Pensemos el mañana del real estate de Uruguay. No es una frase, ni un slogan: intentemos hacerlo realidad. Para mirar el mañana, hay que ver el hoy.
Pensemos el mañana del real estate de Uruguay
El déficit habitacional en el país es de 65.000 viviendas, según el Ministerio de Vivienda, y construir 31.000 viviendas llevó 11 años.
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El año pasado fue récord de venta de viviendas nuevas en la última década
Uruguay es un excelente país para invertir y los inversores están comenzando a tenernos en su radar. Hay excelente calidad de vida, el mejor clima de negocios de Latinoamérica. Es un país tranquilo, estable y seguro; no se vislumbran cambios políticos, sociales o económicos a corto o mediano plazo.
Viviendas y hogares
Las ciudades se expanden, crecen, se forman nuevos barrios y centros comerciales. Saliendo del centro, a algunos minutos, hay también zonas con amplias tierras, donde amerita desarrollar proyectos edilicios que serán de interés para inversores y también para usuarios finales. Y estamos pensando en cualquier capital de los departamentos de nuestro país.
En cuanto a vivienda, Uruguay tiene hoy dos problemas muy difíciles de solucionar: déficit habitacional y falta de capital.
Déficit habitacional
El déficit habitacional en Uruguay es de 65.000 viviendas según el Ministerio de Vivienda. Construir 31.000 viviendas llevó 11 años, entonces, para llegar a 65.000 se necesitarán 20 años. Y eso significa miles de manos, de obreros, trabajando para impulsar un país. La industria de la construcción es la industria que mueve más personal, más ramas, y por lo tanto, mueve la economía.
Sabemos que el gobierno no las va a construir, las van a construir los inversores privados. El gobierno, desde hace varios períodos, sin importar el partido político que estuvo al frente, ha realizado concesiones y obviamente esfuerzos para darle ritmo a la industria de la construcción.
Hoy debe iniciar una nueva etapa; mas profunda, más amplia e importante. Requiere de otros esfuerzos y de otros actores. Es hora de una mirada más profunda, de avanzar, de pensar en grande: Open Mind, de actuar todos juntos, todos los actores, en equipo.
Los constructores privados, principalmente uruguayos, son quienes en los últimos 11 años han construido 31.000 viviendas promovidas. Invirtieron, en la mayoría de los casos, miles de millones de dólares de capital propio. Pero para mover la aguja, se necesita mucho más: tres o cuatro veces más esa inversión. Y esa inversión está afuera, en el exterior.
Capital para invertir
Para solucionar la falta de capital, hay que atraer al inversor corporativo, a los fondos de pensiones e inversiones. Se los atrae con beneficios y siendo atractivo. Los beneficios los deben otorgar los gobiernos centrales y municipales.
Invierten donde les resulta atractivo, donde tienen retorno, no hacen beneficencia. Pero sí están dispuestos a correr ciertos riesgos, porque invertir ya es correr un riesgo. El verdadero inversor no busca seguridad, sino una relación rentable entre riesgo y beneficio.
Conocer al inversor es importante. Los inversores de propiedades, invierten en inmuebles como una de las formas más simples, rentables y seguras de conseguir ingresos residuales o rentas. Los arriendos son un flujo constante de ingresos y no requieren del tiempo del inversor para generarse. Arrendar es más rápido y fácil y ofrece ingresos regulares e incrementan el patrimonio.
Uruguay es un país sencillo, geográficamente fácil, se llega de un extremo al otro en el día. Esto hace que no haya complicaciones para desarrollar estas viviendas en todo el país.
El ahora, para el mañana
Entonces, es hora de salir a buscar a esos privados, a esos fondos de pensión e inversión. No debemos esperar más. Tenemos todo para que puedan venir, para que decidan bien pronto. Hay que ir a donde ellos están, logrando reuniones, presentándoles artículos de prensa.
Hay que brindarles garantías (aunque ya la tienen por el país) y otorgarles más beneficios: pese a que ya existen algunos, se debe pensar en otros.
Build to Rent (BTR) es la herramienta perfecta, se adapta justo para el modelo de negocio que desean los inversores corporativos. Otra ventaja, es que colabora a bajar el precio de los alquileres.
Esas 31.000 viviendas, construidas a lo largo de 11 años, significó una inversión de casi alrededor de 3.000 millones de dólares, entre el costo de construcción y terreno.
En tanto, debemos conseguir por lo menos 6.000 millones de dólares para destinar a vivienda. Recién ahí estaríamos, si es que se consigue, eliminando el déficit habitacional. Por eso lo del título, pensemos en el mañana, ¡pero desde hoy!
* Gonzalo Martínez Vargas es CEO de Moebius Consultora Inmobiliaria.
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