El Instituto Cuesta Duarte (ICD) presentó un informe que revela que aproximadamente 503.000 ocupados percibieron ingresos inferiores a 25.000 pesos mensuales por 40 horas de trabajo semanales durante 2024, lo que representa el 30% del total de ocupados en el país.
El 30% de los ocupados perciben menos de $ 25.000 al mes
En diciembre de 2024, la línea de pobreza se ubicó en 21.400 pesos para un hogar unipersonal inquilino de Montevideo.
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El 29% de los ocupados en zona de pobreza no superan los 15.000 pesos al mes.
El estudio destaca que "en 2024 disminuyó la proporción de trabajadores con ingresos laborales sumergidos respecto al año anterior, pero aún sigue siendo superior a los niveles de 2019", evidenciando un deterioro estructural en el mercado laboral durante el último quinquenio.
"Esto se da en una economía que, más allá de su lento crecimiento, hoy es más rica que cinco años atrás", señala el informe, calificando a los bajos ingresos laborales como "un flagelo de larga data del mercado laboral" que debe atenderse "de manera prioritaria en pos de mejorar la calidad del empleo".
Distribución por franjas salariales
El análisis detalla la distribución de ingresos laborales:
- 153.000 personas percibieron menos de 15.000 pesos líquidos mensuales
- 350.000 tuvieron ingresos entre 15.000 pesos y 25.000 pesos
- 358.000 cobraron entre 25.000 pesos y 35.000 pesos
- 339.000 ganaron entre 35.000 pesos y 50.000 pesos
- 445.000 ocupados recibieron más de 50.000 pesos mensuales
En el segmento de trabajadores dependientes (asalariados), alrededor de 293.000 percibieron salarios sumergidos, representando el 25% del total, mientras que 331.000 superaron los 50.000 pesos mensuales.
Sectores y grupos más afectados
El informe identifica que las mujeres se ven más afectadas por los salarios sumergidos, tanto entre ocupados como entre asalariados. Los grupos con mayor incidencia son los trabajadores informales, del sector privado, jóvenes y del interior del país. Los sectores de actividad más afectados proporcionalmente son el rural, servicio doméstico, restaurantes y hoteles, y el comercio.
El estudio revela datos especialmente preocupantes sobre los trabajadores pobres: del total de 179.500 ocupados que viven en hogares pobres, el 68% percibe salarios sumergidos (menos de 25.000 pesos mensuales) y el 29% ni siquiera alcanza los $15.000.
"Los salarios sumergidos y la pobreza están relacionados, pero se trata de fenómenos distintos", aclara el Instituto. Mientras los salarios sumergidos se definen por un umbral subjetivo establecido en 25.000 pesos, la pobreza se mide comparando ingresos per cápita totales del hogar con la línea de pobreza monetaria.
En diciembre de 2024, la línea de pobreza se ubicó en 21.400 pesos para un hogar unipersonal inquilino de Montevideo y $17.200 para el interior del país.
Recomendaciones de política salarial
El ICD considera "preocupante el retroceso registrado en los últimos años" y sostiene que reducir el porcentaje de trabajadores con salarios sumergidos "requiere de un impulso más fuerte de la política salarial que, a través de la negociación colectiva, garantice incrementos reales significativos".
El instituto hace especial énfasis en la necesidad de atender "el salario mínimo nacional y las categorías más sumergidas en cada rama de actividad".
Entre los asalariados formales pobres, el 57% cobra salarios sumergidos, mientras que entre los no pobres la cifra es del 19%, lo que "evidencia que, en el marco de los Consejos de Salarios, todavía existe un amplio margen para mejorar la remuneración de los trabajadores más vulnerables y afectar por esta vía los índices de pobreza monetaria".
El informe concluye que, pese a la leve mejora registrada en 2024, Uruguay mantiene un desafío estructural en materia de ingresos laborales que requiere políticas activas para revertir el deterioro acumulado desde 2019.
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