El tercer sindicato agrícola más grande de Francia, Confederación Campesina, se manifestó este martes con tractores en la Explanada de los Inválidos de París para exigir al presidente de ese país, Emmanuel Macron, que defienda a los agricultores frente al "mortal" acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur.
Agricultores franceses vuelven a la carga en contra del Acuerdo Mercosur-UE
Una vez más, los agricultores franceses volvieron a mostrarse en contra del acuerdo entre los bloques que espera su aprobación a fin de año.
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Agricultores franceses volvieron a manifestarse en contra del Acuerdo Mercosur-UE.
Varias decenas de miembros de la organización exigieron a Macron que "cumpla con su compromiso" de proteger a los agricultores franceses contra todo tipo de acuerdos comerciales entre el bloque comunitario y otros países terceros, ya sea con los sudamericanos de Mercosur, México u otros.
El objetivo de la convocatoria, que coincidió con el primer Consejo de Ministros del nuevo gobierno de Sébastian Lecornu, fue "exigir la regulación de los mercados internacionales y denunciar la lógica del libre comercio, que deslocaliza nuestra producción y rebaja los estándares sociales y ambientales".
El firme rechazo al acuerdo entre los veintisiete países de la UE y los cuatro del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) es general entre los sindicatos agrícolas franceses, que ven con inquietud una actitud que consideran menos combativa por parte del gobierno francés en el proceso de ratificación iniciado por la Comisión Europea (CE) en septiembre pasado.
La medidas de la Unión Europea
Para tranquilizar a Francia, la Comisión Europea propuso a principios de setiembre cláusulas de salvaguardia reforzadas en caso de un aumento repentino de las importaciones o una caída de los precios, especialmente de productos agrícolas sensibles. Puntualmente, la iniciativa presentada por la UE incluye una “vigilancia reforzada” de productos sensibles como carne bovina, pollo, arroz, miel, huevos, ajo y azúcar.
Cada seis meses, la CE enviará evaluaciones sobre el impacto de las importaciones de esos productos desde el Mercosur al Parlamento Europeo y a los Estados miembros e iniciará investigaciones si los precios de las importaciones procedentes de la región son al menos un 10% más bajos que los mismos productos de la UE. También hará lo propio si el volumen de importaciones libres de impuestos aumenta en más de ese porcentaje.
Este tipo de auditorías deben completarse en un plazo máximo de cuatro meses y, en caso de detectar algún “daño serio” causado por las importaciones, la UE podría volver a imponer aranceles a los productos afectados.
Incluso, abrió la puerta a que el lapso sea menor si un país europeo solicita una investigación y existen “suficientes fundamentos”. En ese caso, se activarían medidas provisionales en un plazo máximo de 21 días.
La oposición de algunos países europeos encabezados por Francia, preocupada por una posible competencia desleal para los agricultores europeos por parte de los sudamericanos, ha hecho temer por el destino del acuerdo, pero sus negociadores confían ahora en que pueda firmarse oficialmente antes de que acabe este año.
La Comisión quiere actuar con rapidez y espera la validación de los Estados miembros antes de finales de diciembre. El texto está ahora sobre la mesa del Consejo Europeo, que debe pronunciarse sobre el mismo.


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