses de no ser presidente: entre charlas sobre su skate y la posibilidad de no responder preguntas más incómodas, incluso se saludó con un oso celeste de la campaña de Sebastián Andújar que lo esperó a la salida de su circuito electoral. “Ahora tienen memes”, dijo entre risas a la prensa.
La “aventura” de las mil hojas de votación
“Vine sin la lista, se notó, ¿no? Demoré. Dije ‘voy a hacer la aventura de encontrar la hoja’, y no fue fácil, porque todo el colorido te impresiona, hay muchas listas”, explicó el presidente Yamandú Orsi tras votar en Canelones: “Pero lo encontré, encontré lo que quería votar”.
Lo que le pasó al mandatario le ocurrió —y ocurrirá— a muchos uruguayos a lo largo de toda la jornada electoral. Es que, en todo el país, se votan 1.288 cargos entre intendentes, ediles, alcaldes y concejales; y solo para las jefaturas comunales se presentaron 131 candidatos. Además, el hecho de que se lleven a cabo dos comicios simultáneos pero independientes entre sí —departamentales y municipales— implica la presencia de dos tipos de hojas de votación, multiplicadas por la cantidad de listas y lemas correspondientes. En resumen, como dijo Orsi, una “aventura”.
De todos modos, pese a la enorme cantidad de candidatos, listas, cargos y colores en juego, se mantienen dos constantes: algunos apellidos que se repiten por aquí y por allá de manera constante —entre las reelecciones y los herederos políticos en los departamentos—, y la casi nula presencia de mujeres.
Ausencias llamativas: Besozzi no pudo votar y Mujica no dijo “presente”
Esta elección será recordada por dos cuestiones llamativas y particulares: por ser aquella en que un candidato no pudo votar, y por la ausencia del expresidente José Mujica.
“Me duele mucho, nunca dejé de votar, es la primera vez desde que tengo 18 años que quedaría sin votar”, expresó Guillermo Besozzi, exintendente de Soriano y candidato a volver a dirigir la comuna. Su imposibilidad de emitir el voto se relaciona con su situación judicial: está imputado por presuntos delitos de corrupción en la gestión pública.
El obstáculo principal es que tiene prohibido el ingreso a cualquier recinto municipal y su circuito de votación se encuentra precisamente en uno de ellos.
Por otra parte, la ausencia de Mujica estuvo acompañada por la inevitable asociación con su estado de salud. Una nota de tristeza —acrecentada por la presencia de Lucía Topolansky sola y sin declaraciones en el circuito de votación— para los frenteamplistas, que ven inevitable y ¿cercana? la despedida de uno de sus líderes políticos.
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