La secretaria de Comercio de España, Xiana Méndez, aseguró que la postura del Mercosur respecto del acuerdo con la Unión Europea (UE) es “muy constructiva” en función de lograr cerrar los últimos puntos de desacuerdo en el tratado sobre el que varios países del bloque regional, incluido Uruguay, ya no tienen muchas expectativas.
¿El acuerdo Mercosur-UE podría cerrarse en febrero?
Desde Europa hay buenas expectativas tras los comentarios desde Argentina, si bien todavía no están claras las opiniones de Uruguay, Brasil y Paraguay.
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Lacalle Pou ratificó la intención de reunirse con Milei con las exportaciones y el Mercosur en agenda
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La canciller de Argentina confirmó la intención de cerrar el acuerdo entre el Mercosur y la UE
A pesar de que en el Mercosur la perspectiva de lograr firmar el acuerdo con la UE parece cada vez más lejana —el pesimismo es la actitud dominante en la mayoría de los países integrantes del bloque—, en el continente europeo todavía albergan cierto optimismo por plasmar las firmas correspondientes al final del documento de asociación comercial.
“Vemos que hay una buena actitud en general del lado de Mercosur; también la hay, por supuesto, del lado de la de la Unión Europea”, indicó Méndez a su llegada a una reunión informal de ministros de Comercio comunitarios en Bruselas.
De todos modos, las dificultades en el breve tramo del camino que falta recorrer —y que son protagonistas de los últimos cuatro años de negociaciones— siguen siendo las mismas: el reglamento contra la deforestación y la consideración del Acuerdo de París como condicionantes a las exportaciones sudamericanas incluidas en el documento anexo al tratado cerrado en 2019.
Para Méndez, estas son “cuestiones importantes que hay que abordar”, en tanto “siguen abiertas y se están tratando”. Sin embargo, destacó particularmente la actitud del nuevo gobierno de Argentina respecto al acuerdo, y la predisposición de dejar de lado los reclamos regionales frente a estos capítulos con tal de finalizar las negociaciones en tono positivo.
En una línea similar, la secretaria de Estado española deseó haber podido cerrar antes los últimos flecos del acuerdo porque “lo cierto es que la ventana de oportunidad va siendo cada vez menor". Pero aseguró que “los contactos siguen siendo muy fluidos, siguen siendo constantes, especialmente ya en esta segunda mitad de enero”.
“Por tanto, sí pensamos además ahora mismo con una nueva perspectiva, también desde Mercosur, que las posturas se pueden alinear para, al menos, cerrar el texto del documento adicional”, aseveró Méndez.
Los cambios en el Mercosur pueden ser significativos para cerrar el acuerdo
Con el cambio de gobierno en Argentina y la nueva presidencia pro témpore del Mercosur a cargo de Paraguay, diciembre trajo un reacomodamiento de las fuerzas al interior del bloque regional: por un lado, el Poder Ejecutivo encabezado por Javier Milei en el país vecino aseguró que la firma del acuerdo con la UE es de “vital importancia” en el marco de su política totalmente aperturista; mientras que, por el otro, la postura del presidente Santiago Peña de no esperar más por Europa, y negociar con otros potenciales socios económicos.
Esto trajo, en principio, dos consecuencias: la disposición a realizar concesiones por parte de Argentina que, durante los últimos cuatro años, no fueron negociables; y la posibilidad de que, en la búsqueda de cerrar con 25 años de negociaciones, el Mercosur —y, tal vez, la UE misma— flexibilice sus condiciones, dándole un nuevo impulso a las conversaciones.
El nuevo escenario se abre a partir de la decisión argentina de desistir de los reclamos por compensaciones frente a las adendas medioambientales añadidas al acuerdo a través del Pacto Verde, según informó Ámbito Argentina. En este sentido, el gobierno de Milei abandonaría la línea de política internacional que el país mantuvo durante la presidencia de Alberto Fernández —en sintonía con el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva—, y buscaría cerrar el convenio en los mismos términos que se habían pactado durante el 2019.
Según fuentes de la Cancillería del país vecino, el objetivo es equilibrar el acuerdo y aceptar los términos de hace cuatro años, para así cerrar la primera negociación de esta gestión, que busca liberar la entrada y la salida de productos sin o con muy bajos aranceles.
La idea sería firmar de manera simbólica el acuerdo Mercosur-UE durante la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se llevará a cabo en febrero, en Ginebra.
Si bien desde Uruguay —u otros países del bloque— todavía no hay una postura sobre la decisión argentina, para el país este impulso podría ser una buena noticia. Principalmente, porque va en línea con el deseo del gobierno encabezado por Luis Lacalle Pou: terminar lo antes posible con una negociación que lleva más de 25 años, a la vez que se da un paso hacia la flexibilización del Mercosur tan reclamada por la actual gestión.
Lo cierto es que el que Argentina deje de lado sus reclamos ante las adendas medioambientales —compartidos con Brasil, en tanto ambos gobiernos consideran que las exigencias en términos de cuidado medioambiental pueden terminar convirtiéndose en medidas proteccionistas del bloque europeo que perjudiquen a los países sudamericanos—, no implica que el resto del Mercosur acepte desistir en ellos. Incluso podría generar tensiones entre los países socios.
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