11 de abril 2024 - 11:47

Cuáles son las dos medidas que aún no tomó el Gobierno para impulsar verdaderamente la campaña de trigo

Por ahora y a pesar de los anuncios del Ministro de Economía, Luis Caputo, los números para sembrar trigo no entusiasman al sector productivo.

El trigo es un cultivo que necesita mucha inversión en un contexto en el que el productor viene de varias campañas negativas o apenas positivas post sequía, por lo tanto deberá endeudarse una vez mas para sembrar.
El trigo es un cultivo que necesita mucha inversión en un contexto en el que el productor viene de varias campañas negativas o apenas positivas post sequía, por lo tanto deberá endeudarse una vez mas para sembrar.
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La toma de decisiones para encarar la siembra de trigo esta demorada. Quienes deben definir con qué paquete tecnológico sembrarán hacen cálculos con los costos en la mano, observan los modelos climáticos y miran al cielo buscando una respuesta, una señal. Es que estas dos variables son las que definen si habrá o no rentabilidad cuando a fin de año llegue el momento de pasar el rastrillo. Algo es seguro: los números son muy ajustados para el trigo y podrían arrojar pérdidas no sólo en campos alquilados, sino también en los propios.

Recientemente, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), advirtió que en esta campaña el margen neto (después de impuestos) se sitúa en US$72 por hectárea para campos propios, mientras que para aquellos bajo alquiler los márgenes son negativos, alcanzando los -US$90 por hectárea. En los campos arrendados se necesitan al menos 44,6 quintales por hectárea para ganar y en campos propios el rendimiento de indiferencia se ubicó en 36,3 quintales por hectárea.

¿Cuánto trigo se sembrará este año?

Uno de los temas que más esta observando el Gobierno es el costo de los insumos. Ya que no puede mejorar los ingresos a los productores vía una disminución de las retenciones, intenta hacerlo a partir de la baja de aranceles o impuestos en los insumos que se utilizarán para la campaña fina.

Javier Latorre, reconocido experto y extensionista en el área de desarrollo de producto en Nidera Semillas explicó a Ámbito que “a esta altura la campaña debería estar mas encaminada, pero aún no hay una definición acerca de qué va a hacer el productor”. La decisión de compra de insumos esta demorada y eso es porque los números no cierran: mas allá de la variedad de trigo que se elija sembrar, para llegar a los rendimientos de indiferencia se necesita una buena inversión en fertilización y ahí radica el principal problema.

Desde la Asociación de Trigo Argentino (Argentrigo) aseguran que las condiciones climáticas para encarar la campaña estarían garantizadas, sin embargo lo que no encaja es la relación insumo / producto, ya que los precios del cereal en el mercado internacional no convencen y los costos para avanzar con la siembra realmente asustan. La sensación que hay en el mercado es que el trigo podría quedar relegado frente a otros cereales (como la cebada) o incluso a las legumbres.

Las medidas anunciadas por el Gobierno

El trigo es un cultivo que necesita mucha inversión en un contexto en el que el productor viene de varias campañas negativas o apenas positivas post sequía, por lo tanto deberá endeudarse una vez mas para sembrar. La intensidad con la que decida jugar el partido dependerá de cuánto incentivo encuentre a la hora de la verdad, que es cuando debe decidir si siembra con un alto paquete tecnológico o si lo hace a la defensiva.

Uno de los principales problemas radica en que los precios de los insumos, entre ellos los fertilizantes y los agroquímicos, reflejan una realidad que no es la que deberían. Por eso el Gobierno anunció esta semana una baja en los aranceles de importación de los herbicidas a base de atrazina, glifosato y 2,4-D del 35 % al 12,6 %. Acto seguido obró de manera similar con un tipo de fertilizante, como lo es la urea y sus mezclas con nitrato de amonio, que actualmente se ubican en 5,4 y 3,6 %.

En cuanto a la urea se estima que cerca del 60 % de la demanda la abastece Profertil (una empresa local donde YPF tiene gran parte del paquete accionario) y el resto se importa, por lo tanto el impacto se podría observar sólo en esa porción del mercado. Hoy el precio de la urea se ubica en torno a los US$ 630 dólares por tonelada y si bien arrastra una baja cercana al 15 %, todavía se ubica un 23 % por encima de los precios registrados en la comparación interanual.

Lo que debería anunciar Caputo en los próximos días

Es importante destacar que entre todos los fertilizantes que se aplican en el mercado argentino, un 56 % corresponde a la urea, un 37% a los fosfatados y el resto pertenece a otros grupos de especialidades.

Antes de los anuncios, Ámbito dialogó con Andrés Bertotto, socio de IF Fertilizantes, quien conoce a la perfección lo que ocurre en el plano internacional con este tipo de productos. Bertotto confirmó que para la siembra de trigo “los números no dan y no tenemos que responsabilizar sólo a los fertilizantes”. Aclaró que en las últimas semanas los granos bajaron en el mercado internacional y que el fertilizante también lo hizo. Sin embargo, al referirse al plano local, detalló que “el mercado argentino tiene sus particularidades, pero afortunadamente estamos transitando un camino hacia la normalización”.

Sus palabras son más que alentadoras, porque ya sea por las reacciones del mercado o por las definiciones del Gobierno en materia de aranceles, todos son pulsos positivos que tienen como objetivo estimular a quienes siembran trigo en el país.

Jeremias Battistoni, analista de mercados de AZ-Group explicó a Ámbito que desde diciembre a la fecha, en el plano local “la urea recortó USD 342 y el MAP, USD 147. Hay un reajuste en los precios locales que viene de la mano de la normalización después de un 2023 muy restringido por las importaciones”.

Lo que anunció Caputo tendría un impacto positivo y representaría una baja en los costos de USD 16 por tonelada en la urea. Sin embargo, las dos medidas que podría tomar el Ministro de Economía para impulsar realmente la siembra se basan en aplicar la misma reducción a los fertilizantes fosforados, lo que implicaría una mejora de USD 26 y llevaría la relación insumo / producto a terreno positivo.

La segunda medida esta relacionada a quitar el impuesto país a ambos insumos. En ese caso, la mejora representaría USD 102 en fósforo y UDS 62 en urea, con lo cual cambia definitivamente el esquema para el productor, que hoy en día no sólo sufre los derechos de exportación (retenciones) sino que también esta obligado a ser el único que arriesga en la campaña agrícola, pagando además derechos de importación.

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