29 de marzo 2023 - 16:57

Dolarización de los precios: ¿por qué se produce y a qué bienes y servicios afecta más?

Aunque Uruguay posee una economía pequeña, la influencia del dólar en las operaciones de varios rubros se mantiene vigente pese a los esfuerzos por revertirla.

La dolarización en Uruguay persiste pese a los esfuerzos por desdolarizar la economía.

La dolarización en Uruguay persiste pese a los esfuerzos por desdolarizar la economía.

Foto: Pexels

La dolarización de los bienes y servicios es algo palpable para todos los uruguayos que, en muchas ocasiones, deben comprar y vender en moneda estadunidense porque así está establecido en el juego de algunos mercados. Según un estudio que realizó el Banco Central del Uruguay (BCU), está vinculada al tipo de bienes y al valor de los productos.

A esa conclusión, entre otras, llegaron los economistas Victoria Landaberry y Miguel Mello que analizaron más de 9 millones de anuncios de bienes de consumo del mercado interno, durables y no durables, nuevos y usados, de menor y mayor precio.

A pesar de los sostenidos esfuerzos por desdolarizar la economía uruguaya, en el país se mantiene vigente la dolarización, entendida como la “proporción de artículos ofertados en dólares respecto al total de anuncios de una categoría”, que en algunos casos –como los vehículos o el real estate– alcanza casi el 100%.

Pero además se da una especie de proceso de retroalimentación que redunda en una “dolarización cultural”, definida como el “fenómeno de ahorro, valoración y nominación de activos e ingresos en dólares, incluso cuando no hay un fundamento económico para hacerlo”, en el trabajo “Cultural and Financial Dollarization of Households in Uruguay" del BCU, también realizado por Mello, junto a Gerardo Licandro.

El reciente estudio publicado por el Banco Central descarta, en tanto, que el precio en dólares de los bienes y servicios esté relacionado con el origen. “El hecho de ser un bien importado no fue significativo para explicar la dolarización o la persistencia”, explicaron los economistas. Entonces, ¿qué otros factores influyen?

Dolarización en productos nuevos y usados

De acuerdo al trabajo del BCU, hay una gran diferencia entre el grado de dolarización dependiendo de si se trata de un producto nuevo o uno usado, y con matices de acuerdo al rubro.

En el documento, Landaberry y Mello definen a la “dolarización heredada” como la “proporción de los productos usados con precios en dólares respecto a la dolarización de nuevos productos”.

La diferencia entre nuevos y usados es marcada como en el caso de los “instrumentos musicales”, segmento donde los primeros alcanzan una dolarización de casi el 80% y los segundos apenas superan el 40%. También en “gaming”, donde la presencia de precios en dólares cuadriplica la de que se manifiesta en los usados (40% contra 10%).

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En otros casos, como en “vehículos” y “real estate” la diferencia entre nuevos y usados es menor, pero la dolarización es casi total en ambos casos. En los productos –o inmuebles– nuevos, es de casi el 100%, mientras que en los usados, de más del 90%.

Ropa y calzado” y “música, películas y libros” son algunos de los segmentos con menor presencia de precios en divisa extranjera, con poco más del 10% y el 3% respectivamente, para los casos de productos nuevos.

Precio y bienes durables y no durables, los otros ejes definitorios

Los bienes duraderos tienen una mayor dolarización pero menor persistencia, principalmente porque tienen una menor proporción de anuncios de productos usados, según concluye el estudio del BCU.

Así, Landaberry y Mello plantean que “los bienes duraderos tienen valores de reventa más altos, por lo que tienen una mayor dolarización, aunque una menor persistencia”. Por el contrario, “en el mercado de bienes de segunda mano la dolarización de los precios cae drásticamente, aunque se mantiene en un nivel aproximado del 30%”.

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Pero además, tanto la dolarización como la persistencia están “positivamente relacionadas” con el valor de los productos. Lo cierto es que los bienes durables tienen, en promedio, mayor grado de dolarización que los no durables, pero además, a mayor precio, ambos casos alcanzan porcentajes de dolarización mucho mayores, superando el 70% en el primer caso y el 60% en los últimos.

Por último, el estudio concluye además que la facturación en dólares estadounidenses en el mercado interno puede deberse a una “estrategia de cobertura” para el riesgo de tipo de cambio para las empresas que necesitan realizar desembolsos en dólares, ya sea por tener deudas en dólares o un flujo insumos importados.

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