En los últimos años hemos observado un cambio profundo en el sector corporativo. La sustentabilidad pasó de ser “algo lindo para comunicar” a convertirse en parte de la forma en que las empresas piensan y gestionan su negocio.
La sustentabilidad en el centro de la escena: cuáles son los principales desafíos para el sector empresarial
La sustentabilidad dejó de ser un complemento y pasó a definir cómo hacen negocios las empresas. Normas globales, tecnología y presión de la cadena de valor marcan el rumbo.
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La sustentabilidad en las compañías se orienta hacia una mayor digitalización y automatización, con el doble desafío: aprovechar la tecnología para mejorar la gestión interna y, al mismo tiempo, diseñar soluciones que hagan posible la participación de todo el ecosistema empresarial.
Si tuviéramos que resumir estos avances, diríamos que se concentran en tres ejes principales:
- Mayor compromiso desde la conducción. Cada vez más compañías crean áreas específicas y designan responsables, lo que muestra que el tema dejó de ser secundario.
- Una mirada más amplia. Ya no se limita al cuidado ambiental: hoy también abarca la diversidad, el bienestar de los equipos, el vínculo con comunidades y la forma en que se hacen los negocios.
- Información concreta. Las empresas comenzaron a medir, mostrar y rendir cuentas sobre lo que hacen, lo que permite evidenciar avances reales y también señalar lo que falta.
Un factor clave que impulsó este cambio es la evolución de la normativa internacional. Las S1 y S2, primeras NIIF de Sostenibilidad emitidas por el ISSB (International Sustainability Standards Board), o la futura ISSA 5000 (International Standard on Sustainability Assurance), marcan nuevas exigencias de transparencia y comparabilidad, que empujan a las organizaciones a profesionalizar sus reportes y prácticas.
En ese sentido, la sustentabilidad ya no puede considerarse como un tema accesorio. Pasó de ocupar un lugar periférico, asociado a acciones aisladas de responsabilidad social, a convertirse en un criterio central que define cómo se hacen los negocios. Esto atraviesa decisiones clave: desde el diseño de productos y la relación con proveedores y clientes, hasta la forma de invertir, financiarse y gestionar riesgos.
Las empresas que avanzan en este camino entienden que la sostenibilidad no es solo una demanda externa, sino una fuente de valor: ayuda a ganar eficiencia, atraer talento, abrir mercados y, sobre todo, sostener la confianza a largo plazo. En definitiva, ya no se trata de “hacer algo extra”, sino de repensar el modelo de negocio con esta mirada en el centro.
Avances y retos: Las grandes a la cabeza
Las grandes empresas son las que llevan la delantera en este proceso. Cuentan con estructuras internas, equipos especializados y recursos para responder a las exigencias crecientes de inversores, reguladores y clientes. Para ellas, el reporte de Sustentabilidad ya no es una herramienta voluntaria de comunicación, sino un verdadero instrumento de gestión y competitividad.
El reto aparece con más fuerza en las medianas empresas. Muchas aún perciben el armado del reporte de sustentabilidad como una carga administrativa, carecen de recursos técnicos o no tienen la estructura necesaria para sostener procesos exigentes. Sin embargo, la presión de la cadena de valor, particularmente en sectores como agro, energía, finanzas o alimentos, las impulsa a sumarse, ya que los grandes jugadores les exigen información ASG (Ambiental, Social y de Gobernanza) concreta pasando de emisiones a estándares laborales entre otros.
En este escenario, empiezan a surgir soluciones innovadoras que muestran un camino posible: reportes simplificados y escalables, plataformas compartidas de información y capacitaciones prácticas. Estas alternativas permiten que las organizaciones más chicas también generen información útil y no queden al margen.
El rol de la tecnología
A estas soluciones se suma otro factor que acelera la transformación: la tecnología ya está redefiniendo la gestión de la información ASG. Hasta hace poco, la recopilación de la información ASG se apoyaba en planillas de cálculo, con procesos muy artesanales. Hoy, en cambio, empiezan a ganar espacio los softwares de gestión especializados, que permiten consolidar, integrar y automatizar datos de manera más eficiente. Estas herramientas mejoran la trazabilidad, la consistencia y la capacidad de análisis, y se vuelven indispensables para quienes buscan profesionalizar sus reportes y reducir riesgos.
Otra tendencia, que se conecta con lo mencionado previamente, es la necesidad de adaptar la complejidad de los reportes al tamaño de cada organización. Mientras las grandes compañías seguirán incorporando sistemas robustos y marcos normativos internacionales, muchas empresas medianas necesitan modelos más simples y “costo-efectivos”. En este marco, surgen reportes simplificados y plataformas colaborativas que ofrecen un punto de partida accesible a estas organizaciones.
En síntesis
La sustentabilidad en las compañías se orienta hacia una mayor digitalización y automatización, con el doble desafío: aprovechar la tecnología para mejorar la gestión interna y, al mismo tiempo, diseñar soluciones que hagan posible la participación de todo el ecosistema empresarial. Esto implica no solo profesionalizar los procesos de reporte y asegurar la calidad de los datos, sino también generar herramientas flexibles y accesibles para que organizaciones de distinto tamaño puedan avanzar sin quedar fuera de la cadena de valor.
Gerenta de Sustentabilidad de SMS Latinoamérica


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