Turquía mantiene su ritmo de importación de ganado y abre una ventana comercial para el año que viene

Las autoridades proyectan compras sostenidas y mayor ingreso de hembras reproductoras, con Uruguay entre los principales abastecedores.

Las perspectivas para el comercio de ganado en pie hacia Turquía son favorables de cara al año que viene. 

Las perspectivas para el comercio de ganado en pie hacia Turquía son favorables de cara al año que viene ya que el país proyecta mantener sus importaciones en torno a 450.000 vacunos, un volumen estable que apunta a compensar la pérdida de animales por los elevados niveles de faena registrados.

Un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) indica que el país se ha concentrado en importar ganado para engorde lo que no ha ayudado a aumentar su número de stock debido a las ineficientes políticas de producción y un débil manejo sanitario y productivo. Como ha sido habitual en los últimos años, la mayor parte de estas compras corresponderá a terneros de engorde destinados a la producción de carne.

El gobierno turco también prevé sostener la importación de vientres reproductores, una estrategia clave para amortiguar la contracción del rodeo. Se proyecta que en 2026 el rodeo vacuno en ese país caerá 4% hasta 14,3 millones de cabezas y que en 2025 el descenso alcanzaría también el 4% a 14,9 millones de animales. Tanto establecimientos privados como estatales continuarían habilitados a incorporarlos.

“Este descenso es principalmente atribuido a la tendencia firme de faena, altos costos de producción y baja rentabilidad que lleva a los productores a liquidar su rodeo”, apunta el reporte. Se señaló que las pérdidas anuales de terneros por un débil manejo productivo se ubican entre 400.000 y 500.000 cabezas, lo que es casi igual al número de ganado importado. “A eso se suma que las muertes por pasto están entre el 10% y 15%, un porcentaje muy alto en relación al promedio global”, apuntaron los técnicos.

El país como abastecedor de ganado de engorde

En el informe se señaló que la caída del stock se debe al bajo nivel de nacimientos respecto a la faena en un escenario de alta demanda de carne, una ineficiente producción de vacas lecheras y un alto número de animales sacrificados a mitad de 2025 por los brotes de fiebre aftosa.

El mantenimiento de una importación del orden de 450.000 cabezas en 2026 se dará para compensar las pérdidas de animales debido a los altos niveles de faena. “En línea con las tendencias históricas, la mayoría de las importaciones será de ganado para engorde. Sin embargo, para compensar la esperada caída en el stock, el gobierno seguirá autorizando ganado para cría tanto para las granjas privadas como las estatales”, señaló el informe.

En ese escenario, Uruguay y Brasil volverían a ocupar un rol destacado como abastecedores de animales de engorde. Las decisiones sobre importaciones están en manos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MinAF) y de la Junta de Leche y Carne (ESK) que flexibilizaron los requisitos. Ambos organismos impulsan actualmente un refuerzo del rodeo de hembras. Durante 2025, Turquía ha importado ganado de engorde hembra desde Uruguay, con compra de vaquillonas Angus.

Final para el cargamento varado

La semana pasada finalmente se terminó el periplo del cargamento con casi 3.000 bovinos exportados desde el país hacia Turquia. Los animales lograron desembarcar el lunes en Libia en buenas condiciones sanitarias, luego de permanecer un mes varados frente a la costa de Turquía debido a un conflicto que, según el gobierno uruguayo, respondió a un diferendo comercial entre el exportador y el importador.

El cargamento había sido retenido por autoridades turcas que detectaron inconsistencias en la documentación sanitaria presentada para su ingreso. Del total de 3.077 animales que ingresaron originalmente a la cuarentena, 2.901 fueron finalmente embarcados el 20 de septiembre, con destino a Turquía. Sin embargo, el buque quedó anclado desde el 21 de octubre frente al puerto de Bandirma, mientras organismos internacionales y organizaciones animalistas alertaban sobre riesgos sanitarios y de bienestar animal.

Desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) informaron que el arribo a Libia permitió “dar un cierre definitivo a una situación que mantuvo en alerta a autoridades sanitarias, organismos internacionales y a la opinión pública”.