El Acuerdo Transpacífico y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) son la oportunidad de Uruguay para salir del laberinto en el que está hace décadas, sostuvo el director del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), Ignacio Munyo, en una actividad de cierre de año realizada este miércoles que partió de la pregunta: ¿se puede salir del laberinto?
A través de nuevas oportunidades internacionales, ¿Cómo puede salir Uruguay de su laberinto?
El director de Ceres, Ignacio Munyo, informó propuestas que plantean “aprovechar las oportunidades que el mundo nos da”.
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Ignacio Munyo, expuso un informe sobre las posibilidades del país.
Munyo realizó una muy detallada exposición de casi dos horas, cargada de datos y gráficos que la audiencia –integrada por representantes del sector empresarial, político y diplomático acreditado en el país– siguió con especial atención. El economista saludó la incorporación de Uruguay al Acuerdo Transpacífico concretado el pasado 21 de noviembre y también la posibilidad avanzada en las últimas horas de que el país ingrese a la OCDE.
“Me gusta la imagen de que está pasando el helicóptero con la soga para escaparse del laberinto, hay que colgarse y aprovechar la oportunidad y no verlo pasar porque se alinearon algunos astros en materia internacional que pueden ser el impulso que Uruguay necesita para avanzar en una agenda de reformas postergada por este y por los gobiernos anteriores”, señaló.
“El mundo quiere ayudar a Uruguay, y el país tiene que dejarse ayudar para avanzar en una agenda para ser más competitivo y para poder tener más inversión y más oportunidades para los uruguayos. ¿Se puede salir del laberinto? Se puede salir si somos inteligentes para darnos cuenta de que se nos está queriendo ayudar de afuera”, agregó.
Propuestas de mejora
El director de Ceres afirmó que esos dos ámbitos pueden ayudar a superar tres problemas que, desde hace mucho tiempo, frenan avances sustanciales en la economía y dificultan la recuperación de la cohesión social, pudiéndose encauzar con esta nueva dinámica internacional a la que apunta el país. Estas dos posibilidades comerciales impactarían también en reducir lo causado por el aumento del gasto público, que hoy está según Munyo “atrapado en su propia inercia”
En esa línea, las propuestas son: mejorar la eficiencia, revisar la organización del sector público, eliminar competencias superpuestas y avanzar en una reforma de la carrera administrativa del funcionariado. De acuerdo al informe, se siente un “enfriamiento” de la economía, donde la falta de nuevas inversiones, un panorama internacional y regional incierto presentan un escenario “sin señales claras”, agravado por el nivel de encarecimiento del país.
Sobre las dificultades para avanzar en reformas, a las que Munyo definió como “trancas regulatorias”, se mencionó un conjunto de normas que según el experto “aumentan la intervención de la burocracia, aun cuando parten de buenas intenciones”. Para Munyo “ese entramado termina generando mayores costos administrativos, alimenta la desconfianza hacia el Estado y repercute de forma negativa en el costo de vida, la productividad y la innovación”.
En otro momento de su intervención, Munyo se refirió a lo que llamó “callejón oscuro de la seguridad”, compuesto por el avance del narcotráfico, reconociendo que Uruguay se ha consolidado como territorio de tránsito y acopio de cocaína que llega desde diversos lugares del mundo.
Luego, el vocero de Ceres hizo referencia a la problemática de la educación utilizando la metáfora de “la escalera rota”, que busca describir el presente del sistema educativo, con notorias dificultades evidenciadas en altos niveles de abandono escolar y en la insuficiencia de los aprendizajes.
La señal negativa del presupuesto
Finalmente, el autor del informe catalogó como “señal negativa” la aparición de nuevos impuestos dentro de la recientemente aprobada ley de presupuesto nacional.
“Fue una señal negativa porque en un contexto donde la rentabilidad empresarial es baja, donde la competitividad es la preocupación, donde se proyecta incluso en el presupuesto que el dólar se va a mantener en los niveles actuales, todavía agregarle un costo tributario genera un ruido en un marco de clima de negocios en el que hay que hacer lo contrario para favorecer inversiones, no para espantarlas”, afirmó Munyo.


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