Impuestos: ¿cuáles hay que eliminar y cuáles no?

El Gobierno anunció una fuerte reducción de impuestos para 2025, por lo tanto el tema a dilucidar es cuáles serían aquellos tributos que, por ser distorsivos, deberían ser excluidos.

La eliminación de tributos y su correlato con la presión fiscal y la recaudación

La eliminación de tributos y su correlato con la presión fiscal y la recaudación

La finalidad u objetivo de la legislación impositiva no solo atiende a brindar recursos al Estado Nacional para que pueda desempeñar sus funciones, sino que también puede ser un elemento para orientar o desalentar consumos, como así también favorecer o apoyar a ciertos sectores o actividades en forma particular.

La Dirección Nacional de Investigaciones y Análisis Fiscal ha publicado la lista de impuestos vigentes en el país, clasificándolos en 6 tipos de impuestos o tributos. De ellos, los más distorsivos son los agrupados bajo el título de Impuestos internos sobre bienes y servicios. Los impuestos que integran este grupo son:

IV.1 - Impuesto al Valor Agregado

IV.2 - Impuestos Internos

IV.3 - Impuestos sobre los combustibles líquidos y al dióxido de carbono

IV.4 - Impuesto a la energía eléctrica

IV.5 - Impuesto adicional de emergencia sobre cigarrillos

IV.6 - Fondo Especial del Tabaco

IV.7 - Impuesto a las entradas de espectáculos cinematográficos

IV.8 - Impuesto sobre los videogramas grabados

IV.9 - Impuesto a los servicios de comunicación audiovisual

IV.10 - Recargo al gas natural

IV.11 - Impuesto específico sobre la realización de apuestas

IV.12 - Impuesto indirecto sobre apuestas on line

IV.13 - Impuesto para una Argentina inclusiva y solidaria (PAIS)

Los impuestos IV.3, 4, 5, 7, 8, 9, 10 y 13, deberían eliminarse en lo inmediato, ya que son impuestos que impactan en los sectores en los que recaen haciendo que los valores de los bienes y servicios producidos se eleven encareciéndolos innecesariamente.

En cuanto a impuestos internos (que se compone de sectores como el consumo de bebidas alcohólicas, alcohólicas, suntuarios, etc.), es importante analizar aquí cuales son los sectores que conviene dejarlos para desalentar consumos nocivos para la salud de la sociedad y cuales eliminar por causar un efecto similar al descripto en el párrafo anterior.

Otro impuesto altamente distorsivo, que se clasifica dentro de los impuestos sobre el patrimonio (conforme la Dirección Nacional ya citada) es el impuesto sobre los débitos y créditos bancarios y otras operatorias. Este impuesto se cobra sobre los depósitos y retiros de cuentas bancarias o de operaciones realizadas en sustitución de dichas cuentas. Y como para paliar el efecto nocivo del mismo, se permite que sea pago a cuenta del impuesto a las ganancias pero hasta cierto límite, y ahora para las pymes se le permite parcialmente su cómputo contra aportes de la seguridad social. Directamente debe eliminarse este impuesto.

La distorsión no solo es provocada por los impuestos que recaen sobre las distintas actividades económicas, sino también las formas en que esos tributos deben ser pagados. Claramente, los esquemas de retenciones y percepciones vigentes hoy día son altamente abusivos y generan perjuicios financieros a las empresas, debiendo recurrir a préstamos para financiarse cuyo costo en términos de intereses, es muy alto.

Rápidamente, el Gobierno debe analizar la reducción de estos pagos a cuenta para dar aire financiero a las empresas. Los anticipos de impuestos para el Estado Nacional deben ser suficientes para cubrir sus erogaciones, las cuales, bien determinadas y planificadas, no sería necesario implementar otros pagos a cuenta.

¿Cuáles son inamovibles?

El 74% de la recaudación impositiva del año 2024 proviene de los impuestos a las ganancias y al valor agregado. Estos impuestos son los básicos que existen a nivel mundial, dado que captan dos manifestaciones de capacidad contributiva claras, como ser la renta y el consumo. Estos impuestos podríamos considerarlos inamovibles, pero que debería revisarse el nivel de imposición de manera que no se transformen en regresivos.

El segundo lugar lo ocupan los impuestos que recaen sobre el patrimonio, como por ejemplo, el impuesto sobre los bienes personales, sobre el capital de cooperativas y el impuesto sobre débitos y créditos bancarios ya mencionado, con una participación del 13% sobre los ingresos impositivos.

Estos son los impuestos que podrían ser legislados para orientar los capitales hacia sectores productivos, como lo fue el original impuesto sobre los bienes personales, llamado “Impuesto sobre los Bienes Personales no incorporados al proceso económico”. Así, se podría incentivar la generación de proyectos que den empleo, impulsen emprendedores, etc., en tanto el capital esté en movimiento y no solamente girando alrededor de rentas financieras.

¿Cómo puede impactar esta medida en el nivel de recaudación?

No me parece prudente hablar solamente del impacto de estas medidas a nivel de recaudación. Lógicamente que si la eliminación de impuestos se hace abruptamente, de un día para otro, la recaudación va a caer y el Estado no va a tener fondos para cubrir sus gastos, efecto que también lo sufrirán las provincias por los impuestos que se eliminen y sean coparticipables.

Pero se debe apostar a un crecimiento como país, con un impulso fuerte a sus industrias y actividades, por lo que va a ser necesario estudiar la forma de eliminar los impuestos distorsivos a la vez que se piensa en medidas que impulsen el desarrollo de nuevas industrias y actividades, que se favorezca la instalación de nuevas empresas, se continúe con el apoyo a pequeños emprendedores, y demás medidas de mediano y largo plazo que promuevan el crecimiento sostenido del país (y en todo su territorio).

Tomará un tiempo hasta que la rueda gire lo suficientemente rápido de manera que la recaudación se recupere en base a los bienes y servicios comercializados y no por fuerza de recaudar impuestos a costa de la población.

Gerente de Impuestos de PGK Consultores

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