23 de mayo 2025 - 17:53

El dólar global tuvo un fuerte retroceso tras el regreso de la presión arancelaria de Donald Trump

El presidente de Estados Unidos recomendó aranceles del 50% a partir del 1 de junio para la Unión Europea e impactó a los inversores.

El dólar global cerró la semana con una fuerte caída.

El dólar global cerró la semana con una fuerte caída.

Foto: Pexels

El dólar global cerró con una fuerte caída, ya que los inversores abandonaron la moneda después de que el presidente estadounidense Donald Trump recomendara aplicar aranceles del 50% a partir del 1 de junio a la Unión Europea (UE), reavivando la tensión comercial.

El índice dólar -que mide el desempeño del billete verde en relación con una canasta de otras seis divisas de relevancia internacional- cayó un 0,8% a 99,09, tocando un mínimo de tres semanas, cerrando con una baja semanal del 1,9%, la mayor desde principios de abril.

En tanto, el euro subió un 0,8% frente al dólar, hasta los 1,1363 dólares. Al comienzo de la sesión, alcanzó un máximo de dos semanas y se encaminaba a su mayor subida semanal en seis semanas.

En las operaciones de la tarde, el dólar se desplomó un 1% frente al yen, considerado refugio seguro, hasta 142,48, tras haber caído previamente a su mínimo en dos semanas. Durante la semana, la divisa bajó un 2,2% frente a la moneda japonesa, su mayor caída semanal desde el 7 de abril.

El comportamiento de este viernes estuvo signado por comentarios de Trump en las redes sociales asegurando que era "muy difícil tratar con la UE", al señalar que "nuestras conversaciones con ellos no están llevando a ninguna parte" y pedir mayores aranceles.

"El tema clave que lastra al dólar actualmente es la pérdida de confianza en la política estadounidense", declaró a Reuters Elias Haddad, estratega senior de mercados de Brown Brothers Harriman en Londres. "Hay una guerra comercial en curso y eso está llevando a los países a reevaluar su dependencia de EE. UU", agregó.

La deuda estadounidense en la mira

Tras la rebaja de la calificación de la deuda estadounidense por parte de Moody's la semana pasada, la atención de los inversores se ha centrado esta semana en la deuda de 36 billones de dólares del país y en la reforma fiscal del presidente estadounidense, Donald Trump, que podría añadir billones de dólares adicionales.

Calificado por Trump como un "proyecto de ley grande y hermoso", fue aprobado por un estrecho margen en la Cámara de Representantes estadounidense, controlada por los republicanos, y ahora se dirige al Senado para lo que probablemente serán semanas de debate, lo que mantiene la confianza de los inversores frágil a corto plazo.

Antje Praefcke, estratega cambiaria de Commerzbank, afirmó que, si bien el riesgo de una recesión en Estados Unidos ha disminuido, las finanzas públicas se convertirán en un factor catalizador para el dólar. "Quizás el problema se vuelva ahora más acuciante, ya que se está debatiendo más públicamente. Tengo curiosidad por ver cuándo el mercado se dará cuenta de que esta es la próxima gran carga (estructural) para el dólar", declaró.

Los rendimientos de los bonos del Tesoro han subido esta semana en respuesta al probable aumento de la deuda estadounidense. El rendimiento del bono a 30 años superó el 5% el viernes, cerca de máximos de 19 meses. Se encuentra cerca del máximo de octubre de 2023, del 5,179%, una superación que lo situaría en su nivel más alto desde mediados de 2007.

El elevado rendimiento no ha apuntalado al dólar, ya que los inversores huyen de los activos estadounidenses en una estrategia de "venta de Estados Unidos" similar a la del mes pasado.

"Lo que se ha vuelto bastante evidente esta semana es la reacción de los mercados en general al aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo", declaró Chris Weston, jefe de investigación de Pepperstone. El analista afirmó que el aumento de los rendimientos no se debía a una mejor dinámica de crecimiento, sino a la preocupación por una mayor imprudencia fiscal, el gasto deficitario y la percepción de mayores gastos por intereses.

"Si a esto le sumamos la combinación tóxica de mayores expectativas de inflación, el efecto neto ha sido un fuerte aumento de la 'prima por plazo' y la simple retirada del mercado por parte de los posibles compradores extranjeros", apuntó.

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