En el mundo del fitness, cada detalle importa. Y cuando se trata de entrenamiento, una de las preguntas más repetidas es si conviene comer antes o salir a correr en ayunas. La decisión no solo afecta el rendimiento, también influye en el metabolismo y en cómo reacciona el cuerpo ante el esfuerzo.
Fin al debate que divide a los corredores: ¿comer antes o salir en ayunas? Lo que dice la ciencia te va a sorprender
En el universo del entrenamiento y el fitness, cada decisión cuenta. Elegir bien qué y cuándo comer puede cambiar tu rendimiento por completo.
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¿Antes o después del desayuno? El eterno dilema del fitness encuentra respuestas clave para mejorar tu entrenamiento sin comprometer resultados.
Con la ciencia como aliada, nuevas investigaciones buscan cerrar esta discusión. Lo cierto es que no existe una respuesta universal: según el objetivo de cada persona, comer antes o no puede marcar la diferencia en la sesión de running. Y entender eso es clave para mejorar resultados.
¿Correr con el estómago vacío te ayuda a quemar más grasa o te hace perder energía?
Quienes eligen correr en ayunas suelen hacerlo con un objetivo claro: quemar grasa de forma más eficiente. Al no ingerir alimentos antes del ejercicio, el cuerpo recurre directamente a las reservas de energía almacenadas, especialmente a los lípidos.
Este mecanismo puede resultar útil para quienes buscan reducir grasa corporal. Sin embargo, también tiene un costo: con niveles bajos de glucógeno, el organismo pierde potencia y resistencia, lo que afecta la calidad del entrenamiento.
La ciencia respalda que correr en ayunas activa la oxidación de grasas, pero también advierte sobre el riesgo de fatiga prematura, mareos y menor capacidad de recuperación. Por eso, esta modalidad se recomienda solo para esfuerzos de baja a moderada intensidad.
En resumen, salir a correr sin desayunar podría beneficiar a quienes priorizan la quema de grasa, pero no a aquellos que buscan rendir al máximo nivel o entrenar a alta exigencia. Como siempre, el contexto y los objetivos mandan.
Comer antes de correr: ¿mejor rendimiento o una carga innecesaria?
Incluir una comida liviana antes del running permite contar con niveles más estables de energía, mejora la resistencia y reduce el riesgo de bajones físicos. Esto resulta clave para quienes entrenan con intensidad o planean sesiones prolongadas.
La clave está en qué se consume y cuándo. Optar por hidratos de carbono de fácil digestión, como frutas, pan tostado o barritas energéticas, una hora antes de correr, garantiza combustible sin malestares.
Comer de forma inteligente antes de correr ayuda a sostener un ritmo parejo, evitar el agotamiento y recuperarse mejor. Para quienes apuntan a mejorar marcas o aumentar la carga semanal, esa energía previa puede ser decisiva.
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