La modalidad de comer en la barra frente a la cocina ha sido una tendencia en aumento y Buenos Aires no se queda atrás con todas las opciones que ofrece.
Comer en la barra en Buenos Aires, los mejores lugares para visitar
Una posibilidad que se adapta a múltiples situaciones, ya sea para comer en soledad o en compañía, que cuenta con una amplia oferta en la capital argentina.
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Buenos Aires ofrece varias opciones para comer en la barra.
CHOCHO SUSHI
La propuesta de Chocho Sushi gira en torno al sushi de autor y al concepto japonés de omakase, donde cada menú se construye a partir de la pesca fresca del día seleccionada en el Barrio Chino porteño. En este marco, la barra de solo doce asientos se convierte en el corazón del lugar: un espacio íntimo que permite vivir de cerca la preparación de cada pieza y compartir un intercambio directo con los chefs, en un ambiente relajado y cercano.
Allí, los comensales pueden optar por menús de 4 o 7 pasos, entregarse al recorrido del omakase o armar su propia experiencia bajo el formato moriawase, mientras que al mediodía se suman propuestas más ágiles y alternativas aptas para vegetarianos, celíacos y público kosher. La experiencia se completa con una cuidada carta de bebidas seleccionada por la sommelier Carla Boraccio, que incluye vinos boutique de etiquetas destacadas, cócteles clásicos y limonadas frescas, ideales para acompañar y realzar cada bocado.
Dirección: Carlos Pellegrini 1179, Retiro
MIXTAPE – SHIMADA
En Mixtape, el primer bar estilo kissa de Buenos Aires, la experiencia se vive directamente en la barra, donde todo sucede de manera cercana y personal. Para quienes buscan algo más informal, la carta de tapeo propone bocados como panceta laqueada con ensalada de porotos, bao de cornalitos con lactonesa de wasabi o morcilla a la chapa con shari y manzana verde. Todo se complementa con cócteles de autor diseñados por Pablo Pignatta, entre los que destaca el Apple Martini, preparado con vodka, cordial de manzana granny Smith y un toque de sauco, fresco y equilibrado.
En Mixtape, cada plato y cada cóctel encuentran su lugar en una barra que es protagonista, donde la cocina japonesa dialoga con sabores locales y con la mejor coctelería contemporánea. A su vez en la sala que se encuentra en el mismo piso se despliega la barra omakase del maestro Takeshi Shimada, con dieciséis pasos que incluyen nigiri y usuzukuri de lenguado, besugo o caballa, además de mariscos como panopea, navajas y ostras. Cada pieza se prepara frente a los comensales, convirtiendo la cena en un ritual cargado de detalle y precisión.
Dirección: Franklin D. Roosevelt 1806, Belgrano.
MONA GALLOSI
En Punto Mona, la barra es protagonista y se convierte en el mejor lugar para disfrutar de una propuesta gastronómica tan creativa como variada. Allí se pueden probar entradas como el paté de hongos con shitake, hongos de pino, uvas y vinagre de flor de sauco, o un refinado steak tartar con yema curada, peras en almíbar y masa frita. También destacan los quesos artesanales Ventimiglia —cendre del valle, camembert, rumel y feta de cabra— acompañados de higos, almendras y pan, o el delicado carpaccio de higos con yogur, pepino y hierbas.
La burrata con salsa romesco y frutas asadas sobre pan de masa madre es otra opción imperdible, al igual que la berenjena con crema mascarpone, mermelada de tomate y hierbas frescas. Entre los platos calientes sobresalen las empanadas de langostinos con leche de coco y jalapeño, el halloumi asado con ensalada de hinojo y naranjas quemadas, y las meatballs de pollo con setas y alioli. Para quienes prefieren los entre panes, hay un shawarma de pollo asado, un samm de bife de chorizo o la hamburguesa de hongos con papas fritas. Todo se puede acompañar con la coctelería de autor diseñada por Mona Gallosi, que completa una experiencia única en esta barra inmensa de Chacarita.
Dirección: Fraga 93, Chacarita.
HAIKU SUSHI
En Haiku Sushi, además de la calidez de su salón y la paz que transmite su ambientación, existe un detalle que convierte la experiencia en algo diferente: cuatro espacios exclusivos en la barra frente a los sushiman donde se puede observar en directo cómo se prepara cada pieza. Allí, con la coordinación de Quique Yafuso y su equipo se vuelve espectáculo, mientras los clientes disfrutan del proceso que da vida a nigiri, sashimi y rolls elaborados con pescados frescos y vegetales de estación. Sentarse en la barra permite comprender la precisión del corte, la delicadeza en el armado y el respeto por la tradición japonesa que caracteriza a la casa.
Desde esas butacas privilegiadas, además, se puede acompañar el sushi con platos calientes como yakimeshi, ramen, ebi furai o gyozas, sumando diversidad a la propuesta. La experiencia se completa con una cuidada selección de bebidas —sake, vinos, cervezas y espumantes— y una tentadora carta de postres que incluye cheese cake, crème brûlée y key lime pie. Así, comer en la barra de Haiku no es solo disfrutar del menú, sino también ser parte de una puesta en escena que celebra el arte de la gastronomía japonesa.
Dirección: Franklin D. Roosevelt 1806, Belgrano.
BESTIAL FLY BAR
En Bestial Fly Bar, la barra se convierte en un lugar privilegiado para vivir la experiencia al máximo. Sus butacas tapizadas en animal print, amplias y con respaldo cómodo, invitan a instalarse con calma y disfrutar de la noche desde un punto estratégico. Allí mismo los comensales pueden pedir toda la carta gastronómica, que incluye entradas como croquetas, tequeños veganos o langostinos en panko; ceviches frescos, rolls de sushi y tiraditos; además de platos principales que van desde carnes como ojo de bife braseado hasta risottos, pastas artesanales, pollo al curry y opciones de mariscos.
Todo puede servirse directamente en la barra, con el mismo nivel de atención que en las mesas. La otra gran protagonista del espacio es la coctelería: desde la barra se observa cómo los bartenders despliegan técnica y creatividad al preparar las mezclas más icónicas y coloridas del rooftop. Esa cercanía transforma cada cóctel en un espectáculo, combinando sabor, estética y show en tiempo real. Así, comer y beber en la barra de Bestial Fly Bar no es solo una opción cómoda, sino una experiencia inmersiva que eleva cualquier salida.
Dirección: Humboldt 2495, piso 11, Palermo.
PUCHERO
En Puchero, la barra se presenta como un espacio ideal para quienes buscan una experiencia más descontracturada: allí no se cobra cubierto y se puede pedir toda la carta, igual que en las mesas. Desde empanadas de carne braseada, buñuelos rellenos o provoletas con panceta hasta platos más elaborados como risottos de pulpo, cazuelas, paellas para compartir, milanesas XL o el célebre chipá relleno de mollejas, todo llega con la misma dedicación y sabor casero.
Para el cierre, la tentación está asegurada con postres como la Copa Puchero, el cheesecake de pistacho y maracuyá o el clásico flan mixto. La barra no solo invita a comer, también es el corazón de la vermutería de la casa: allí brillan cócteles como el Negroni, el Boulevardier, el Garibaldi, el MI-TO o un Cynar Julep, perfectos para acompañar cualquier plato. Con atención personalizada y sillones cómodos, este rincón se convierte en un punto de encuentro donde la tradición porteña se combina con el espíritu actual que caracteriza a Puchero.
Dirección: Av. Rivadavia 10300, Villa Luro.
HIERRO
En Hierro, las barras son un punto de encuentro obligado para quienes disfrutan de la gastronomía en clave social. Tanto en Nordelta como en Palermo, estos espacios se transforman en escenarios privilegiados para vivir la experiencia de la Casa de Fuegos: copas bien preparadas, cercanía con la cocina y un ambiente donde el mármol de sus mesas y el hierro junto cuero de sus banquetas, marcan el carácter estético del lugar.
Desde la barra se puede acompañar la espera con cocktails de autor —como Ratito y El Chanta—, ver de cerca cómo se encienden las brasas y se trabajan con cuidado y distinción tanto los cortes de carne madurados al vacío como los vegetales que distinguen a su propuesta gastronómica. Ya sea para empezar la noche con un aperitivo, improvisar una comida ligera o quedarse hasta el postre, las barras de Hierro invitan a disfrutar de la cocina argentina en una versión moderna, vibrante y con estilo propio.
Dirección: Boulevard del Mirador 220, Nordelta; Costa Rica 5602, Palermo.
THE BOOK SPEAKEASY BAR
En The Book, la barra es el corazón del bar y el lugar ideal para vivir la experiencia completa. Con capacidad para siete personas, se convierte en un escenario íntimo donde brillan los detalles, con estanterías cargadas de libros, luces cálidas y sillas modernas que invitan a quedarse. Desde allí se observa en primera fila la precisión de Thomas Devich preparando cócteles de autor inspirados en referentes de la literatura, la filosofía, la música y el arte.
Entre ellos se destacan León Tolstói, a base de vodka, cítricos, higo y té de frambuesas con Diente de León, o María Montessori, burbujeante y sutilmente aperitivo que el propio comensal termina en la mesa, además de clásicos reinterpretados como el Negroni con yogur y frutilla o el Manhattan con ron y cassis. La experiencia se completa con platos para picar, como croquetas de molleja ahumada o esferas de cordero con salsa de ají amarillo, y opciones para cenar en un clima relajado donde la música suave acompaña la charla. El espacio funciona como un refugio exclusivo para 22 comensales, al que se ingresa con clave secreta.
Dirección: Villa Luro.
BARRA CHALACA
Barra Chalaca ofrece una vibrante propuesta de gastronomía peruana, donde los sabores auténticos se fusionan en una experiencia culinaria única. Su carta, protagonizada por cebiches, causas, arroces y tiraditos, también explora fusiones con otras cocinas, siempre a base de pescados y mariscos. Recientemente, han expandido su presencia con la apertura de un tercer local en Palermo, que se suma a sus ya consolidadas sucursales.
Un sello distintivo es la posibilidad de disfrutar de sus delicias directamente en la barra: en las dos primeras sucursales, se puede comer en la barra desde donde salen los pedidos, mientras que en la más nueva de Palermo, han incorporado un sector especial con una barra diseñada para ofrecer mayor comodidad. Estos espacios se distinguen por sus mesas altas y sillas de la misma altura de mimbre, que evocan la ambientación del Puerto del Callao, invitando a los comensales a vivir una experiencia dinámica, cercana e informal.
Direcciones: Montañeses 2599, Belgrano, Arévalo 1392 y Bulnes 2579, Palermo.
AIRE LIBRE
Aire Libre está ubicado en Belgrano y combina cocina porteña con un espacio que reúne lo urbano y lo natural. Dentro de su propuesta se encuentra la imponente barra interior, amplia y equipada con banquetas altas, que funciona como punto de reunión para quienes eligen un formato de tardeo.
Allí se sirven raciones frías y calientes como portobellos rellenos con salsa romesco, vitel toné con alcaparras fritas, tortilla del día al corte, hummus con pan pita o albóndigas con pomodoro. También sobresalen las empanadas al horno de barro, provoleta con tomates en aceto y camembert en croute. La barra suma coctelería pensada para acompañar las distintas opciones de la carta. Un espacio único que ofrece un formato adaptable a cada momento.
Dirección: Av. del Libertador 6327, Belgrano.
LA PESCADERÍA
La Pescadería propone disfrutar de una cocina donde los sabores del mar son protagonistas. Tanto en sus locales de Núñez y Palermo, el salón tiene como protagonista una barra de madera que funciona como punto de encuentro y corazón del espacio. Allí se puede comer y observar el trabajo del chef en cada preparación.
La carta incluye rolls como el sushi fusión nikkei, pescados a las brasas de quebracho colorado, ceviches y platos de tono mediterraneo. También cuentan con un menú libre permite repetir opciones las veces que se desee por un precio fijo. La propuesta se completa con cocktails de autor y una selección de vinos. Una invitación a acercarse a ambos locales y disfrutar de la experiencia en torno a la barra.
Dirección: Crisólogo Larralde 1716, Núñez; Ciudad de la Paz 290, Palermo.
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