El gobierno de Alberto Fernández en Argentina dispuso una nueva medida que limita las importaciones en el país, apenas una semana después de anunciar más impuestos a ese sector, lo que profundizó el malestar del Ejecutivo de Luis Lacalle Pou respecto a los parámetros en los que se realiza el comercio bilateral.
Argentina restringe más las importaciones en medio del malestar del gobierno
La administración de Alberto Fernández redujo un 25% el cupo para que importadoras realicen compras. Se suma a los nuevos impuestos anunciados hace una semana.
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Alberto Fernández y su ministro de economía, Sergio Massa, en la quinta presidencial de Olivos.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de Argentina bajó un 25% el cupo permitido para que las empresas importadoras realicen compras en el exterior a través del sistema de Capacidad Económica Financiera (CEF), afectando la capacidad de importación de algunas grandes empresas.
El CEF es un mecanismo que utiliza la AFIP para evaluar el perfil de las empresas antes de autorizar las compras de bienes en el exterior mediante el SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina).
En algunos casos, el CEF se redujo hasta un insólito 1 peso argentino. "En la gran mayoría de PyMes siguió funcionando la fórmula, pero las grandes empresas aparecieron con CEF de $1 y, aparentemente esos casos están vinculados con incumplimientos formales, pero, ahora, también, con supuestas empresas que no liquidaron divisas de importación", explicó a Ámbito desde Argentina Esteban Marzorati, exdirector nacional de Importaciones.
La nueva medida tomada por el gobierno argentino se suma al paquete fiscal anunciado la semana pasada por el ministro de Economía y precandidato presidencial, Sergio Massa, por el cual las importaciones de servicios están alcanzadas con el impuesto PAIS que es de un 25%, mientras que fletes e importaciones de bienes por una tasa del 7,5%.
Ese incremento impositivo, que busca desalentar el ingreso a Argentina de bienes desde el exterior para limitar los movimientos en la cotización del dólar, fue muy mal recibido por el gobierno de Luis Lacalle Pou, que ya había cuestionado en la cumbre del Mercosur el régimen argentino de permisos de importaciones.
De acuerdo a datos del Ejecutivo, existen al menos 600 permisos de importaciones de bienes uruguayos pendientes de autorización por parte del Estado argentino.
Los ministerios de Relaciones Exteriores (MRE) y el de Economía y Finanzas (MEF) se encuentra analizando posibles medidas frente al nuevo esquema impositivo para las importaciones de Argentina. Ahora se suma está nueva traba.
La base argumentativa es que la decisión fue tomada de forma unilateral e inconsulta —en el marco de un acuerdo comercial regional que representa el Mercosur—; y que, si bien el bloque se asemeja más a una zona de libre comercio que a una unión aduanera, esta no es la primera vez que Argentina toma medidas por cuenta propia, incluso a pesar de perjudicar a sus socios.
Al malestar se sumó, la semana pasada, el capítulo en que Sergio Massa acusó a supuestas “empresas fantasmas” radicadas en la zona franca de Montevideo de importaciones irregulares en su país.
La dura respuesta de industriales y la Cámara de Zonas Francas del Uruguay (CZFU) no tardó en llegar. Los primeros sugirieron al ministro de Economía argentino que se ocupara de la situación de las empresas en su país, mientras que desde las zonas francas defendieron la transparencia de sus operaciones.
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