17 de mayo 2024 - 13:53

La diferencia de costo de vida entre Uruguay y Argentina se redujo al 91,6%

El cierre de la brecha de precios por la devaluación, la inflación y la recesión en el país rioplatense hace que el país sea menos caro en la comparación.

La diferencia de costo de vida entre Uruguay y Argentina se redujo al 91,6%.

La diferencia de costo de vida entre Uruguay y Argentina se redujo al 91,6%.

Foto: Freepik

Uruguay es un país caro, y esa es una realidad con la que conviven autoridades, productores, empresarios y ciudadanos. Durante el 2023, esta fue una problemática particularmente importante para la economía local, sobre todo en comparación con lo que sucedía en Argentina: ante un país significativamente más barato y muy cercano en términos geográficos, la brecha de precios, la diferencia cambiaria y el desvío del consumo interno fueron fenómenos que, de la mano, acapararon preocupaciones. Sin embargo, este año la diferencia de costos de vida entre ambos países se redujo a un 91,6%.

La cifra puede seguir pareciendo muy alta, pero si se tiene en cuenta que la brecha llegó a ser del 101,05% en julio del año pasado, impulsada por la diferencia cambiaria y la fuerte escalada que tuvo el dólar paralelo o blue en el país vecino; la mejora que relevó el sitio especializado Numbeo es significativa.

La reducción de la brecha entre costos de vida no es, sin embargo, un logro exclusivo uruguayo, en tanto no se generó a partir de menores precios o gastos en el país, sino en un aumento importante del promedio de gastos mínimos en Argentina. Al respecto, es necesario considerar la fuerte devaluación del tipo de cambio que implementó el gobierno de Javier Milei apenas recién asumido en diciembre, que llevó el dólar oficial de 366 a 800 pesos y que, desde entonces, mantiene la estrategia del crawling peg —que consiste en llevar a cabo de forma muy gradual una devaluación del 2% mensual.

Asimismo, la inflación en el país vecino lleva acumulado un aumento del 65% en lo que va del año —un 289,4% a nivel interanual—, y del 79,1% en los cinco meses del gobierno libertario. Este incremento en los precios contribuyó, también, a equiparar algo más el costo de vida uruguayo con el argentino que, en paralelo, sufre los efectos de la recesión económica en la caída del consumo, la producción, el poder adquisitivo y el empleo.

Una menor brecha de precios

La disminución a 91,6% del costo de vida —que, hace un año, era del 96,8%— tiene su correlato inmediato en la reducción de la brecha de precios entre las ciudades del litoral uruguayo, las que más sufrieron la diferencia cambiaria y el desvío del consumo, y las del otro lado del Río de la Plata.

En ese sentido, mientras que en setiembre pasado la brecha alcanzó un máximo histórico del 180%, el último Índice de Precios Fronterizos (IPF) elaborado por la Universidad Católica del Uruguay (UCU) —correspondiente a marzo— señaló un diferencia de apenas 50% en Salto respecto de Concordia (Entre Ríos).

La evolución favorable de la brecha de precios era algo esperado por los especialistas ante el cambio de signo político en el gobierno argentino, pero sorprendió la velocidad con la que se dieron los cambios. De hecho, según el director del Observatorio de la UCU, Javier de Haedo, la diferencia de precios podría volverse nula o negativa antes de fin de año. Un aspecto que, ciertamente, tendría un impacto significativo en la comparación de los costos de vida.

Esto se debe a que las proyecciones de los economistas apuntan a que Argentina puede seguir encareciéndose en dólares —a pesar de que, en los últimos meses, la inflación se ha desacelerado—; a contramano de lo que sucede en Uruguay, donde el dólar está relativamente planchado mientras que la inflación lleva once meses consecutivos dentro del rango meta y bastante cercano al centro de 4,5%.

Las luces amarillas para Uruguay

Pero no todo es positivo en este cambio de escenario para Uruguay: si bien la reducción de la brecha de precios es una buena señal para la economía, principalmente para los departamentos del litoral que han visto recuperarse las ventas y el consumo —ante una Argentina mucho menos atractiva en términos de costos para los uruguayos—; la recesión en el país vecino puede tener consecuencias a nivel local.

Una de ellas es la posible importación de inflación en dólares, una situación alertada también por el economista Javier de Haedo principalmente a partir de que el encarecimiento argentino haría que deje de ser un factor de presión sobre los precios en Uruguay. Es decir, ante la salida de un competidor en varios rubros de consumo que mantenían controlados o limitados algunos productos en el mercado local, podría experimentarse un aumento en determinados sectores. Los especialistas coinciden en que este efecto se vería principalmente en los servicios y en el turismo.

Otro aspecto a tener en cuenta es que los importadores argentinos todavía mantienen deudas con los productores uruguayos y que la situación cambiaria del país vecino sigue impidiendo pagar por completo. En ese sentido, hace un mes se produjo el primer cierre de una industria debido a los montos adeudados.

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