2 de agosto 2006 - 00:00

Con 10 mil soldados, abre Israel más frentes en guerra del Líbano

Israel ha incrementado en las últimas horas la movilización de tropas terrestres con la finalidad de neutralizar el poder de fuego del grupo terrorista libanés Hizbollah.
Israel ha incrementado en las últimas horas la movilización de tropas terrestres con la finalidad de neutralizar el poder de fuego del grupo terrorista libanés Hizbollah.
Jerusalén (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - La limitación de los bombardeos por 48 horas dispuesta por Israel en el Líbano venció anoche, en momentos en que unos 10.000 soldados hebreos abrían nuevos frentes por tierra en la frontera, donde se produjeron encarnizados combates contra la milicia Hizbollah que dejaron muertos en ambos bandos. «Esta noche vence el plazo», dijo un alto mando israelí en un encuentro con periodistas en la Comandancia Norte del Ejército, en la que dio a entender que todas la opciones militares serán reabiertas.

El objetivo oficial de la autolimitación israelí para el fuego aéreo era permitir a la población libanesa abandonar la zona de guerra, luego de la tragedia en Qana, que causó la muerte de 60 civiles, entre ellos 37 niños. Esta decisión excluía los blancos vinculados a Hizbollah.

  • Barrido

  • Tres semanas después del inicio de la guerra, el gabinete de seguridad israelí acordó incrementar su ofensiva, realizando un barrido terrestre de casi siete kilómetros en el interior del Líbano, dijo una fuente política. En ese sentido, un alto mando del ejército indicó que actualmente operan en territorio libanés seis brigadas, lo que equivale a alrededor de 10.000 soldados.

    «Las fuerzas que componen estos operativos son básicamente unidades acorazadas, infantería e ingenieros, apoyados por artillería y fuerza aérea», dijo la fuente.

    Los combates por tierra le han costado a Israel hasta ahora la vida de 36 militares y heridasa más de un centenar, por lo que el ejército aboga por reanudar las operaciones aéreas.

    Sobre las bajas mortales en Hizbollah, el alto mando hebreo evaluó que ha sufrido entre 200 y 300 desde que estallaron los enfrentamientos el pasado 12 de julio, información desmentida horas más tarde por la milicia.

    Por la tarde, la aviación israelí realizó 12 incursiones aéreas en los alrededores de Baalbeck (este del Líbano) y lanzó bombardeos durante una hora sobre este bastión de la milicia de Hizbollah, informó la policía libanesa.

    Anoche, un portavoz de Hizbollah afirmó que un helicóptero israelí que aterrizó en Baalbeck hoy a la madrugada estaba rodeado por combatientes chiitas. Habitantes de la región dijeron: «Los israelíes aterrizaron. Hay disparos por todos lados. Hay muchos muertos y heridos».

    El ejército israelí confirmó ayer la muerte de tres de sus militares en los enfrentamientos en Aita al Chaab, en Líbano sur, contra miembros de Hizbollah. Otros 25 fueron heridos por disparos de cohetes antitanque y disparos de armas automáticas, según la televisión local. Por su parte, Israel afirmó haber dado muerte a una veintena de milicianos de Hizbollah en los combates «sucesivos» de las últimas 48 horas.

  • Civiles

    Por otro lado, una mujer y sus dos hijas murieron a raíz de un ataque israelí contra una localidad cercana al puerto de Sidón, 41 kilómetros al sur de Beirut, informó la agencia libanesa «NNA». Ese medio agregó que en el ataque aéreo a Lueizeh sufrieron heridas otros tres civiles libaneses. Mientras tanto, trece misiles y un obús de mortero cayeron en el norte de Israel, donde una calma relativa se vivía por segunda jornada consecutiva, indicó el ejército israelí.

    «Trece misiles y un obús de mortero fueron lanzados sobre el sector de Kiryat Shmona», declaró la misma fuente. A mediados de la jornada, el ejército había dado cuenta de dos misiles, cerca de Metula, localidad fronteriza con Líbano al este de Kiryat Shmona.

    En total, más de 1.900 de esos cohetes fueron disparados sobre Israel desde el comienzo del conflicto, lo que causó la muerte de 19 civiles y paralizó la actividad económica y la vida en el Norte, donde vive alrededor de un millón de israelíes, que se resguardan en refugios subterráneos durante los ataques.
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