28 de abril 2002 - 00:00

Lavagna inicia su gestión sobre la base de cuatro medidas clave

• En una extensa entrevista con Ambito Financiero, planteó una solución de mercado y definitiva para el «corralito»: los ahorristas recuperarán su dinero en función del recupero que a su vez hagan los bancos de los créditos que otorgaron. • Concretamente, el público tendrá, a cambio de sus certificados de depósito reprogramados, un porcentaje o cuotaparte (dependerá del monto de su plazo fijo) de un fondo que se formará con los activos -créditos y títulos públicos- del banco en el que hicieron los depósitos. • Quien hizo un plazo fijo en una entidad más conservadora o con pocos títulos públicos en su poder recuperará una mayor proporción del dinero. • Lavagna fue contundente: «Para los reguladores, yo soy un liberal», dijo y criticó a los que lo etiquetan con la heterodoxia. • Confesó que por los feriados bancarios se perdieron $ 1.000 millones de recaudación. • Parte se recuperará pero generará trastornos para girar a provincias y pagar sueldos a estatales. • Descartó una suba de retenciones. • También el proyecto de crear un banco federal nacional, que nuclee al Nación, al Provincia y a otras entidades públicas. • Además, dejó en claro que se cumplirá con el pago de u$s 800 millones con el Banco Mundial y que «no se dejará de pagar a ningún organismo internacional».

Roberto Lavagna
Roberto Lavagna
Los próximos pasos del nuevo ministro de Economía tendrán 4 objetivos. Roberto Lavagna concentrará el principio de su gestión en ver cómo soluciona el tema del «corralito», cómo neutraliza el CER en los créditos hipotecarios y la derogación de dos leyes que traban el acuerdo con el FMI: la de «subversión económica» y la de Quiebras. Le gusta definirse como: «Para los reguladores, soy un liberal».

Ayer en el Ministerio de Economía recibió a
Ambito Financiero y explicó cómo será su gestión.

Periodista: El Fondo es muy taxativo con la Ley de Quiebras y no tolerará desvíos.


Roberto Lavagna:
Lo que ayer (por el sábado) se acordó primero en la reunión de gobernadores y luego con los jefes de bloque no es la letra fina, pero sí un criterio fundamental: debe haber una ley de estándar internacional. Y de ahora, no de 1930.

P.: ¿Qué país como modelo?


R.L.:
El que más se cita es el modelo americano. No sé si hay enormes diferencias en lo sustancial con los otros modelos, no lo sé. Pero de lo que más se habla es del modelo norteamericano.

• Programa de emergencia

P.: Remes iba a proponer al Grupo de los 7 que impulse un compás de espera hasta fin de año para los acreedores externos...

R.L.:
Mañana (por hoy) tengo una reunión con los embajadores de los países del G-7. Este es uno de los temas. En el marco de un acuerdo con el FMI, es posible. Voy a hablar con ellos además de algo que ya planteé con mucha fuerza cuando era embajador: un programa de emergencia de carácter comercial no ya financiero. Se consiguieron dos cosas recientemente, la cuota de carnes adicional y la apertura de mercados ovina para la Patagonia. Hay una larga lista en la que pedimos otros beneficios, como revisar el sistema generalizado de preferencias. Europa considera para esto el PBI per cápita del '99, que para la Argentina es de 9.000 dólares, y queremos que tengan en cuenta que ya no es así.

P.: ¿De cuánto será el déficit fiscal de este año?


R.L.:
No hemos hecho ningún cálculo, hace 48 horas que estamos aquí.

P.: ¿Qué le pidió Duhalde?

R.L.: No mucho. Esta es una característica de los presidentes argentinos. Cuando el sindicato de los economistas se defiende de los errores echándole la culpa al presidente de turno, a mí me parece que hay una dosis de injusticia muy alta, a riesgo de que me echen del sindicato de economistas.

P.: Pero en este caso hubo un tema de fondo. Remes dice que él se fue en alguna medida porque no compartía el pedido o exigencia de tipo de cambio fijo.


R.L.:
No puedo hacer afirmaciones sobre eso, pero el día en que me hizo la oferta, el viernes, yo llegué, lo vi enseguida, le pregunté sobre el tema porque tenía las versiones, y el Presidente me dijo que tomara la decisión librememte.

P.: ¿Qué habló con Blejer?

R.L. Lo conocía poco. Tuvimos tres reuniones ya, una hoy (por ayer) por la mañana.

P.: ¿Intervendrá si se dispara el dólar?


R.L.
Eso lo tiene que ir a preguntar a la calle Reconquista (sede del BCRA). Pero lo que nosotros apreciamos con Blejer y su equipo es que evidentemente en las últimas 72 horas hay un clima distinto. Los operadores deberían apreciarlo, tenemos reuniones con ellos, sé que Blejer ya las tuvo con otros operadores, pero me parece que la idea de normalidad que se quiere instaurar debería ayudar.

• Incertidumbre

P.: ¿No espera entonces sobresaltos con el dólar?

R.L.:
Por más mal que estén las cosas, el valor del dólar hoy refleja un overshooting (sobrerreacción) por la incertidumbre. Si uno opera sobre esa incertidumbre y logra un poco de credibilidad, me parece que deberían estar dadas las condiciones para que no haya grandes sobresaltos.

P.: Suponga que sigue en Bruselas como embajador, y ve a Duhalde reunido con el diputado y economista Daniel Carbonetto, lo que de por sí creó más sensibilidad en el mercado. ¿No cree que esas reuniones provocan el deterioro del propio ministro?


R.L.:
Hay dos respuestas. La primera es que, en situaciones extremas, se le ofrecen al Presidente a veces alternativas y se escuchan. A mí no me aterra más eso. Me preocupa más el etiquetar si es ortodoxo o heterodoxo ese maniqueísmo medio tirabombas, fachistoide, porque el Presidente recibe gente de distintas extracciones. No quiero mandar al exilio intelectual actual a nadie. Yo lo viví en carne propia en tantas veces...

• Normalización

P.: Estuvo trabajando con el PJ, luego con el radicalismo, después cerca de Carlos Chacho Alvarez... ¿Hoy cómo lo debería ubicar uno?

R.L.:
Yo siempre estuve en esos lugares diciendo «soy justicialista». No me cambié al radicalismo ni a la Alianza. Siempre dije que era justicialista, y la última vez, cuando me incorporé al Instituto Programático de la Alianza, había 10 personas del Frepaso y 10 del radicalismo. El embajador en la UNESCO, García del Solar, me dice: «¿Y vos?». Yo le respondo: «Me incorporo como justicialista independiente».

P.: ¿Cuál es su plan de acción de corto plazo?


R.L.:
Normalizar la economía. Cuando uno computa, no hice el cálculo exacto, el número de días que los mercados estuvieron cerrados desde octubre, no hay antecedentes en ningún país en el mundo. Eso es elemental: una economía sin moneda ni bancos no existe. Hay que trabajar algunos temas muy puntuales, y la primera medida es banal para cualquier país en el mundo, pero no aquí, que es que se reabren los mercados sí o sí. Porque, entre morir de inanición o enfrentar situaciones que son complejas, prefiero enfrentar situaciones complejas. Esta etapa es de oxigenación, de normalización.

P.: De los cuatro puntos, ¿cuáles son sus prioridades?


R.L.:
La prioridad absoluta es el tratamiento que uno les va a dar a los depósitos reprogramados. La segunda es la del CER, y las otras dos son igualmente prioridades, pero tienen un requisito de tratamiento parlamentario (Ley de Quiebras y «subversión económica»).

P.: Se lo ve como a un ministro afecto a las regulaciones y a intervenciones del Estado.


R.L.:
Hace cinco o seis meses, un funcionario europeo escribió en el «Financial Times» sobre la ronda de comercio y lo hizo realmente recomendando muchas regulaciones. Inmediatamente yo respondí a esa propuesta y también me publicaron mi idea en el «Financial Times». Con esto qué quiero decir: que para los reguladores yo soy un liberal.

P.: ¿Qué pasará con el Ministerio de la Producción?


R.L.: No tengo un estilo pac-man. No quiero absorberlo. Sí hablé con Duhalde de la extremada coordinación que tiene que haber en estas áreas.

"DUHALDE NO ME PIDIÓ QUE TUVIERA UN DÓLAR FIJO"

Roberto Lavagna tiene una salida para el «corralito», que son los fondos fiduciarios que se hagan en cada banco con la garantía de los créditos que otorgaron y tienen que cobrar. Además dijo que él eligió tener un dólar con flotaciónm libre y que Eduardo Duhalde jamás le pidió que fije el tipo de cambio. El ministro de Economía así explicó estos temas clave en la entrevista con Ambito financiero.

Periodista: ¿Qué idea tiene para resolver el «corralito»?


Roberto Lavagna:
Es una especie de fondo de inversión en el que uno va a tener su cuotaparte formada por los créditos del banco que tendrá también un componente de bonos públicos, porque las entidades tenían títulos en su cartera.

P.: ¿Y en el caso de los bancos Nación, Provincia y otros públicos será distinto?


R.L.:
Ahí hay que afinar los números. Hay que ver cómo están, pero la idea conceptual es no generar diferencias artificialmente creadas. Tratar de que el régimen sea único, quizá después haya que atender a un banco público, porque también tienen la particularidad en cómo asignan su cartera.

P.: ¿Actualizarán la cuota de los créditos en función del nivel de salarios?


R.L.:
La postura en este caso es que, si cuando uno obtuvo el crédito, uno de los elementos en consideración fue que la cuota no excediera de 25% a 30% del salario -que debería ser absorbido por el pago de capital e intereses-, ¿qué sentido tiene que ahora pase a ser de 60%?

P.: ¿Quién va a ser su secretario de Hacienda?


R.L.:
No está terminado mi equipo y me gustaría llevárselo al Presidente cuando esté armado. No es fácil. El sábado en Olivos estuve todo el día reunido y hoy seguí trabajando, pero no hagan caso a ninguno de los nombres que circulan.

P.: ¿Hacia dónde va la integración de su equipo? Habrá economistas del plan Fénix, Di Tella, CEMA, un poco de todos lados...


R.L.:
Por ahí van a terminar diciendo que es ecléctico. Hoy hablé con alguien del CEMA, pero no necesariamente para un puesto de primera línea. Creo que probablemente vaya a haber una mezcla de estilos. Ustedes conocen mi experiencia y mi equipo anterior, entre los que estaban Jorge Campbell, Beatriz Nofal, Enrique Martínez...

P.: ¿Pondrá a un banquero como secretario de Finanzas?


R.L.:
Hay un problema que es que no todo el mundo está disponible. Los sueldos son ridículamente bajos y la situación no está estabilizada. En dos o tres conversaciones que mantuve me dicen: «Mirá, esperemos un mes», con muy buena voluntad, pero con una dosis de susto importante.Y yo lo comprendo. Sobre todo a la gente más joven que tiene que mucho que perder.

• Ansiedad

P.: ¿No le preocupa la suba de precios de abril?

R.L.:
Tengo la impresión de que hubo una dosis de ansiedad muy, muy grande, más grande por el CER. Hubo una situación muy extrema. La inflación de este mes que me dio el equipo saliente es del orden de 10%. La última semana pareciera que la situación está mucho más calma, no sé si porque no había economía, pero tengo la impresión, hablando con empresarios, de que si se lograra una situación de estabilidad en torno a valores en los que estamos del dólar, no debería haber un alza adicional de precios.

P.: ¿Cuál es la situación de caja que hereda?


R.L.:
La última semana los números que me dio el equipo saliente, por los feriados bancarios, significaron una pérdida de recaudación de 1.000 millones de pesos que se van a recuperar, quizá no todo. Pero cuando uno está en una situación tan límite de la economía, un desfase de una semana complica mucho; las transferencias a provincias, por ejemplo. Salvo eso, la situación es razonable.

P.: ¿Subirán retenciones?

R.L.:
No. Lo que está, está. La sociedad argentina está sobreexcitada, sobreexigida con medidas y contramedidas. ¿Qué utilidad tiene que uno saque un paquete de 50 reformas y contrarreformas tributarias? Ninguna. ¿Por qué nos concentramos en estos cuatro puntos? Los primeros dos tienen impacto sobre la gente y las otros dos sobre las negociaciones con organismos internacionales. Algunos dicen que es lo que les interesa a los de afuera. No comparto esto porque una ley que se pone en los estándares internacionales, como es la Ley de Quiebras, es positivo, pero la verdad, por una falla comunicacional, es que está instalada la idea de que se lo hace porque lo pide el FMI, no porque nos conviene.

P.: ¿Seguirá con el proyecto del banco federal nacional?


R.L.:
(Tras un largo silencio, lo niega con un gesto y pone rostro de desagrado con esa iniciativa.)

P.: En dos semanas hay un vencimiento de u$s 800 millones con el Banco Mundial. ¿Lo pagarán con reservas o lo van a dejar caer?


R.L.:
No, no, no. No lo vamos a dejar caer. La reprogramación de bonos para ese momento debería estar hecha. Pese a que son problemas internos, sirven. La eliminación de la ley de «subversión económica» debería estar terminada y la Ley de Quiebras debería tener un despacho de comisión muy explícito con consenso. Con eso en la mano, la discusión con el FMI se modifica, no se firmará el acuerdo en 24 horas, pero hay otros mecanismos como préstamos transitorios a los que se puede acceder.

P.: Hay otro vencimiento en junio...

R.L.: Pero para esa fecha ya uno puede aspirar a tener el acuerdo. Pero el valor más apreciable de los acuerdos es el carácter de normalidad que un auditor da a la economía del país. Pero como saben, en la medida en que el FMI da su opinión abre otras alternativas. Incluso los bancos nacionales, los que financian comercio exterior, en sus propias normas internas tienen el requisito del Fondo Monetario. Ningún director se va a animar a firmar un crédito porque la Argentina lo necesita solamente...

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