12 de julio 2024 - 11:56

Problemas de gestión y un gol en contra: las razones detrás de la eyección de Fernando Vilella en Agricultura

Vilella dejó de ser el secretario de Bioeconomía y asume Sergio Iraeta como máximo responsable del área, que vuelve a su nombre tradicional como agricultura, ganadería y pesca. Pocas expectativas de cambio en la política productiva.

Si bien la salida de Vilella fue incluso celebrada en grupos de conversación entre productores, hay muchas cosas que el sector productivo espera que se resuelvan. 

Si bien la salida de Vilella fue incluso celebrada en grupos de conversación entre productores, hay muchas cosas que el sector productivo espera que se resuelvan. 

Lo único que había que esperar para que se confirmara la expulsión del Gobierno de Fernando Vilella, exsecretario de la ex secretaría de Bioeconomía, era su llegada al país. Aún así, todo se comunicó antes de que el ahora exfuncionario pisara suelo argentino. Así es la política y no se trata ni de formas ni de capacidades.

Su salida en realidad comenzó hace meses. Vale la pena incluso recordar sus comienzos, cuando todo era alegría tras el triunfo y la llegada al poder de La Libertad Avanza en diciembre del año pasado. Vilella fue nombrado a las apuradas, después de muchas idas y vueltas y recién conoció personalmente a Javier Milei cuando habían transcurrido casi cuatro meses desde el inicio del mandato.

Parece como si hubieran pasado años, pero fue apenas hace siete meses cuando llegaba al poder un partido político que no tenía estructura propia y al que aun hoy le cuesta rellenar todos los casilleros del estado. La repentina aparición de Vilella, que había formado equipo preelectoral con Manes, fue una prueba en pleno vuelo que, a la postre, salió mal.

Quienes tienen algún tipo de cercanía con Javier Milei, cuentan que sólo le importa la economía y a juzgar por lo que se vio hasta ahora, la reputación internacional de su investidura. Si bien la producción agropecuaria tiene un rol protagónico dentro de la recaudación del estado para lograr en tantas veces mencionado “déficit cero”, ese peso específico no se condice con la atención que le brindó hasta ahora el Poder Ejecutivo.

A Vilella le faltó todo. No hizo un gol, no se la pasó bien a sus compañeros y encima metió uno en contra. Al inicio de su gestión, permitió que le quitaran el manejo del presupuesto de la secretaría, luego designó un funcionario en el Instituto Nacional de la Yerba Mate y el secretario de Producción, Juan Pazo, lo desautorizó. Tiempo después, le sacaron funcionarios de alto rango que había designado y se desarmaron casi todos los programas vinculados a la producción. Nunca logró un vínculo con el Ministerio de Economía e incluso en alguna oportunidad avaló los dichos de Martín Lousteau en la red social X criticando al propio Gobierno. Todo dicho. Como no se iba, lo echaron.

Según pudo saber Ámbito, en el entorno de Vilella aseguran que nunca fueron escuchados por el equipo económico y que resultó imposible “jugar en equipo” para lograr los objetivos planteados al inicio de la gestión. También fueron recurrentes las quejas en cuanto a las posibilidades de mantener vínculos con la prensa y siempre dejaron entrever que desde Economía había cierto grado de censura a la hora de comunicar. Todo parece indicar que esa lógica, también se mantendrá en el futuro.

Quien asume en la nueva secretaría -que se volverá a llamar “Agricultura, Ganadería y Pesca”, es Sergio Iraeta, quien hace pocos días se sentó al lado de Luis Caputo en una reunión donde se debatió el futuro del agro con los dirigentes de la Sociedad Rural Argentina. La confinidad entre Iraeta y Caputo es además familiar y evidentemente ese vínculo pesa a la hora de mantener la verticalidad que -según el Gobierno- requiere la coyuntura económica. No se necesitan ahora funcionarios que demuestren capacidad, se requieren los que además están dispuestos a seguir los lineamientos del área que más poder tiene dentro del Gobierno.

Si bien la salida de Vilella fue incluso celebrada en grupos de conversación entre productores, hay muchas cosas que el sector productivo espera que se resuelvan. En el agro esperan que la secretaría finalmente “se ponga en marcha” y esa frase que pertenece a Elvio Guía, titular de la Federación Agraria Argentina dice mucho. En estos siete meses no se hizo prácticamente nada y ahora habrá que esperar que la nueva reorganización se ponga en actividad. Todas demoras que sólo perjudican al un sector que no puede poner pausa y esperar definiciones.

Las retenciones en la era Iraeta

El recambio que de alguna manera propone el equipo económico del Gobierno para esta “segunda etapa” esta mucho mas vinculado a una realidad de urgencias y necesidades que del desarrollo o de pensar el futuro. En este debate, donde para algunos poner lo económico y el déficit cero por delante del caballo es un error, en el oficialismo están convencidos de que es la manera correcta y que la recaudación tampoco se toca. El “no hay plata” esta mas vigente que nunca, mucho más en un contexto en el que los precios internacionales de los granos van en caída, el fenómeno “La Niña” asoma y por mas que Milei se muestre a favor del campo, si necesita más recaudación no dudará en requerir del agro un esfuerzo extra, tal como ocurrió al inicio de la gestión.

El cambio de nombres es simplemente eso. Las riendas de la producción seguirán en poder de Juan Pazo, quien se mantiene como el brazo ejecutor de Luis Caputo. Y los productores seguirán haciendo esfuerzos para producir más y ser eficientes en un contexto que no ayuda, con impuestos que siguen altos y costos asfixiantes que desafían al 70% de los productores que alquilan tierras para hacer lo que mejor saben.

Esta es la realidad de hoy. En el sector no hay demasiadas expectativas sobre el rol que pueda tener Iraeta, que en definitiva es un funcionario de rango menor, tal como quedó demostrado con la figura de Vilella, quien podría haber sido un gran secretario de bioeconomía en una Argentina que hoy no existe, saneada, donde se deban resolver los problemas que plantea el desafiante mundo de la producción de alimentos a nivel global.

Por ahora lo único que tenemos en el máximo nivel de la elite mundial son nuestros productores y agroindustrias, donde hasta ahora los funcionarios de los últimos años que pasaron por la función pública claramente no estuvieron a la altura.

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