El encarecimiento de Argentina en dólares, que promete seguir su curso con la continuidad de la “tablita cambiaria” de Luis Caputo y la devaluación de las monedas emergentes, encendió las alarmas sobre la sangría de divisas por la balanza turística durante el verano. Más aún de cara al fin del Impuesto PAIS, que expira el 22 de diciembre. Con ese escenario, en el Gobierno se terminó de imponer la idea de que el dólar tarjeta no debe abaratarse para intentar minimizar el impacto de ese drenaje en las reservas del Banco Central. Por estas horas, el equipo económico evalúa alternativas para reemplazar ese tributo con algún otro recargo que compense su eliminación.
¿Dólar tarjeta a $1.650 pese al fin del Impuesto PAIS?: lo que evalúa el Gobierno ante un verano desafiante
La decisión que perfila el equipo económico es que, cuando venza el tributo, el dólar tarjeta no sufra una baja nominal. Por la apreciación cambiaria, buscan acotar el impacto en las reservas del boom de turismo al exterior.
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Ante la consulta de Ámbito, una alta fuente oficial del área económica explicó que, en este momento, la decisión que prima es la de evitar que el dólar tarjeta se reduzca en términos nominales. “La idea es que, si pretendés tener acceso a los dólares del BCRA, no te cuesten menos que en el mercado”, agregó.
Este lunes, el dólar tarjeta o turista cerró a $1.628 en el Banco Nación. Se trata de la cotización minorista más 60% de recargo: 30% de Impuesto PAIS y 30% de retención a cuenta de Ganancias, un esquema que rige para la compra de divisas destinada a saldar consumos en moneda extranjera y que forma parte del entramado del cepo cambiario. En poco más de 40 días, la porción correspondiente al PAIS dejará de existir. Así, si el Gobierno no implementara ninguna medida que lo contrarreste, este tipo de cambio se reduciría automáticamente 18,75%. A precios de hoy, bajaría a $1.322,75.
La decisión partirá del Ministerio de Economía. Según supo este medio, lo que se analiza es algún mecanismo impositivo distinto para cumplir con el mismo fin: que el dólar tarjeta se mantenga, a una distancia considerable, por encima del MEP. Para incluir un nuevo impuesto se necesitaría aprobación del Congreso. Por eso, la posibilidad más a mano de los funcionarios es decretar una nueva percepción a modo de adelanto a cuenta sobre otro impuesto que ya esté en vigencia, como ocurre ahora con Ganancias. La premisa de base es que esta cotización no baje en términos nominales.
De concretarse un mecanismo como ese, que permita contrarrestar la eliminación del Impuesto PAIS y mantener el recargo total en el 60%, el nuevo esquema debutaría con un dólar tarjeta por encima de los $1.650. Es que, por ahora, Luis Caputo y Santiago Bausili mantienen en el 2% mensual el ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial mayorista, que es el que marca la pauta que luego replican los distintos bancos en el segmento minorista.
Días atrás, Ámbito había anticipado que el Gobierno analizaba alguna medida en función del fin del Impuesto PAIS y que un funcionario del equipo económico dijo que la idea era “no regalar los dólares”.
Dólar tarjeta y las alertas por el turismo al exterior
Si bien eso no necesariamente desincentiva la salida de divisas del país por el boom de turismo al exterior que se espera para este verano, sí minimiza la proporción de dólares que salen de las reservas. Con el MEP casi $500 más barato que el dólar tarjeta, hoy el grueso de los gastos con tarjeta en el exterior se termina saldando con dólares propios comprados en el mercado financiero. La idea del Gobierno es que eso siga siendo así.
Como contó este medio, las proyecciones para este receso estival son preocupantes. Por caso, el economista Martín Kalos le dijo a Ámbito que en su consultora, Epyca, estiman que se irán por gastos en el exterior más de u$s3.000 millones durante ese período.
No es casualidad. La apreciación acumulada a lo largo del año, a caballo de la apuesta de Caputo y Javier Milei al ancla cambiaria para contener la inflación, llevó a que la situación actual sea la más conveniente para vacacionar en Brasil (en comparación con hacerlo dentro de Argentina) desde 2001, según calculó el economista Nery Persichini. Lo atestigua el salto en las consultas que reciben las plataformas turísticas de parte de los sectores de la población que aún tienen capacidad de costear el turismo de verano. Para viajar a Estados Unidos, es “la ventana más atractiva desde 2017”. “Chau Gesell. Hola Miami y Río”, sintetizó Persichini.
El encarecimiento de Argentina en dólares ya se ve reflejado en otros datos. En octubre los consumos de los argentinos con tarjeta en el exterior alcanzaron su mayor nivel desde 2018. Así se desprende de la información del BCRA, que muestra un salto en el stock de préstamos con tarjeta de crédito en moneda extranjera que lo llevaron a cerrar el mes en u$s646 millones.
El triunfo de Donald Trump en Estados Unidos sumó un factor de presión adicional. Si ya era significativa la devaluación vivida durante este año en varios países emergentes (con Brasil como caso paradigmático por su relevancia para Argentina), la llegada del republicano amenaza con potenciar ese proceso. La debilidad mostrada en los últimos días por el real y otras monedas de la región sirvió como muestra de lo que podría venirse.
El tipo de cambio real multilateral ya se ubica en mínimos de los últimos 22 años, prácticamente en el mismo nivel que el día previo a la megadevaluación de comienzos de la gestión de Milei y solo por encima de un puñado de meses de 2015. Si se combinara una continuidad de la depreciación en Brasil, China y otros socios comerciales de peso con la política de ancla cambiaria de Caputo, el encarecimiento de Argentina con respecto al resto de los países se profundizaría.
Dólar tarjeta y apreciación
En diálogo con Ámbito, el analista financiero Christian Buteler señaló que la medida en estudio para contrarrestar la caducidad del Impuesto PAIS refleja “una clara contradicción” en el discurso oficial. “Cuando les decís que el dólar está atrasado, te dicen que no, que hoy hay equilibrio fiscal, que no hay emisión de pesos y que eso cambia el valor del tipo de cambio real. Dan ese argumento. Pero no pueden eliminar el Impuesto PAIS del dólar tarjeta sin meterle otro impuesto. Si el dólar no estuviese atrasado, no tendría por qué haber un dólar tarjeta diferenciado”, sostuvo.
Para Buteler, “el problema es que el tipo de cambio está atrasado artificialmente”, por la tablita cambiaria definida por el Gobierno y la madeja de regulaciones que conforman el cepo. “Eso incentiva los viajes al exterior y desincentiva la llegada de turistas extranjeros, porque Argentina está cara”. Así, concluyó que la implementación de una medida como la que hoy prepara el equipo económico “no es otra cosa que volver a reforzar la vigencia del cepo ante la desaparición del Impuesto PAIS”.
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