Crean Derecho a Energía Barata (pero no la dan)
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Hoy, el pico de demanda debe estar en 130 millones de metros cúbicos por día y la oferta estimada, ante la carencia de información oficial, es que debe ser 20% menos y a la baja, dado que los yacimientos se están vaciando y no hay nuevas reservas para reponer.
El CAPEX (Capital Expenditure) de un ducto de gas depende de sus metros cúbicos por día, longitud y presión. Cuanto más lejos deba llegar el gas, mayor será la presión en bar. En general, en promedio es necesaria una estación de compresión cada 200 km para aumentar la presión, con un límite que es la capacidad mecánica del tubo. Llega un momento en que hay que hacer otro ducto en paralelo («loop») para una mayor oferta y redundancia de operación.
Pero a los funcionarios no les importa, y por ello ingresaron en la aventura de « inflar» los gasoductos para que no se note, dejando la construcción de los by-pass para más adelante.
Aquí llega el segundo problema, ya técnico. Las plantas de compresión, los tubos y demás materiales tienen precios internacionales de commodities, pero el CAPEX del ducto depende de su traza; si se trata de suelo fácil con poca interferencia (por ejemplo en la Pampa Húmeda), el valor es infinitamente menor que si debe construirse un «loop» pasando por el Obelisco, donde el valor de la obra es un numeral dos o tres veces mayor que el del equipamiento, y la demora es mucho mayor. Uno de los análisis que debería hacerse es si la traza de los gasoductos que generaron el escándalo de los sobreprecios era la adecuada algo que hoy puede calcularse en una simple planilla de cálculo.
Las crisis de energía han sido estudiadas en profundidad en todo el mundo, por la simple razón de que han ocurrido muchas veces y pueden volver a ocurrir. El planteo es la reacción de la sociedad: mientras en la Argentina se la niega, y se culpa al «desmesurado incremento de la producción», el entonces presidente Clinton ordenó cerrar las oficinas gubernamentales en la Navidad de 1995, cuando una temperatura polar afectó el norte de los Estados Unidos. Tal vez pensó, no sin razón, que era preferible asignar la energía a las fábricas, el transporte y los hogares que a los burócratas que no producían, sino gastaban.
El gobierno argentino podría cerrar durante algunos días todas las oficinas públicas, para que por lo menos los patrulleros de la Policía (que según nos hemos enterado funcionan con GNC) puedan cuidar la vida y los bienes de los ciudadanos.
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