2 de diciembre 2013 - 00:00

Murió Urdapilleta, un cómico con alma de trágico

Alejandro Urdapilleta, rostro fundamental de la movida under de los 80, también fue un excelente actor dramático.
Alejandro Urdapilleta, rostro fundamental de la movida under de los 80, también fue un excelente actor dramático.
Sorprendió ayer la muerte de Alejandro Urdapilleta, popular actor del ambiente under de los '80, las series "Tumberos" y "Sol negro" y el actual cine argentino. Su último trabajo fue en "Un paraíso para los malditos", encarnando a un viejo con demencia senil. Tenía 59 años.

Urdapilleta nació en Montevideo el 10 de marzo de 1954, hijo de un militar argentino, el entonces capitán Fernando Urdapilleta, años después gobernador de Jujuy, donde creó abundantes escuelas y viviendas. A los 23 años Alejandro se fue a vivir a Inglaterra y España, donde sobrevivió como pudo.

Se instaló en la Argentina recién en 1981. En 1984 se integró al Parakultural, centro de la movida under porteña, formando trío con Batato Barea y Humberto Tortonese. Allí realizaron "Alfonsina y el mal", "La carancha", "El método de Juana" y "La moribunda".

También supo integrarse al teatro oficial con admirables trabajos, que le hicieron ganar el ACE en tres oportunidades: revelación masculina 1991/2 por el Polonio de "Hamlet", actor de reparto en drama 1995/6 por "El relámpago", actor protagónico en drama 1999/2000 por "Almuerzo en casa de Ludwig W.". Otras grandes apariciones suyas fueron en "Urdapilleta en llamas", "Martha Stutz", "Mein Kampf (una farsa)" y "Rey Lear" en 2006, cuando asumió el protagónico en el drama de William Shakespeare, en el Teatro San Martín, tras la partida de Alfredo Alcón en desacuerdo con el director Jorge Lavelli.

En televisión, "El palacio de la risa", con Gasalla, "Tiempo final", "Tumberos" (premio Martín Fierro al mejor actor de reparto 2002), "Sol negro", "Mujeres asesinas" y "Lo que el tiempo nos dejó.

En cine, tras olvidadas apariciones en "Kindergarten", "Cipayos" y otras, se lució en dos películas de Fernando Spiner: "La sonámbula" y "Adiós, querida luna" (mejor actor en Mar del Plata 2003). A señalar, especialmente, su papel de poderoso señor en "La antena", fantasía muda en blanco y negro de Esteban Sapir. Otros trabajos: "La niña santa", "Toda la gente sola", "Los santos sucios", "Verano maldito", con una singular caracterización como deficiente mental ya cincuentón.

Acaso el más serio del recordado trio under, Urdapilleta fue también escritor y dramaturgo, con títulos como "Vagones transportan humo", "Viva la mentira" para el Ciclo 2001 de Teatro x la Identidad, "Legión Re-ligión", "Las 13 Oraciones", "La poseída". Alguna vez le preguntaron cómo le gustaria morir. Y escribió "En una cama grande, cómoda, sin tubos ni sueros ni nada médico. Con los ojos abiertos, drogado con una poderosa morfina, ni el más ligero dolor, creyendo y viendo que estoy en una casa enorme en el campo donde viví desde los ocho a los diez, con toda mi familia por ahí, como si no pasara nada, mirándolos, escuchándolos y que mi vieja me pusiera una manta por el frío, un tapado de piel que tenía, que me diese un beso en la frente y se fuese apagando la luz mientras me voy durmiendo, como el final de una película preciosa y sin dejar de oír la voz de mi madre". Para diluir la emoción, agregó que sus heroínas favoritas eran Batato Barea y Fernando Noy.

Paraná Sendrós

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