Periodista: ¡Volvió el Trump de siempre!
Diálogos de Wall Street: Donald Trump, ¿no se suponía que iba a moderarse?
El presidente electo no esperó a tomar posesión de la Casa Blanca, y ya vierte amenazas de aplicar aranceles a diestra y siniestra. ¿Qué harán los mercados, Gordon Gekko?
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Gordon Gekko: Repartiendo aranceles para todos los gustos. México y Canadá, los socios del UMSCA (el acuerdo que impulsó como reemplazo del Nafta), recibieron la promesa de tener que pagar 25% sobre todas sus exportaciones. Y China, un gravamen adicional de 10%. No está claro si hay que agregárselo o no al nivel de 60% que ya le había dedicado en la campaña.
P.: El viernes Trump designó a Scott Bessent al frente del Tesoro. ¿No se suponía una señal de moderación?
G.G.: Sí. Y lo es. Es el nuevo Stephen Mnuchin, pero más involucrado con la causa.
P.: No surtió mucho efecto.
G.G.: El dueño del circo es Trump. Bessent podrá administrarlo mejor, pero el que manda es quién ganó la elección. Y Bessent participó de toda la campaña, no es un recién llegado, conoce muy bien el libreto que se va a aplicar.
P.: ¿Qué se puede decir, a esta altura, de Trump 2.0? ¿Qué cabe esperar?
G.G.: La historia se repite. Preste atención a la reacción de los mercados después de estos anuncios, porque es muy informativa.
P.: Bessent parecía el antídoto de Trump. Las tasas largas cayeron 15 puntos base el lunes con su nombramiento. Pero después de la amenaza arancelaria de Trump volvieron a subir.
G.G.: La tasa de 10 años cayó de 4,45% a 4,25% por el efecto Bessent. Y ahora ronda 4,30%. La historia se repite, pero hasta el momento, a decir verdad, más como farsa que drama.
P.: ¿No se toma la amenaza en serio?
G.G.: Lo que los mercados esperan es más denso. Desde mediados de septiembre la Fed recortó 75 puntos base sus tasas. Es probable que sumen otros 25 puntos base el 18 de diciembre. Y las tasas largas operan a contramano a cuenta de Trump. Treparon, entre extremos, 90 puntos. Llegaron a rozar 4,50%. Así que están preparados para un Trump más áspero. No de palabra, que eso se descuenta, es su naturaleza; sino de acción.
P.: Trump recién asume el 20 de enero.
G.G.: Con más razón. Ladra, pero si muerde, será dentro de un par de meses. Para preocuparse hay tiempo. Esta es una etapa de ablande.
P.: Si no lo toman en serio, insistirá. ¿No le parece? Y una gota que insiste puede horadar la piedra.
G.G.: El mensaje no está dedicado únicamente a los mercados. Trump les dice a sus votantes que se encuentra ansioso por cumplir sus promesas. Habla de caravanas de inmigrantes que pugnan por entrar de México y de Canadá (¿?), del fentanilo y otros temas sensibles a evitar. Si además pretende movilizar a los mercados, ahí sí, deberá machacar porque lo tomaron a la ligera. Es elemental. Si los aranceles fueran esenciales por qué eligió a Bessent y no directamente a Lighthizer.
P.: Lighthizer es el creyente y practicante. Pero no le confían las riendas de la política económica.
G.G.: Trump es un creyente fervoroso, también. Pero no come vidrio. Y Bessent no está en contra de utilizar los aranceles como herramienta de negociación. Que es lo que Trump dice después de todo. Lo suyo, esta vez, no es un planteo puramente de comercio. Habrá que sentarse a discutir de inmigración. Eso está claro. Y la cuestión se puede resolver en ese plano causando menos problemas que un aumento de aranceles a destajo.
P.: ¿Qué hará la Bolsa mientras tanto?
G.G.: Lo que mejor sabe hacer. Sobre todo, después del Día de Acción de Gracias. Es un mercado bull. No lo olvide.
P.: ¿No ve razones para que se torne más cauteloso?
G.G.: Wall Street se relame con la baja de regulaciones, y el mejor clima para hacer negocios. Y la protección no le desagrada tampoco. Pregúntele su opinión al Russell 2000. Tuvo que ganar Trump para que se animase a establecer un nuevo récord absoluto.
P.: ¿No se teme que la agenda sea demasiado inflacionaria?
G.G.: Para cuidar que no sea así está la Fed.
P.: ¿No inquieta que Trump quiera despedirlo a Powell? ¿No fue Bessent acaso el que alumbró la idea de montar una Fed en las sombras para quitarle influencia?
G.G.: Trump es un hombre de negocios, no querrá arruinar el suyo, esta magnífica segunda oportunidad de gobierno. Tendrá que soportarlo a Powell hasta abril de 2026, que es cuando termina su mandato como chairman. Pero, curiosamente, será gracias a Powell y las expectativas estables de inflación que él podrá intentar realizar su agenda. El mercado de bonos es el que va a poner los límites. Trump puede decir lo que quiera, pero si la tasa de 10 años se dispara en un abrir y cerrar de ojos a 5%, o si los mercados de monedas convulsionan, Wall Street tomará nota. Y Bessent tendrá que salir a apagar el incendio. Para eso está.
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