Problema en educación: más docentes egresados, menos alumnos en la matrícula y disparidad en provincias

En la última década creció un 54% la cantidad de egresados de profesorados, mientras que la matrícula escolar apenas subió un 1%. Un nuevo informe alerta sobre desequilibrios, falta de datos clave y grandes disparidades provinciales.

El rol del docente: hay más maestros egresados que alumnos en la matrícula. urge una política para asegurar la mejos distribución de recursos.

El rol del docente: hay más maestros egresados que alumnos en la matrícula. urge una política para asegurar la mejos distribución de recursos.

Cuando se habla de educación, surgen temas relacionados a la calidad del aprendizaje de los alumnos, la infraestructura escolar, los recursos presupuestarios, entre otros. Sin embargo, detrás de ellos aparece la formación de los docentes, aspecto en el que hoy la Argentina tiene una sobreoferta, ya que egresan más maestros respecto a la cantidad de alumnos de la matrícula. El dato es revelador: en los últimos 10 años, mientras los egresados de profesorados crecieron 54%, la cantidad de estudiantes de niveles inicial, primario y secundario, tan solo aumentó un 1%.

De acuerdo al informe de Argentinos por la Educación titulado “Institutos de formación docente”, con autoría de Romina de Luca (investigadora Adjunta del Conicet y Coordinadora del Área de Educación del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales-CEICS), María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén (Argentinos por la Educación), se observaron las inconsistencias y deficiencias en las políticas educativas, en relación a la formación docente y la distribución de ese recurso en el territorio.

El trabajo publicado este jueves pone bajo la lupa al sistema de formación docente en la Argentina y revela una paradoja alarmante: entre 2015 y 2024, el número de egresados en institutos superiores de formación docente (ISFD) aumentó un 54%, mientras que la cantidad de estudiantes en los niveles inicial, primario y secundario -los destinatarios directos de estos futuros maestros- apenas creció un 1%.

El estudio, basado en datos oficiales del Relevamiento Anual del Ministerio de Educación, analiza la evolución de la cantidad de institutos, la matrícula, el perfil de gestión (pública o privada), los egresos y la relación con el sistema educativo obligatorio.

Aunque a nivel nacional se observa una expansión leve de la red institucional, que pasó de 1.458 institutos superiores de formación docente a 1.492, las dinámicas provinciales muestran fuertes contrastes.

Gráfico 1. Institutos de formación docente (grado, posgrado y postítulo). Por provincia. Años 2015 y 2024..png

Más docentes, pero sin planificación acorde

En diálogo con Ámbito, Romina de Luca explicó los puntos clave del informe: “Los números muestran, por un lado, un aumento en la cantidad de egresados del 54% promedio en todo el país entre 2014 y 2024. A ese proceso se suma, una relativa caída de la matrícula de los Institutos de formación docente del 5%, junto a un crecimiento muy modesto de la matrícula total del nivel básico obligatorio (es decir, la demanda potencial de docentes) que coexiste con un crecimiento del 2% en la cantidad de institutos”.

Según de Luca, se observan disparidades regionales. “Por ejemplo, la matrícula de los institutos creció en 8 de las 24 provincias: los mayores aumentos se dieron en San Luis (+52%), Río Negro (+50%), y Tierra del Fuego (+26%), mientras que las mayores caídas de la matrícula fueron en La Pampa (-50%), Catamarca (-45%) y Santa Cruz (-40%)”, precisó.

El informe arroja más datos. Por ejemplo, las provincias donde más creció la cantidad de egresados de los institutos de formación docente en los últimos 10 años son Buenos Aires (+347%), Catamarca (+310%) y Chaco (+175%). En cambio, los egresos cayeron 18% en Tucumán, 14% en Tierra del Fuego y 13% en Santiago del Estero.

Gráfico 5. Egresados de formación docente de formación docente (grado, posgrado y postítulo) cada 100 estudiantes en institutos de formación docente (grado, posgrado y postítulo). Por provincia. Año 2024..png
Gráfico 3: egresados de formación docente de formación docente (grado, posgrado y postítulo) cada 100 estudiantes en institutos de formación docente (grado, posgrado y postítulo). Por provincia. Año 2024.

Gráfico 3: egresados de formación docente de formación docente (grado, posgrado y postítulo) cada 100 estudiantes en institutos de formación docente (grado, posgrado y postítulo). Por provincia. Año 2024.

“En general, estos números muestran no solo la disparidad regional sino también la ausencia de planificación estatal. Contamos con pocos datos abiertos (públicos) que crucen por ejemplo áreas y/o niveles de vacancia de docentes junto a posibles “sobreofertas” y las necesidades para cubrir las demandas reales del sistema”, planteó la especialista y una de las autoras del informe.

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Para de Luca, “algunos sostienen que la Argentina tiene un exceso de docentes y, en realidad, habría que preguntarse si esto es así de cara a los problemas que tiene nuestro sistema sumado a su distribución. De cara a estos problemas que muestran que 1 de cada 2 estudiantes de tercer grado tienen problemas de lectocomprensión ¿no convendría crear parejas pedagógicas, cursos más pequeños y mayor y mejor acompañamiento? ¿Entonces sobran egresados o necesitamos más?”.

“Si en una región del país hay docentes desocupados, ¿no deberíamos pensar incentivos para relocalizarlos de cara a esos mismos números? Esto implica planificar a escala nacional”, consideró.

Para la especialista, una de las claves del problema es que “la cobertura de determinados cargos y/o materias continúa siendo un déficit”. Allí, precisó, deriva en otro problema, dado que “históricamente materias asociadas con las disciplinas exactas, Matemática e incluso lenguas extranjeras terminan cubriéndose con profesionales con título habilitante (no docentes)”.

Tampoco se puede dejar fuera del análisis la cuestión salarial, un asunto fundamental a la hora de debatir y reclamar más y mejores política educativas. “Este aspecto no puede ser escindido de la realidad material de la docencia: con mayor intensidad en los últimos años se observa una intensificación del trabajo docente, incluso en nuestro país producto de la caída salarial el pluriempleo (docentes que tienen un segundo trabajo que nada tiene que ver con su profesión) es más marcado que en otros países de la región. Precisamente, en la última década se observa una caída en el gasto educativo provincial total, una caída en el poder adquisitivo del salario, cuadro que coincide con un dato del informe: la caída de la matrícula total en los institutos de formación docente”, aseguró de Luca.

Los problemas de la formación de los docentes

En ese sentido, conviene preguntarse: ¿cómo se forman los que forman? Para ello, algunos testimonios desde el aula, la “trinchera” de la enseñanza, esa línea de fuego que pone a docentes ante los alumnos y expone las virtudes y defectos de un sistema que aún sigue educando, pese a las vicisitudes.

Romina Busain es profesora de Matemática en el nivel secundario y aportó su visión en una charla con Ámbito. “Nos encontramos ante un sistema formador en expansión cuantitativa; más institutos, más egresados, pero con una eficiencia interna baja y una demanda educativa que tiende a decrecer por razones demográficas. Esta combinación genera un desajuste estructural profundo: se forman más docentes de los que el sistema puede absorber”, resumió.

Según Busain, hoy la formación docente en la Argentina enfrenta problemas estructurales persistentes. Por ejemplo, “una alta deserción o prolongación de trayectorias formativas, reflejada en una tasa de egreso anual del 14%, muy por debajo del umbral esperable del 25%; la fragmentación de la oferta territorial, con provincias sobredimensionadas en cantidad de institutos frente a otras con vacancia; la ausencia de articulación entre los contenidos que se enseñan y los perfiles docentes que se demandan en el aula actual; y la falta de sistemas efectivos de acompañamiento, tutorías y seguimiento de estudiantes que sostengan las trayectorias hasta la titulación”, precisó en su diagnóstico.

La docentes también remarcó otros problemas como “la ausencia de datos longitudinales por carrera y cohorte que permitan diagnosticar con precisión cuántos ingresan, cuántos egresan y dónde se producen los cuellos de botella” y cuestiones ligadas a lo económico, donde surgen fenómenos como “la subocupación, la inestabilidad laboral, la saturación de listas de aspirantes y, en muchos casos, una presión presupuestaria que termina atentando contra el poder adquisitivo del salario docente”, aseguró.

No obstante, Busain dio algunas pautas que podrían ayudar a mejorar el escenario de la formación docente. “Para mejorar la planificación del sistema de formación docente en este contexto, es urgente construir un sistema nacional de seguimiento de cohortes, con datos abiertos, públicos y desagregados por carrera y provincia”, consideró.

También es importante, destacó Busain, “priorizar las necesidades territoriales concretas y proyectadas, en especial frente al descenso sostenido de la natalidad; generar perfiles profesionales flexibles, que integren funciones pedagógicas diversas (acompañamiento, orientación, alfabetización, apoyo a la inclusión, educación digital) e impulsar políticas activas de mejora de la terminalidad”. Por eso, enfatizó, “si se planifica con inteligencia, esta coyuntura podría convertirse en una oportunidad para reorganizar roles, personalizar la enseñanza y fortalecer el oficio docente en función de las verdaderas necesidades del sistema educativo argentino”.

Brechas provinciales: el gran desafío

En números absolutos, Buenos Aires lidera con 17.290 egresados en 2024, seguido por Catamarca (14.423) y Chaco (4.993). Sin embargo, hay provincias como Tucumán, Tierra del Fuego y Santiago del Estero donde los egresos cayeron. En paralelo, la matrícula de los profesorados bajó un 5% a nivel nacional. El dato refuerza una conclusión clave del informe: hay una desalineación creciente entre la oferta formativa y la demanda real del sistema educativo (ver gráfico 4).

Gráfico 4. Cantidad de egresados docentes (grado, posgrado y postítulo). Por provincia. En miles. Años 2015 y 2024..png
Gráfico 4. Cantidad de egresados docentes (grado, posgrado y postítulo). Por provincia. En miles. Años 2015 y 2024.

Gráfico 4. Cantidad de egresados docentes (grado, posgrado y postítulo). Por provincia. En miles. Años 2015 y 2024.

“El 81% de los estudiantes de formación docente asisten a institutos estatales, aunque estos representan solo el 64% del total de instituciones”, destaca el informe de Argentinos por la Educación. En varias provincias, los institutos privados superan en número a los públicos, pero concentran una porción mucho menor del alumnado.

Las diferencias entre jurisdicciones son significativas. Mientras San Luis, Chaco y Tucumán ampliaron su red de institutos en más de un 25%, otras como Mendoza, San Juan y Río Negro recortaron entre un 8% y un 27%. En cuanto a egresados, Buenos Aires y Catamarca multiplicaron sus cifras por tres, mientras que Tucumán y Tierra del Fuego retrocedieron.

También varía mucho la cantidad de egresados respecto al total de estudiantes. Chaco encabeza el ranking con un 30% de egresados cada 100 alumnos en formación, mientras que provincias como Santa Fe, Jujuy y Tierra del Fuego tienen tasas menores al 10%.

El rol docente y los nuevos tiempos

Por último, también es necesario ver qué pasa con el rol del docente una vez ya egresado de los centros de formación o profesorados.

Ahí afuera hay una realidad muy distinta a la que acontecía hace 10, 20 0 más de 30 años, donde los tiempos y las formas se han modificado, de la mano de la tecnología, que directa o indirectamente, generó un impacto en la dinámica de la pedagogía, del vínculo entre el maestro y los alumnos, para lo cual la formación de profesionales de la educación debe revisar algunas pautas para readaptarse al siglo XXI.

Para Martín Salvetti, profesor y finalista del Global Teacher Prize, “los tiempos cambiaron, pero no solo por la tecnología: cambiaron porque cambiaron las condiciones de vida, las formas de habitar el tiempo y de procesar la información”.

Ante la consulta de Ámbito, Salvetti dijo: “La atención volátil y la sobreestimulación no son fenómenos aislados del aula, sino manifestaciones de un contexto social más amplio que la formación docente no puede ignorar”. Hoy es una realidad en la que dispositivos tecnológicos (como celulares) son parte de la geografía cotidiana tanto para maestros como alumnos, con una penetración muy importante de las redes sociales.

En ese sentido, señaló Salvetti, “el principal desafío no es simplemente incorporar herramientas digitales o abordar la inteligencia artificial (IA) como un contenido más, sino repensar la formación desde una lógica situada, crítica y profundamente pedagógica. Se trata de formar docentes que puedan enseñar en esta época, con sus urgencias y complejidades, y no pese a ella”.

Y planteó: “La IA, como fenómeno transversal, nos interpela: ¿qué tareas automatizamos y cuáles seguimos considerando insustituibles? ¿Cómo revalorizamos el rol docente como mediador cultural, como guía y como creador de sentido frente al ruido de la sobreinformación?”.

Por eso, sostuvo Salvetti en diálogo con este medio, “la formación docente no puede desligarse de una planificación estatal seria, con datos y mirada federal”. “Pero esa planificación también tiene que animarse a anticipar lo que viene y no solo a responder a lo que falta. Enseñar hoy es también preguntarse por el mañana”, concluyó.

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